El templete se abre con todas las bendiciones
El monumento de la Cruz del Campo que precede a la historia de la Semana Santa, inaugurado tras su restauración
Acaba de concluir la Semana Santa y pocos saben que el origen de las procesiones, según todos los indicios, está en el Vía Crucis que en 1521 fundó don Fadrique Enríquez de Ribera, primer marqués de Tarifa, réplica del Calvario del Señor con las 14 estaciones desde la Casa de Pilatos hasta el templete de la Cruz del Campo.
Este simple dato justifica la importancia de un monumento construido a finales del siglo XV por Diego de Merlo, Adelantado Mayor de la ciudad, y que era objeto de un abandono lamentable. Ayer se puso fin a ese despropósito con la inauguración del restaurado monumento con los 300.000 euros aportados por la Fundación Cruzcampo.
El cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, consumidor de Cruzcampo sin alcohol, bendijo el nuevo templete y bromeó con los patronos que financiaron su recuperación: "Tampoco les hemos ofrecido mala marca". Como hizo en la apertura del Salvador, recordó la deuda con Santa Catalina. Manuel Román, presidente del Consejo General de Cofradías, colocó dos ramos de flores en memoria "de todos los cofrades que hicieron penitencia en este humilladero". Carlos Jaureguízar, presidente de Heineken España, suscribió lo afirmado por el cardenal -"el tiempo pasa, los amores permanecen"- y puso dos ejemplos, alfa y omega.
El primero corresponde a los primeros años del siglo XX, concretamente al año 1904. De los alrededores del templete se fue la ermita de la Soledad y para compensarlo de ese desamparo, se instala la primera fábrica de cerveza. El segundo ocurre en estos primeros años del siglo XXI: cuando se presenta el restaurado templete, con una iluminación como la del puente de Triana o la torre del Oro, en la fábrica sólo quedan los malteros, pero permanecerá el alma de la cervecera, su nombre y la presencia de las oficinas, la Fundación Cruzcampo y la Escuela de Hostelería Gambrinus.
El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, destacó el papel del templete como símbolo de la ciudad, "hay muchos botellines", dijo para recordar que la reproducción de este icono arquitectónico en los cascos de la cerveza supera a la Giralda. Una cruz en el campo. Elegido aquí por la proximidad a los caños de Carmona y por su condición de mirador.
El acto contó con la actuación del coro San Felipe Neri. La arquitecta Cristina Sánchez Mendoza dirigió los trabajos técnicos. La obra no habría sido posible sin el empeño de la Pía Unión que tiene su sede canónica en la Casa Pilatos y que todos los primeros viernes de marzo organiza el Vía Crucis desde la sede ducal al templete. Una hermandad de la que son miembros natos todos los hermanos mayores y que estaba representada con su secretario, José Sánchez Dubé (presidente del Consejo entre 1975 y 1983) y el prioste, Rafael Cabello. Al acto asistieron Joaquín Vidal y Javier Romero, presidente y vicepresidente de la Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo, con sede en la calle Beatriz de Suabia.
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