La tercera pinacoteca de Sevilla reabre sus puertas

El Arzobispado de Sevilla volverá a abrir tras el parón de la pandemia sus estancias más nobles para que sevillanos y visitantes puedan disfrutar de su gran colección de pintura barroca, además de conocer un edificio del siglo XVI que alberga las oficinas de la curia diocesana y es residencia del arzobispo, monseñor Saiz Meneses. Murillo, Zurbarán, Herrera el Viejo, Espinal, Preti, Arteaga... son algunos de los maestros que cuentan con importantes obras colgadas de las paredes del Palacio Arzobispal y que conforman una colección de gran valor e interés, tan sólo superada por la del Museo de Bellas Artes y la propia Catedral.

El inicio de esta temporada será el sábado 24 de septiembre, según ha informado el Arzobispado, con turnos a las diez y once de la mañana, doce del mediodía y una de la tarde. Las entradas podrán adquirirse únicamente en la Librería Diocesana al precio de seis euros, y habrá una visita gratuita al mes: el primer sábado de mes a las diez de la mañana. Las visitas se harán en grupos de treinta personas. El calendario de visitas hasta final de año será: 24 de septiembre, 8 y 29 de octubre, 12 y 26 de noviembre, 10 y 17 de diciembre.

Antonio Rodríguez Babío, delegado diocesano de Patrimonio Cultural, ha destacado en la página web de la Archidiócesis que para esta reapertura de las visitas se ha llevado a cabo una reordenación de la colección pictórica: "Se ha buscado una mayor coherencia histórica y artística en el recorrido por el Palacio, y se han agrupado las obras más importantes por autores y localizaciones. No se trata de una visita meramente cultural, ya que lo que buscamos es exponer el contexto catequético de unas obras de arte con un marcado marchamo evangelizador".

Los salones nobles del Palacio Arzobispal albergan como un gran tesoro una de las principales pinacotecas de la ciudad de Sevilla. Esta calificación no es gratuita, y está avalada por dos murillos –La aparición de la Virgen a fray Juan de Quirós y La entrega del rosario a Santo Domingo de Guzmán-, seis zurbaranes –Las lágrimas de San Pedro, y los retratos de Maese Rodrigo Fernández de Santaella, San Francisco de Asís, San Bruno, Santo Domingo y San Pedro Mártir-, diversas obras de Herrera el Viejo, el calabrés Matia Pretti o la increíble colección de Juan de Espinal que se puede apreciar sobre todo en el denominado salón de los cuadros, la mayor estancia del Palacio decorada profusamente con obras de este exponente del rococó sevillano en las que se repasa la historia de la Salvación.

La apertura de los salones nobles del Arzobispado a la visita cultural se realizó gracias al empeño de monseñor Asenjo, arzobispo emérito, por mostrar los grandes tesoros que encierra el edificio. La experiencia piloto se desarrolló en el año 2013 con motivo del Año de la Fe y, tras completar los trámites, adaptar las estancias a la normativa vigente y obtener los pertinentes permisos, el espacio se abrió regularmente al público.