"Un trato más personalizado con el paciente es humano y necesario"
Médicos sevillanos· Jaime Rodríguez Sacristán
Autor de 22 libros, publicaciones técnicas y títulos para el público general, el reconocido psiquiatra trabaja en una nueva obra en la que desvelará detalles del carácter andaluz Su trayectoria está unida al avance de la Psiquiatría Infantil
LA sabiduría y el cariño en cada detalle casi se pueden respirar en el hogar del doctor Jaime Rodríguez Sacristán, psiquiatra y autor de 22 títulos, entre ellos publicaciones técnicas en Psicopatología Infantil, Psicología y Medicina; junto a libros de cabecera para el público general. Elogio de la ternura, Los vacíos interiores o El sentimiento de soledad son algunas de sus obras. El reconocido psiquiatra trabaja en estos momentos en un nuevo libro en el que desvelará detalles sobre el carácter andaluz. "Lo más importante es querer y ser querido". Con estas palabras, el doctor Rodríguez Sacristán, gran conocedor de la naturaleza humana y pensador del mundo interior, concluye el entrañable encuentro.
-La Medicina y concretamente la Salud Mental, especialmente en niños y adolescentes, ha cambiado mucho en los últimos 50 años. Como testigo de los cambios, ¿cuál es su análisis?
-En los últimos 50 años la manera de desarrollar la Medicina ha cambiado de una manera muy intensa y, en mi opinión, ha mejorado muchísimo, por ejemplo, en especialidades más específicas. Por ejemplo en autismo infantil, o en el ámbito de enfermedades concretas, que ahora tienen un peso indiscutible. Hace 50 años el peso de una enfermedad concreta era mínimo. Se ha avanzado mucho, pero se ha tecnificado la atención al enfermo, en general. Se ve al enfermo e inmediatamente se pide una analítica, estudios radiológicos, estudios necesarios en los que se ha avanzado muchísimo. Un avance imprescindible e importante, pero se ha ido perdiendo una relación personalizada con el enfermo, un acercamiento al paciente y a la familia.
-¿A qué se debe?
-Entre otras cosas por la propia organización de la salud, en la que hay grandes hospitales, necesarios e importantísimos, increíblemente ricos en sus funciones. Jamás discutiré el avance de la atención hospitalaria o de clínicas cada vez más avanzadas en aspectos concretos, pero me preocupa mucho que, en general, da la impresión de que no se presta la atención que el enfermo y la familia necesitan. Los familiares se quejan mucho de la falta de una atención más personalizada. Me parece humano y necesario. Se ha perdido la identidad del médico de pueblo. Hay una medicina de familia, pero hay menos médicos que continúen con ese tratamiento, en una relación personal y emocional con la familia. Recuerdo que antes el médico tenía una personalidad muy interesante y necesaria desde el punto de vista de lo que la familia necesita. Soy médico pero tengo que hacer un examen objetivo de algo tan sagrado como es la relación médico-enfermo, que se ha tecnificado mucho; y siento decirlo, se ha empobrecido.
-¿Cómo puede mejorar?
-De la manera más simple: tener presente que el paciente es una persona que sufre frente a nosotros y que mi actitud como médico debe ser la de escuchar, oír, mirar de frente y cordialmente, (la palabra cordial viene de cordis, corazón), estar cerca del enfermo, atender, mostrar interés médico y personal, lo que no excluye aspecto técnicos.
-El desarrollo de la Psiquiatría Infantil es relativamente reciente. ¿Cómo ha cambiado?
-Se le ha dado cada vez más desarrollo a la Psiquiatría Infantil en general y en algunos aspectos concretos. Cada vez hay más asociaciones científicas y tienen mucha presencia científica, social, formativa, educativa... Se han ido creando, en las universidades y en servicios docentes, especialidades.
-Por ejemplo, la hiperactividad.
-Comenzó a desarrollarse mucho en EEUU y aquí se tardó algún tiempo, pero ahora sí tiene mucho peso en la sanidad. Al igual que la asociación de autismo o la asociación de niños con cáncer o la dedicada a enfermedades raras. En este sentido se ha desarrollado mucho y muy bien. Es curioso que muchas de estas asociaciones son dirigidas por mujeres, como Andex, Autismo Sevilla o la andaluza de enfermedades raras.
-¿Qué cualidades facilita a la mujer dirigir asociaciones?
-Las mujeres tienen mejor sentido social, emocional, de la propia familia; y es curioso, pero es así. La personalidad de la mujer permite y facilita este tipo de labor.
-Sería interesante que la mujer ocupe más espacios de decisión.
-Claro. Y ¿por qué no? La mujer tiene más capacidad de intuición emocional y relacional. No quiere decir que la mujer sea perfecta o el hombre imperfecto. Es su generosidad con el enfermo y el saber escuchar al enfermo. Me preocupa que los médicos en general no seamos capaces de saber desarrollar esa dimensión.
-Desde la reforma psiquiátrica las familias soportan el gran peso que requiere la atención a los enfermos mentales graves.
-La Seguridad Social tendría que dedicar más tiempo y dinero, lo que permitiría el desarrollo de instituciones que son necesarias y que ahora no sólo están empobrecidas, sino limitadas en sus posibilidades de atención. Falta de atención en la sanidad en este sentido. Entiendo que las razones son económicas porque esa atención necesita mucho gasto y no es simple. Los problemas de las familias con trastornos mentales graves son enormes. Suponen un peso en la propia familia que lleva a una situación difícil de mantener, que genera tantísimo estrés y tensión; y por lo tanto disgustos en la propia familia.
-¿Qué hay en la naturaleza humana que puede llevar al hombre a matar a su pareja o a hacer daño a sus hijos?
-Explicación psicológica no hay. En todo caso hay impulsividad, descontrol de los impulsos, pero no es sólo eso. Es también maldad humana. Más en el varón que en la mujer porque el varón mata más. Si vamos a la Historia, mataron a Sócrates, a Séneca, a Jesucristo. Y no se acaba. Acontecimientos violentos los ha habido siempre.
-Un informe reciente habla del aumento de suicidios desde la la adolescencia.
-Desde los años 80 la OMS insiste en que iba aumentando el número de enfermedades psiquiátricas de una manera preocupante y se ha ido confirmando a lo largo del tiempo. Hice un estudio en la Universidad de Sevilla por el año 85 sobre la afectividad en la adolescencia. Hay un periodo de mayor frecuencia de tristeza en la adolescencia que, a veces, puede ser preocupante. Entre los 14 y 18 años. Son situaciones que hay que atender porque pueden desencadenar problemas de difícil control.
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