Las superficies comerciales toman el relevo a las fábricas
La apertura de grandes tiendas apenas incide en los servicios auxiliares locales.
La visión de los polígonos industriales sevillanos ha cambiado bastante los últimos años. Si antes era el humo de las chimeneas y el ruido en el interior de las naves lo que caracterizaba a estas zonas productivas, ahora es la comercialización la que se está adueñando de dichos espacios, en los que cada vez es mayor el número de locales vacíos. Así, las fábricas se han convertido en puntos de venta directa (la mayoría de las veces al por mayor). Esta actividad se desarrolla, sobre todo, en aquellas naves situadas en la primera línea de los polígonos, que sirven de escaparate para un entorno donde el tejido industrial se ha desmantelado.
Esta transformación no es más que el reflejo del cambio que se ha producido en las principales áreas productivas de la provincia, como Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas y la Rinconada, en las que las grandes superficies comerciales han ido ganándole terreno a las fábricas. Ejemplo de ello es lo ocurrido en el municipio alcalareño, donde el pasado otoño abrió sus puertas un nuevo centro de Makro, levantado junto a la SE-40 y que ha supuesto la contratación de 104 trabajadores directos.
Esta inauguración vino precedida de la de Decathlon (en la superficie ocupada anteriormente por Merkamueble) o Leroy Merlin. Sin embargo, un análisis pormenorizado de la repercursión laboral que tiene la instalación de estas firmas en la provincia constata que la generación de empleo queda lejos de la que llega a crear la industria, entre otros motivos, porque el negocio de la comercialización -al tratarse la mayoría de las veces de grandes cadenas de distribución- no repercute en servicios auxiliares y llegan a suponer en muchas ocasiones una dura competencia para los negocios locales. Muestra también de la implantación de las multinacionales del comercio en detrimento de la industria es el proyecto de apertura de un segundo centro de Ikea en terrenos aledaños al aeropuerto y ello, pese a que las cifras de venta de la multinacional sueca han disminuido un 2,5% en 2012.
Frente a este dominio del sector servicios, una excepción la constituye la planta de Oragine Schweppes (La Casera), que ha puesto en marcha una nueva línea de envasado aséptico de botellas tras una inversión de 25 millones de euros y ha creado 20 puestos de trabajo. Un pequeño oasis en tan largo desierto.
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