Una sonrisa a toda velocidad
'La vida es un regalo' era el lema de María de Villota en su nueva vida tras el accidente y el título del libro que iba a presentar en unos días.
Su pelo rubio y su sonrisa eran inconfundibles en el paddock de la Fórmula 1, el hábitat natural de María de Villota, una persona que vivió a toda velocidad tanto dentro como fuera de los circuitos. Lo único que logró borrar el gesto de felicidad de su rostro fue el accidente que a punto estuvo de costarle la vida, pero no tardó mucho en recuperarlo y en asimilar que el destino le había regalado otra oportunidad. Ésta fue mucho más corta de lo que hubiera deseado. La vida es un regalo fue el lema que guió la segunda vida de la piloto.
De Villota nació en una familia ligada al motor: su padre, Emilio, fue piloto de Fórmula 1 en los 70 y su hermano, también Emilio, compartió con ella los primeros karts. Pero no fue el hijo varón el que tomaría el testigo del padre. Fue la mujer la que logró escalar peldaño a peldaño en un mundo reservado para los hombres. De Villota era una persona con una gran determinación y fue haciéndose un hueco en el asfalto hasta llegar a ser piloto probadora de Marussia. Estaba a un paso de convertirse en la primera española en competir en la Fórmula 1 -y la tercera mujer de la historia- cuando su vida cambió radicalmente.
María renació el 3 de julio de 2012 en el aeródromo de Duxford. La española chocó violentamente contra un camión cuando probaba un Fórmula 1. Logró escapar de la muerte y perdió un ojo, pero De Villota siempre aseguró que aprendió de aquella experiencia. "Cuando te pasa algo tan bestia, cuando sientes que has tenido una segunda oportunidad en la vida, te olvidas de las cosas que antes te parecían problemas y te dedicas a disfrutar la vida mucho más. Al final el aura se limpia", dijo.
El adiós a su sueño de competir no le impidió seguir viviendo a toda velocidad. Sólo pisaba el pedal de freno cuando sus secuelas lanzaban señales de su estado frágil. "Hacer una cosa un día es bastante llevadero. Lo malo es cuando se acumula. Eso es lo difícil. Me cuesta más que antes, me canso más, tengo dolores de cabeza...". Pero no quería hacer una cosa al día, sino muchas. Quería exprimir a fondo su nueva etapa.
Se casó con su preparador físico, Rodrigo García Millán, y se volcó en contar su historia allá donde se lo pidieran en una emocionante presentación que perfeccionó con el paso de los meses. Su sonrisa perenne no paraba de viajar, siempre tenía compromisos. La vida es un regalo era su mantra. Lo decía en cada entrevista, lo escribió en su perfil de Whatsapp y lo utilizó como el título del libro que iba a presentar dentro de unos días.
El ex presidente de la Junta de Andalucía José Rodríguez de la Borbolla coincidió con ella el miércoles en el AVE y le pidió un autógrafo para su sobrina. "Estuvo todo el viaje demostrando vitalidad, hablando con su compañera, manejando el Twitter, organizando actividades. Estaba viva, con ganas de vivir, y se le notaba".
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