La cesta de la compra también se encarece por la espiral inflacionista

La cesta de la compra también se ha encarecido, aunque menos que los carburantes y la electricidad. Tomar un café en un bar en Sevilla ha pasado de 1 euro o 1,20 a 1,50 euros, sin ir más lejos porque la leche es más cara. En los alimentos la subida se ha registrado sobre todo en pescado y marisco, frente a la bajada registrada en 2021, y de las legumbres y hortalizas, la leche, queso y huevos y la carne.

En marzo pasado, respecto al año anterior, la mayor variación al alza de precios se dio en los huevos (11% de variación), leche (11%), aceites y grasas (32,1%), la carne de ovino (10,1%), el pescado fresco y congelado (10,1%), café, cacao e infusiones (9,3%) y los cereales y sus derivados (9,1% de variación), legumbres y hortalizas frescas (7,2%) y preparados de legumbres y hortalizas (7,3%). Por tanto, la subida se nota también en todos los alimentos que llevan estos ingredientes, según el informe del Índice de Precios de Consumo del Instituto de Estadística.

Desde la patronal andaluza de empresas de alimentación y perfumería (CAEA), su director general Álvaro González Zafra explica que el aumento de precios en la cesta de la compra se debe al contexto de tormenta y de espiral inflacionista en el que estamos que afecta a todos los sectores. “Estamos en una pandemia que no ha pasado, con una escasez de materias primas, con la guerra de Rusia a Ucrania ...Los incrementos de los costes de producción se dan en todos los sectores económicos y en todos los eslabones de la cadena alimentaria”, recalca.

El coste del transporte y del carburante es transversal y afecta a toda la cadena. Y en el caso de la electricidad, a la alimentación como sector de distribución comercial le afecta porque en el canal mayorista, en las plataformas logísticas y en los supermercados los servicios de refrigeración de frescos tienen que estar conectados las 24 horas del día. “Imagínese los incrementos tan exponenciales de costes y la reducción de márgenes comerciales que se ha producido cuando el aumento del coste de la energía supera el 100% de subida en los precios”, expone.

Con todo, en alimentación la espiral inflacionista es menor que en otros sectores. “El IPC de marzo de la alimentación en España está en un incremento del 6,8% en alimentación, mientras el general en el 9,8, es decir, que los precios de alimentación están tres puntos por debajo del IPC general. En Andalucía, está al 6,9% la variación de precios en alimentación, frente a 9,9% en el índice general, es decir, que también en nuestra comunidad está tres puntos por debajo”, señala el director general de la patronal de alimentación y perfumería.

González Zafra explica la causa de que en alimentación la subida ha sido menor que en otros sectores. “La competitividad que hay en el sector es la mayor garantía de que los precios se van a subir lo menos posible ¿Por qué? porque en un contexto de crisis como el que atravesamos, hay un elevado porcentaje de consumidores que lo está pasando muy mal por la pandemia, por la pérdida de poder adquisitivo, por la espiral inflacionista...Y en ese contexto el consumidor prioriza el precio por encima de otras variables de compra, como la calidad, la marca o la proximidad. Eso hace que aquel que suba precios pierda cuota de mercado. Esto es una regla básica. Si el consumidor ve que está más caro en una tienda, se va a la tienda de al lado”.

La patronal señala que en la actualidad hay costes que son ya imposibles de soportar y de meter en márgenes, porque no hay. "Cuando los carburantes, las materias primas y la electricidad están subiendo a este ritmo, absorbes el impacto a costa de los márgenes que puedes. En el sector de la alimentación los márgenes son escasísimos desde el primer eslabón de la cadena hasta el último. La distribución comercial, por ejemplo, tiene un margen del 2 al 3%. Por cada euro vendido, eso supone un margen de 2 a 3 céntimos. Eso afecta a la rentabilidad".

Las soluciones

Para bajar los precios finales al consumidor, la solución está en reducir el precio de la energía y del carburante, en opinión de la patronal andaluza de alimentación y perfumería. González Zafra reclama que el Gobierno central tiene que solucionar esos dos elementos transversales que hacen que se multipliquen los precios en todos los sectores.

Desde el punto de vista empresarial, CAEA pide una rebaja de impuestos para desahogar a las familias y a las empresas ante esta subida de precios.

CAEA organiza el próximo miércoles 27 a las 10.00 en la CEA una jornada para explicar cómo funciona la cadena alimentaria.

Los precios generales

La subida de precios generales en marzo de 2022 respecto a marzo de 2021 ha sido la más alta desde mayo de 1985, según la tasa anual del Índice de Precios de Consumo (IPC). Según el IPC de marzo, la variación de precios en los alimentos y bebidas no alcohólicas (6,8%) superó a la que se dio en hoteles, cafés y restaurantes (4,4%), y muy por debajo de la registrada en transporte (18,6%) y vivienda (33,1%).

En transporte se debe a que los precios de los carburantes y lubricantes para vehículos personales han subido en marzo más que el año pasado. En vivienda se debe a la subida de los precios de la electricidad y, en menor medida, del gasóleo para calefacción, mayor este mes que en marzo de 2021.

En hoteles, cafés y restaurantes debido a que los precios de la restauración y los servicios de alojamiento aumentan este mes más de lo que lo hicieron en 2021.

En Andalucía, la subida de alimentos y bebidas no alcohólicas ha sido del 6,9% (en España del 6,8%). Las bebidas alcohólicas y tabaco registran una variación del 2,8% (en España del 3%). En el vestido y calzado el incremento de precios ha sido del 2,5 (en España del 3%). En vivienda del 37,3% (en España del 33,1%). En menaje del 3,9%, en hoteles, cafés y restaurantes del 4,2% y en transporte del 18,7%. Ha bajado en comunicaciones (-0,5%) y apenas ha subido en medicina (1,1%), en ocio y cultura (1,1%), enseñanza (1,3%).