La tercera mujer en recibir el título por derecho propio

Sevilla/María del Rosario Cayetana Fitz James Stuart y Silva, cinco veces duquesa, dieciocho veces marquesa, veinte condesa, vizcondesa, condesa-duquesa y condestablesa y catorce veces Grande de España, realizó en público la más acusada reverencia ante la reina de Inglaterra en un besamanos en el Palacio de Oriente con motivo de la visita oficial de la soberana realizó a España en 1985. Según relata el periodista Jaime Peñafiel, así, con un sencillo y elegante gesto, demostró que una de las leyendas que han circulado durante años era una “tamaña tontería”: al poseer la aristócrata más títulos que su graciosa majestad británica, ésta debería cederle el paso si las dos coincidieran en la entrada a un salón. No fue así. Con sinceridad, una vez afirmó en público no tener ni idea de los títulos que poseía.

La Casa de Alba encarna más de 500 años de historia europea, española y americana. La familia reúne una rama ilegítima de la Casa de los Estuardo de Escocia, luego reyes de Inglaterra, junto a enlaces con la dinastía portuguesa y las casas nobiliarias españolas de los Duques de Veragua y del Conde-Duque de Olivares. Precisamente, es ésta la rama familiar que la vinculaba a Andalucía. En una entrevista con Jesús Quintero aseguró que su título preferido era el de duquesa de Montoro, el que cedió a su única hija y que usó mucho de soltera. Con él la presentaron en sociedad a los 17 años, un título andaluz para una duquesa “muy andalucista”.

El origen del linaje está en la familia de los Álvarez de Toledo, originaria de Alba de Tormes, que surge en la historia nobiliaria española al obtener en el siglo XIV los señoríos de Oropesa y Valdecorneja como recompensa por los servicios prestados al rey Enriq-ue II de Castilla. En 1429 Gutiérrez Álvarez de Toledo, obispo de Palencia y arzobispo de Sevilla y Toledo, obtuvo de Juan II el señorío de Alba de Tormes, localidad próxima a Salamanca, heredado por su sobrino Fernando Álvarez de Toledo, al que Juan II convirtió en Conde de Alba de Tormes en 1438; y fue con su hijo García Álvarez de Toledo, marqués de Coria y conde de Salvatierra, cuando el título se elevó a ducado, convirtiéndose, por tanto, en el primer duque de Alba en 1472 por concesión de Enrique IV de Castilla.El segundo duque de Alba de Tormes, Fadrique Álvarez de Toledo, y el tercero, Fernando Álvarez de Toledo, conocido como el Gran Duque de Alba, son los que tuvieron mayor notoriedad histórica. Actualmente, el título ya no corresponde a la antigua familia de los Álvarez de Toledo. Tras numerosos matrimonios y defunciones el título ha pasado a una rama de la familia Fitz-James Stuart, duques de Berwick, pues a la muerte de la XIII duquesa de Alba sin descendencia, en 1802, pasó a manos de Carlos Miguel Fitz-James Stuart, descendiente de la reina María Estuardo de Escocia. Su nieto fue quien mandó erigir el palacio de Liria. Pero fue ya en el siglo XX cuando laactividad política de la Casa de Alba, apagada durante el XIX, adquiririó una nueva significación gracias a la figura de Jacobo Fitz-James Stuart, nacido en 1878 y padre de la hasta ahora duquesa. Su amistad con Alfonso XIII le obligó a desempeñar numerosos cometidos durante su reinado y colaboró con muchas empresas culturales. Él, casado con María del Rosario de Silva Gurtubay, reconstruyó Liria tras la Guerra Civil. Este matrimonio unió un gran número de títulos nobiliarios que recayeron luego en su hija.

El mismo Cristóbal Colón es ancestro de Cayetana, la tercera duquesa de Alba que ha tenido el privilegio de recibir el título por derecho propio. A lo largo de la historia han sido 18 los duques o duquesas nombrados por sucesión directa. De esos titulares sólo dos mujeres, además de Cayetana, han recibido el título por derecho propio: María Teresa Álvarez de Toledo, undécima duquesa, y María Teresa Cayetana de Alba, la decimotercera. A lo largo de la historia han existido otras quince duquesas de Alba, todas consortes. Dos de ellas, Constanza Manrique y María Bernarda de Toledo, nunca llegaron a ejercer porque enviudaron antes de que sus maridos fueran nombrados.

A la última duquesa le hubiera gustado vivir en el siglo XIX y también haber posado para un pintor de la época, como la anterior Cayetana, la musa de Goya.

Algunos títulos

Grandeza de España

Duquesa de Alba de Tormes, de Berwick, de Liria y Jérica, de Arjona, de Híjar; Condesa Duquesa de Olivares, Marquesa del Carpio, Condesa de Lemos, de Lerín, condestable de Navarra, Condesa de Monterrey, de Osorno, de Miranda del Castañar, de Palma del Río y de Aranda.

Otros títulos

Marquesa de Coria, de Eliche, de la Mota, de San Leonardo, de Sarriá, de Villanueva del Río, de Tarazona, de Villanueva del Fresno, de Barcarrota, de la Algaba, de Osera, de Moya, de Almeanra, de Valdunquillo, de Mirallo, de Orani, de Castañeda, Condesa de Andrade, de Ayala, de Fuentes de Valdepero, de Gelvese, de Villalba, de San Esteban de Gormaz, de Fuentidueña, de Casarrubios del Monte, de Galve, de Santa Cruz de la Sierra, de Ribadeo, de Módica y Vizcondesa de la Calzada.

Cedidos a sus hijos

Ducado de Húescar (a su hijo y heredero Carlos), Ducado de Aliaga (a su hijo Alfonso), Condado de Siruela (a su hijo Jacobo), Marquesado de San Vicente del Barco (a su hijo Fernando), Condado de Salvatierra (a su hijo Cayetano), Ducado de Montoro (a su hija Eugenia).

Condecoraciones

Gran Cruz de Isabel la Católica, Gran Cruz de Beneficiencia, Cruz de Beneficiencia griega, Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio, Medalla de Oro de Madrid, Medalla de Oro de la Cruz Roja española, Dama de Gran Cruz de Justicia de la Orden Constantiniana de San Jorge, Medalla de Oro de La Línea de la Concepción, Medalla de Oro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, Medalla de Honor al Mérito en las Bellas Artes y dos veces Medalla de Oro de la Ciudad de Madrid.

Otros honores

Tiene una estatua y una plaza en Sevilla y otra en Loeches.