Tribuna de Opinión
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Los toldos colocados este verano en el Paseo de Marqués de Contadero, en Sevilla, están teniendo una vida muy efímera. Las primeras rachas del huracán Kirk han destrozado algunas de estas lonas, que el alcalde José Luis Sanz vendió como la solución a la falta de sombra de este enclave, objeto de una de las reurbanizaciones más polémicas de las últimas décadas.
Las lonas de Marqués de Contadero no han resistido la primera embestida del mal tiempo. El frente de lluvia y viento que se avecina en la capital andaluza ya ha empezado a tener consecuencias. La primera ha sido en uno de los paseos más turísticos de la ciudad, junto a la Torre del Oro y la dársena del Guadalquivir.
El temporal ha hecho de las suyas y ha rasgado algunas de estas lonas, que se colocaron hace poco más de un mes, a comienzos del pasado septiembre, cuando ya había transcurrido la mayor parte del verano.
Estos trabajos se habían ralentizado después de que la empresa adjudicataria detectara un problema con los postes instalados para tal fin. El proyecto se adjudicó por 185.723 euros y, en principo, contaba con un plazo de ejecución de un mes.
Junto a la dotación de sombra -el principal problema de la reurbanización acometida años antes- se incluyeron jardineras de diferentes tamaños para combatir los efectos de la arquitectura dura que había adoptado esta zona.
Soluciones que ahora quedan en evidencia con los primeros fenómenos meteorológicos adversos del otoño. Los toldos de Marqués de Contadero apenas han durado un mes. El viento se los lleva por delante.
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