Las Tres Mil Viviendas: origen e historia de uno de los barrios de Sevilla más estigmatizados de España
Aislamiento geográfico, carencias en los servicios públicos y una alta población en situación de pobreza, el 'cóctel' de una zona marcada por las reyertas y el narcotráfico
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Las Tres Mil Viviendas han vuelto a la actualidad esta semana tras los tiroteos con armas de guerra en el barrio el domingo 13 de octubre, que se atribuyen a un vuelco de droga entre clanes. Tras una primera redada que se saldó con diez detenidos y 16 registros domiciliarios, la Policía Nacional ha vuelto a desplegarse en la zona de Martínez Montañés. En la segunda fase de la llamada operación Vulcano, se han desmantelado nueve plantaciones de marihuana.
La seguridad en esta parte de la ciudad ha vuelto a quedar en entredicho y, en paralelo, los colectivos vecinales han alzado la voz contra la criminalización del barrio entero. Pero ¿cuál es el origen de lo que popularmente conocemos como Las Tres Mil Viviendas?
Medio siglo de urbanismo deficiente, realojamientos y marginación
Para empezar, Polígono Sur es como se denomina oficialmente a este barrio. Forma parte del Distrito Sur y se divide en seis zonas: Martínez Montañés, Murillo, Paz y Amistad, Letanías, Antonio Machado y La Oliva. El Ayuntamiento de Sevilla construyó este barrio entre 1968 y 1977, gracias a las concesiones realizadas por el Ministerio de Vivienda entonces. Al igual que ocurría en otras ciudades de España, el centro histórico de Sevilla experimentó a mediados del siglo XX un incremento de población exponencial debido al éxodo rural. Este fenómeno dio lugar a un problema de infravivienda y al deterioro de las construcciones en el casco antiguo.
Desde su origen, el Polígono Sur se conoció con el sobrenombre de "Las Tres Mil Viviendas", aunque en la actualidad el barrio consta de más de 7.000 (la mayoría pertenecen al parque público de la EPSA) y tiene una población de 50.000 habitantes aproximadamente.
Las administraciones realojaron en este lugar a personas provenientes tanto de zonas chabolistas como La Corchuela o El Vacie y otras como Torreblanca o Los Pajaritos. Este plan ayudó a erradicar la pobreza del centro de la ciudad, a costa de crear un barrio con un alto número de personas en situación de pobreza.
El suelo disponible para el Polígono Sur se llenó de bloques de viviendas, en virtud de una rigurosa economía del espacio y con una notable carencia de servicios públicos, equipamientos y zonas verdes. Todo esto en un lugar alejado del centro, flaqueado por grandes infraestructuras viarias y ferroviaras. Es bastante ilustrativo que el barrio no tuviera acceso al Parque Guadaíra hasta 2016. El aislamiento geográfico ahondó asimismo en la marginación social de sus habitantes.
Además, muchas de las viviendas carecían de sus servicios originales como ascensores y agua caliente. Ello unido a la alta densidad de población y hacinamiento, hizo que entonces se acuñara el término "chabolismo vertical".
La falta de seguridad ha sido siempre un problema en el Polígono Sur y ya desde su construcción se registraron robos y asaltos. Ya en el siglo presente, ha habido infinidad reyertas y tiroteos entre clanes e incautaciones de armas y estupefacientes. Incluso épocas en las que los servicios públicos de limpieza y transporte han tenido que acceder al barrio escoltados por temor a sufrir amenazas, agresiones o hurtos.
La criminalización, un lastre para la normalidad
En 2003 se creó la Oficina del Comisionado para el Polígono Sur como muestra de la voluntad vecinal y de las administraciones (Gobierno, Junta y Ayuntamiento) de regenerar y normalizar la vida en el barrio de forma integral. Sin embargo, los vecinos siguen cuestionando la falta de intervención de los organismos públicos en el barrio, sobre el que los ciudadanos del resto de la ciudad y el país siguen teniendo una visión llena de estereotipos discriminatorios: "delincuentes", "se dedican a la venta ambulante"; o incluso, románticos: "artistas flamencos".
"Hay que recordar que aquí hay personas trabajadoras, no se puede criminalizar a todos los que vivimos en la barriada. No niego que haya un porcentaje elevado de delincuencia, pero también lo hay en otros barrios de Sevilla", ha dicho Rafael Pertegal, portavoz de la asociación de vecinos Martínez Montañés, en relación al último suceso.
"Lo básico es la seguridad ciudadana. Hay que seguir, por supuesto, con más políticas sociales, con más planes de empleo, con más políticas de vivienda, pero lo primero es la seguridad ciudadana, porque sino, termina perjudicando a vecinos que no tienen nada que ver con esos clanes de la droga", asegura el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz.
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