Student Project: Aquí puedes encontrar profesores particulares para tus hijos en Sevilla

PIONEROS DE SEVILLA

La iniciativa Student Project ofrece apoyo académico a estudiantes de Primaria a Bachillerato a través de clases de refuerzo impartidas por universitarios

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Student Project: Una iniciativa de clases particulares impartidas por universitarios en Sevilla / Juan Carlos Vázquez

Dar clases particulares siempre ha sido una manera –aparentemente sencilla– de ganar un dinerillo durante la etapa universitaria. Se trata de un refuerzo educativo que ha tomado peso en los últimos años. De hecho, según los datos de la Encuesta de Gasto de los Hogares en Educación de 2019/2020 y la Encuesta de Presupuestos Familiares –ambas realizadas por el INE y agrupadas en un informe del centro de estudios políticos EsadeEcPol en 2022–, el gasto ascendió a 1.700 millones de euros en España. En cuanto al número de alumnos que las recibieron, la cifra agregada está en el 47%: 46,5% de alumnos de la red pública y un 50,1% en la red concertada. Un panorama que abre muchas posibilidades.

Posiblemente, Carlos Barriga y Luis del Castillo –dos amigos que compartieron pupitre en el colegio Portaceli y ahora en la Universidad de Sevilla– no supieran nada sobre esta cascada de datos cuando decidieron embarcarse en una aventura con nombre propio: Student Project. Un proyecto convertido en startup que nació a partir de una necesidad muy simple. "Llevábamos varios años dando clases particulares para tener unos ingresos adicionales, pero en diciembre de 2022 llegaron los exámenes y decidí dejarlas. Poco después, la madre de uno de mis alumnos me preguntó si conocía algún profesor y me comentó las dificultades que tenía para encontrar uno", recuerda Barriga. Una situación que compartió con su compañero de batallas y se pusieron manos a la obra para encontrar una solución. 

Una solución con doble dirección

Pero estos dos jóvenes estudiantes, que cursan el último año de Ingeniería Civil en la actualidad, no sólo trataban de ayudar a unos padres en apuros, también querían crear una plataforma para que sus homólogos universitarios tuvieran más oportunidades de trabajo. 

Y de este modo crearon una plataforma que ya cuenta con 250 profesores y la confianza de 100 familias. Datos que han conseguido en apenas un año, dándose a conocer, principalmente, con el efectivísimo boca a boca. Indican que también se sirvieron del tradicional método de repartir flyers en las puertas de los centros escolares. Así, han conseguido estudiantes de Sevilla Este, de Nervión, de Los Remedios e incluso del Aljarafe. Y es que Student Project ofrece un servicio educativo desde la Primaria hasta Bachillerato. "Al comienzo, creamos un grupo de Whatsapp con todos los profesores para enviarles las ofertas que nos fuesen llegando", detalla Del Castillo e indica que esta aplicación de mensajería es el canal de comunicación principal. Con profesores, pero también con los padres.

Modus operandi

Los progenitores deben rellenar un formulario con las necesidades de sus hijos y su disponibilidad. Posteriormente, los profesores "pujan la oferta" y son Barriga y Del Castillo quien hacen la selección para comprobar qué docente se adapta mejor. Una vez elegido, crean un grupo de Whatsapp con diferentes participantes: los padres, el alumno, el profesor y un coordinador de Student Project. 

El precio medio es de 12 euros la hora, aunque varía según el curso. En Primaria cuestan 11, en la ESO son 12,50 euros y en Bachillerato valen 13. Los diferentes importes son fijos en inamovibles. “Los domingos enviamos la factura a los progenitores con el número de clases que han dado durante la semana y el precio final”, detalla Barriga.

Sí que indican que una manera "de proteger al profesor" es "penalizar" a los padres si cancelan una clase con poco margen de maniobra. Como sucede en los restaurantes, pueden anular la lección hasta tres horas antes de su inicio. Por otro lado, hacen especial hincapié en que intentan que, por ejemplo, las clases de Matemáticas –la asignatura que tiene más solicitudes– las impartan universitarios que estén cursando esta titulación o una rama relacionada. 

"Cercanía" entre tutores y educandos

El perfil de los alumnos es muy diverso. Desde el estudiante que quiere llegar a la excelencia –principalmente de cara a los exámenes finales y a la temida Selectividad– hasta el que va renqueando y necesita un refuerzo extra. "El alumno que llega no ha madurado lo suficiente como para ponerse solo y el profesor lo que hace es un proceso de guía, orientación y explicación", apunta Barriga, pero admite "que puedes encontrar de todo". "Desde el alumno que pasa hasta el que lo necesita porque quiere sacar un 10", aunque estos últimos son una rareza. "La mayoría van justos, quieren aprobar y necesitan un profesor para que esté encima durante el tiempo que dure la clase", señala Del Castillo. 

Gran parte del secreto del éxito exponencial de Student Project es que las edades de docentes y educandos no son tan dispares. De hecho, el lema de la startup De estudiantes para estudiantes– bebe de esta idea. "Tenemos a profesores que están en segundo de carrera preparando a gente para Selectividad" y que, por tanto, apenas se llevan tres años. Ésto propicia "un ambiente cómodo y amigable".

Hacia nuevos destinos

Prevén expandir su proyecto a 10 ciudades nuevas el año que viene. Madrid, Barcelona, Granada o Córdoba se encuentran entre los destinos seleccionados. El objetivo es llegar –como mínimo– a 400 alumnos y tener un equipo con 1.250 profesores. Ambos compaginarán la Ingeniería Civil con el desarrollo del proyecto. 

En cuanto al emprendimiento en la ciudad, ambos sostienen que sí se veían montando una empresa, "pero no tan jóvenes". "Vimos el hueco, pero la verdad es que lo hicimos por ayudar a que los padres consiguiesen a un profesor, porque nosotros al estar en la universidad tenemos la capacidad de llegar a un montón de estudiantes dispuestos a dar clases particulares", valora Barriga. En cuanto a su compañero sí que es tajante en cuanto a mantener la sede en la capital hispalense “por lo que representa y por animar a otros emprendedores”. Del Castillo también considera que "el tejido empresarial" emprendedor debería robustecerse –como en Málaga– "porque hay madera, la gente se mueve y muchos jóvenes tienen ganas de avanzar".

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