El tren llegará en breve a la Zona Franca de Sevilla
La Autoridad Portuaria sacará a licitación en unas semanas el proyecto de construcción de una vía férrea de 630 metros de longitud que se suma a los 270 ya existentes sin uso
La mejora supone una ventaja competitiva para las empresas asentadas en Torrecuéllar
Buenas noticias para la industria sevillana afincada en el Puerto de Sevilla. El ferrocarril se ampliará en breve y las vías se prolongarán para dar servicio a la Zona Franca y a las empresas que forman parte de este recinto fiscal. En concreto, se beneficiarán las seis que se localizan en estos momentos en los terrenos de Torrecuéllar, pues el tren no puede llegar por ahora al Polígono Astilleros, espacio que se ha anexionado a la primitiva y ahora ampliada Zona Franca.
Según confirma la Autoridad Portuaria de Sevilla (APS), el proyecto para la ampliación del ramal ferroviario que accede al Polígono de Torrecuéllar está ya redactado y se prevé que en las próximas semanas se publique en el perfil del contratante la licitación para la ejecución de las obras. En concreto, la actuación consistirá en la ejecución de una vía férrea de 630 metros de longitud, que se suman a los 270 metros ya existentes y que no se utilizan.
De esta forma, la APS refuerza la conexión ferroviaria de las empresas radicadas en Torrecuéllar y las enlaza con el anillo ferroviario que rodea todo el perímetro del Puerto. La intención es modernizar las infraestructuras ferroviarias y ofrecer mejores conexiones terrestres que potencien la logística multimodal y afianzar así al Puerto como un eslabón clave de la cadena de transporte en el que confluyen ahora buque, tren y camión.
El Puerto de Sevilla es estratégico y forma parte de los corredores Mediterraáneo y Atlántico de la Red Transeuropea de Transportes (TENT), siendo uno de los nodos prioritarios de la reb básica. Para un puerto marítimo de interior como el de Sevilla, el único de España, es importante que se puedan combinar todos estos modos de transporte.
Fuentes de la APS recuerdan además que la multimodalidad es clave en la Unión Europea -que precisamente está celebrando en 2021 el Año del Ferrocarril-, para conseguir objetivos de descarbonización y hacer el transporte más sostenible. Precisamente, la pasada primavera la Zona Franca abrió despacho en Bruselas, con la intención de tener una presencia constante antes las instituciones europeas y trabajar en candidaturas que le permitan acceder a fondos europeos.
La llegada del tren a Torrecuéllar permitirá a las empresas allí localizadas aumentar su competitividad. Entre ellas se encuentra Sevitrade, un auténtico gigante del Puerto de Sevilla que mueve un tercio de las mercancías. Para que el ferrocarril llegase a la zona ampliada, al Polígono Astilleros, sería necesario la construcción también de esta infraestructura pues existió en este espacio pero fue desmantelada. Las empresas del Puerto también esperan que el tren llegue algún día a la Dársena del Cuarto, desde donde se podrían mover mercancías que ahora se transportan en camiones.
Mientras tanto, no hay novedad del acceso directo del tren de mercancías al Puerto, una obra que se espera desde hace años y que Adif no termina de licitar. Su objetivo es mejorar los tiempos actuales de paso de este transporte ferroviario reduciendo el trayecto actual en 2 horas y media y evitando que los convoys procedentes de La Negrilla tengan que desviarse hasta la estación de la Salud.
La mejora de la red ferroviaria del Puerto también depende de la prolongación de la playa de vías en Palmas Altas a la entrada del Puerto. El pasado mes de abril la Autoridad Portuaria suscribió un acuerdo con el Ayuntamiento de Sevilla, que puso a disposición de la primera, mediante una permuta, terrenos en la zona que suman cerca de 24.000 metros cuadrados. La idea es construir tres vías adapadas para trenes de hasta 750 metros de longitud, que permitirán un tráfico ferroviario de mercancías mayor y reducirá los costes unitarios de explotación de las empresas.
Un apunte histórico: las primeras vías en el muelle de Sevilla
Las primeras vías del Muelle de Sevilla se establecieron bajo la dirección de Luis Gracián Reboul, todavía en el siglo XIX, según relata el historiador Marcos Pacheco Morales-Padrón. El muelle sobre el Guadalquivir estuvo integrado en la red general, mediante un enlace ferroviario que partía de la estación de Plaza de Armas, en manos de la empresa MZA. A primeros del siglo XX, el Puerto de Sevilla contó con gran movimiento de ferrocarriles mineros, en especial de los productos de la Compañía de Cala. Hasta el punto en que los tráficos dedicados a la exportación de mineral arrojaron, en 1906, 686.061 toneladas. Dichas cantidades procedían de las minas de Peñarroya, Linares, Cerro del Hierrto, Cala, Monte-Agudo, Lima, Aznalcóllar y la Caridad.
En 1905, bajo la dirección de Moliní se ampliaron los muelles hacia el Sur. Y la posterior construcción del puente de San Telmo, entre 1925 y 1931, permitió el paso de buques, hasta el Muelle de Delicias junto al ferrocarril. Pero no fue hasta el Plan Brackenbury de 1927, cuando se pudo profundizar en el nuevo tendido ferroviario.
"En octubre de 1924, se llevó a cabo el desvío del ramal de enlace de las vías del muelle, con la red de andaluces, con un coste de 36.565,67 pesetas, según se recoge en la Revista Ingeniería y Construcción", comenta el historiador. En el ramal al puerto de Sevilla, desde las líneas de MZA, se desvió su trazado y se construyó la estación de La Salud. Esta actuación se llevó a cabo con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929.
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