El teletrabajo un día sin colegio en Sevilla por la DANA: Desconectar el router y entrar al despacho a por agua, las jugadas de los niños de las familias numerosas

Los malabares de las familias numerosas de Sevilla en una jornada de teletrabajo con cinco niños en casa

Sevilla se queda sin clases en colegios, institutos y universidades por la alerta naranja

Los Márquez Flores
Los Márquez Flores

Sevilla/A las nueve de la noche del trece del noviembre los grupos de Whatsapp de las familias de los colegios sevillanos ardían.

"¿Hay colegio o no?"

La alerta naranja provocó que el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, decretara que los municipios con este aviso meterológico debían interrumpir las clases, pero no la orden no quedó del todo clara hasta que llegó la notificación oficial a los centros escolares, aclarada después por el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, a través de sus redes sociales, aunque el Ayuntamiento no tiene competencias para ello.

Tras lo sucedido el pasado 29 de octubre en Valencia, cualquier medida de prevención es poca para garantizar la seguridad de la población, y en este caso, la de los niños.

Sin clase en Sevilla

De este modo, las familias se han visto obligadas este jueves a organizarse en función de las posibilidades que tengan.

El que debe que acudir al trabajo de forma presencial obligatoriamente, tira de ayuda profesional, o de abuelos; mientras que las familias que tengan la opción de teletrabajar harán lo propio, no sin las complicaciones que conlleva desarrollar una actividad profesional mientras los niños corretean alrededor del ordenador.

Las familias numerosas de Sevilla cuentan anecdóticos episodios que recuerdan a las curiosas apariciones de los pequeños en las videoconferencias que comenzaron durante la pandemia, en el año 2020.

Los Márquez Flores

En casa de María Flores, en Dos Hermanas, los días son, como ella asume orgullosa, felizmente caóticos.

En palabras de María, madre de cuatro hijos junto a su marido Iván, "hoy estamos como muchas familias, hoy haciendo malabares trabajando con los niños en casa y sabiéndolo con tan poca antelación", "normalmente, trabajo desde casa porque soy periodista autónoma, y coincide que hoy no he tenido evento que obligue presencialmente trabajo. De momento ya es un caos y son solo las diez de la mañana".

El mayor es Teo, y solo tiene 7 años.

Le siguen Lola, de 5 años, Sancho con 3; y Candela, de 2 meses.

La familia Márquez Flores
La familia Márquez Flores

Si lo días rutinarios ya son movidos, la mañana de hoy, lo es más aún.

Según detalla María, "hoy no me he podido levantar todo lo temprano que quisiera para adelantar trabajo porque me he pasado toda la noche dando el pecho a Candela; así que parto de cero, intentando que el mayor vea poca pantalla y con la casa desordenada, como cualquier otra familia", apunta.

Del mismo modo, María e Iván cuentan con ayuda de una mujer que acude para mantener el hogar, pero hoy tampoco ha acudido por precaución.

María hará hasta donde pueda, porque el padre sí que ha tenido que acudir a su puesto de trabajo de forma presencial, dedicado al sector de la automoción.

Por su parte, a María se le suma la presión que muchas mujeres sienten a la hora de desempeñar su actividad profeisonal: "Intento trabajar sin que se note que tengo hijos; no quiero que nadie piense que por ser madre de cuatro hijos que voy a flaquear en mi trabajo, intento ser lo más excelente posible, dejándome la piel para que nadie piense eso, o que mi entrega no es la misma", detalla María.

Los Ruiz Escribano, cinco hijos

En casa de los Ruiz Escribano suman siete.

Mara y Rafa son los padres de cinco niños que cada día montan una buena logística para que la rutina familiar funcione; pero hoy no ha habido clase, por lo que la maquinaria se pone en marcha de otra manera para que los padres puedan trabajar.

Pepe tiene 14 años, Borja 11, Rafa 9; y los pequeños Joaquín y Álvaro, 6 años.

Mara trabaja en el sector energético y cuenta con un privilegio que no todas las madres tienen para desarrollar su carrera profesional, "nosotros teletrabajamos tres días en semana, y tenemos 15 días en remoto para trabajar desde cualquier punto del país, cosa que agradecemos mucho; pero tengo que trabajar igualmente en días como hoy porque me dedico a suministros básicos que no pueden parar", detalla Mara.

Los Ruiz Escribano
Los Ruiz Escribano

No obstante, cualquier minuto es clave para poder concentrarse con cinco pequeños en casa que reclaman la atención sin parar.

Para conseguirlo Mara ha madrugado todo lo que su sueño y energía le ha permitido, "aprovecho mientras duermen porque cuando están todos en marcha son continuas las entradas en el despacho", comenta Mara.

A la situación de escasa concentración se le suma que el padre de las criaturas también tiene que trabajar, pero coincide que se encuentra con Covid, una baja añadida al cuidado de los niños mientras se trabaja.

Mara cuenta que una de las jugadas maestras de los niños para lograr la atención de la madre fue desconectar el router, técnica infalible.

En palabras de Mara, la situación recuerda al Covid, pero no llega a ser tan agobiante como describe lo que sucedió tras la pandemia: "Aquello fue muy frustrante, no podía desarrollar ni como madre ni como profesional".

Los Ruiz Andújar

Natalia está en las mismas; pero se le suma que su puesto de trabajo requiere mayor presencialidad.

En la familia Ruiz Andújar, la madre de cuatro hijos, se dedica también al malabarismo familiar, compaginando su actividad profesional como responsable jefa de zona de Gocco en Portugal, Canarias, Andalucía y Extremdura, mientras atiende a su familia en días como hoy.

Con los pequeños, suman seis miembros en casa.

El mayor Manuel, que tiene 13; el siguiente Alejandro, con 12; Jaime, 10; y Arturo, con 6 años.

Familia Ruiz Andújar
Familia Ruiz Andújar

Natalia sí que compara los días como hoy a la pademia: "Esto parece el confinamiento; hoy al menos no viajo, esta mañana teletrabajado desde las 7 de la mañana; pero tengo que ir visitando las tiendas ahora, porque están abiertas con este aviso naranja".

Por suerte, el padre de los niños, puede conciliar junto a ella.

Las tiendas están abiertas, pero si se plantea algo mayor, todo el mundo ha acudido a su puesto de trabajo.

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