La temida riada de 1961 en Sevilla, la operación clavel y el miedo al Tamarguillo

El arroyo Tamarguillo se desbordó tras la rotura del muro de defensa que estaba entonces en la actual Kansas City

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La última gran riada de Sevilla en 1961 en el archivo de RTVE

Sevilla ha sufrido a lo largo de la historia numerosas riadas. La última y más importante fue la de 1961 cuando se desbordó el Tamarguillo. Un arroyo que entraba en Sevilla por el parque que actualmente lleva su nombre y que recogía las aguas del Tagarete, el otro caudal de agua que tiene la ciudad. Entonces las lluvias comenzaron el 16 de noviembre. El nivel del agua crecía y entonces comenzaron a evacuar algunas viviendas de la zona norte de Sevilla.

En la mañana del 25 de noviembre, el agua empezó a desbordar el cauce y a socavar las paredes del muro de tierra que servía de defensa. Los primeros en darse cuenta fueron los trabajadores de la antigua fábrica de Coca Cola, situada entonces en la avenida de Kansas City. María de la Luz tenía entonces diez años, recuerda que su padre, fotógrafo y cámara de televisión española, estaba entonces realizando un reportaje fotográfico a la fábrica cuando se fijó que el muro estaba agrietándose y el nivel del Tamarguillo seguía creciendo. En cuanto terminó su trabajo, avisó a su mujer y a sus ocho hijos de que se avecinaba una riada y que hiciera acopio de víveres. La voz se corrió en el barrio y muchos estuvieron preparados para la riada.

Hacia las cuatro de la tarde el muro se rompió totalmente y la grieta alcanzó unos 50 metros. A esta primera rotura le siguieron otras dos de menor longitud, algunas horas después, al otro lado de la carretera de Carmona. Las primeras aguas alcanzaron en muy poco tiempo los barrios de La Corza, el Fontanal, Árbol Gordo, San José Obrero, Miraflores y todo el Norte de la ciudad desde la Ronda de Capuchinos. El agua entró en el centro por la Puerta de Carmona, donde alcanzó el metro y medio de altura. "El agua llegaba por debajo del puente de la Calzada (actualmente no existe), "Todas las casas de vecinos que había allí se inundaron y evacuaron a sus ocupantes. Los llevaron a naves grandes como la cochera de los tranvías, que estaba en la Puerta Osario", explica José Luis.

El fotógrafo y cámara de televisión, José Luis Bustamante, contaba como aventura a sus nietos que entonces fue la primera vez que se subió a un helicóptero, para precisamente grabar las imágenes que acompañan esta información junto con su compadre el locutor de RNE y operador de cámara, Alfonso Contreras.

Fueron momentos de mucha angustia. Al desbordamiento por Kansas City se unió el desbordamiento del mismo Tamarguillo en una zona próxima a la carretera de Su Eminencia, llegando el agua hasta el Cerro del Águila, el Prado de San Sebastián y el parque de María Luisa. El segundo se produjo como consecuencia del desbordamiento del río Guadaira, el agua confluyó con las del Tamarguillo en el parque de María Luisa y llegaron hasta la Puerta de Jerez. Durante la madrugada se inundó un antiguo cauce del Guadalquivir que discurría desde la Alameda de Hércules, La Campana hasta la Plaza Nueva, con una cota máxima de agua de tres metros en la Alameda. En la mañana del día 26 de noviembre la inundación de la ciudad alcanzó su máxima extensión.

"Yo tenía entonces diez años, recuerdo los bomberos llegaron a la casa, nosotros estábamos en el principal, donde habíamos subido todas las cosas del laboratorio de fotos de mi padre y por eso no nos evacuaron, pero hubo muchos que se quedaron sin nada", explicó María Luz. Muchos de aquellos que perdieron sus casas en la riada fueron realojados años más tarde en los nuevos pisos del Polígono de San Pablo.

En la ciudad, conforme se fueron retirando las aguas, se fueron organizando sitios donde repartir la ayuda a todos los afectados. "A mí me pusieron a repartir pan que traían los camiones del ejército en el Palacio Arzobispal", recuerda José Luis.

El lunes 27 de noviembre, dos días después, se inició una bajada ligera de los niveles de agua, el martes ya la mejoría fue ostensible y pueden verse los daños provocados por el agua y esa tarde se terminó de taponar la brecha principal del Tamarguillo. No se dio una fecha oficial de finalización de la riada del Tamarguillo, pero el día 30 de noviembre todavía quedaba agua en algunos barrios. Según las cifras oficiales, inundó una superficie de 3.448 hectáreas, y afectó a 150.000 habitantes.

Pero la tragedia no terminó en las inundaciones. La catástrofe generó una campaña de ayuda denominada Operación Clavel. Estuvo organizada por Manuel Zuasti, director de la emisora Radio España y el periodista Bobby Deglané. Culminó con una gran caravana de 142 camiones, 150 turismos y 82 motos que transportaban alimentos, ropa y juguetes para los afectados. Partió de Madrid el 18 de diciembre y llegó a Sevilla al día siguiente en medio de una enorme expectación. A su entrada en esta ciudad, una avioneta que acompañaba a la caravana se enredó con unos cables de alta tensión y se precipitó contra el numeroso público que esperaba el paso de la misma. En el accidente fallecieron veinte personas y hubo más de cien heridos.

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