"Si tuviera trabajo no estaría aquí"

Tres prostitutas de Sevilla Este explican que ejercen porque perdieron sus empleos y que nadie del Ayuntamiento se ha interesado por ellas en el último año

Una joven extranjera habla por su teléfono móvil mientras espera la llegada de algún cliente en Sevilla Este.
Una joven extranjera habla por su teléfono móvil mientras espera la llegada de algún cliente en Sevilla Este.
F. P. A.

10 de enero 2011 - 05:03

Sábado 8 de enero. Diez y media de la noche. Llueve intensamente sobre Sevilla. Tres jóvenes africanas hacen señas a los coches que pasan por la avenida Emilio Lemos para que se paren. Ofrecen sus servicios hasta que se percatan de que en el coche viaja una mujer. Entonces se alejan unos metros de la carretera. Las tres dicen que llevan tiempo en España, pero poco en la calle. No dicen cuánto, pero sí que no tienen más remedio que prostituirse porque no tienen otros ingresos.

No dan sus nombres ni aceptan ser fotografiadas. Tampoco revelan su país de origen ni si su situación es España es legal. Dicen que entienden el español pero no lo hablan con fluidez. Una de ellas asegura que conocía que el Ayuntamiento de Sevilla había puesto en marcha un plan para frenar la prostitución callejera, pero dice que no sabe qué medidas contiene ese plan. Cuando se les explica que tendrán facilidades para obtener un empleo y una vivienda se sorprenden. "¿Un trabajo? Claro, eso es lo que quiero. Si lo tuviera no estaría aquí", explica la más locuaz de las jóvenes, que revela que hasta hace unos meses trabajó en una lavandería pero que se quedó después sin empleo y decidió ejercer la prostitución en la calle. "¿Qué otra cosa iba a hacer? Tengo que pagar la casa", explica, y asegura que entre sus compañeras hay algunas que tienen hijos a su cargo. "Puedo decir que soy una afectada por la crisis. Una más", dice con una sonrisa.

Su testimonio reafirma la opinión de los vecinos de Sevilla Este, que aseguran que en los últimos meses ha crecido el número de prostitutas. En el tiempo que dura la conversación llega un coche que se detiene unos metros más adelante. Una de las jóvenes abandona la escena para dirigirse hasta el vehículo, donde ofrece sus servicios al conductor. Mientras tanto, sus compañeras explican que no entienden las quejas de los vecinos por su presencia en la calle. Dicen que se colocan en una zona apartada, lejos de la vista de la gente, y que ni molestan a nadie ni nadie les molesta a ellas. "¿La Policía? También nos deja tranquilas".

Sevilla Este sólo es una de las zonas afectadas por este fenómeno, que es también visible en otros barrios como Su Eminencia, Nervión y en algunos polígonos industriales como el Carretera Amarilla, donde cada noche trabaja un grupo de jóvenes nigerianas. En Su Eminencia varias mujeres se ofrecen muy cerca de los aparcamientos de un supermercado. A lo largo de toda la avenida pueden verse prostitutas. También hay proxenetas, ocultos a unos metros. Las hay extranjeras y también algunas españolas.

La calle Santo Domingo de la Calzada, en Nervión, es otro lugar afectado por la prostitución desde hace décadas. Aquí los residentes también han notado un repunte en los últimos meses. Como cada noche, la del sábado hay prostitutas, pero no queda ni rastro de los carteles publicitarios con el lema Entras como cliente, sales como cómplice que el Ayuntamiento colocó hace unos meses en las farolas.

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