Una partida de droga adulterada podría haber causado las muertes en las cárceles

sobredosis en prisión Sevilla

Tres presos han muerto por sobredosis en el último mes, dos en Sevilla-I y otro en Morón

Imagen de archivo de la prisión de Sevilla-I / EFE

Una partida de droga adulterada podría haber causado las muertes de tres presos que se han sucedido en el último mes en las cárceles de la provincia de Sevilla. Dos de los internos han muerto en la prisión de Sevilla-I, mientras que el otro lo hizo en la de Morón de la Frontera. A falta de los informes definitivos de las autopsias, todo apunta a que estas tres muertes estuvieron ocasionadas por sobredosis.

Esta sucesión de fallecimientos en circunstancias similares ha llevado a las Fuerzas de Seguridad a sospechar de que puede haber entrado una partida de droga adulterada en las cárceles, según han indicado a este periódico fuentes de la lucha contra el narcotráfico. La última de las muertes fue este jueves, cuando a primera hora de la mañana fue encontrado sin vida en su celda del módulo 57 de la prisión de Sevilla -I Jonathan G. J., de 27 años, que cumplía una condena de dos años de cárcel por los delitos de tráfico de drogas y y tenencia ilícita de armas.

Los funcionarios alertaron al médico de la prisión, que no pudo más que certificar la muerte del recluso, iniciándose a continuación el protocolo de actuación correspondiente en estos casos, con una investigación interna. Del fallecimiento del preso se dio traslado al juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Sevilla, que dirige la investigación sobre la muerte. A la espera de que lo confirme la autopsia, todo apunta a que el preso murió por una sobredosis.

Jonathan G. J. pertenece a una familia muy conocida en las Tres Mil Viviendas, si bien últimamente residía en Los Pajaritos. Desde muy joven ha estado vinculado al tráfico de drogas, como muchos de sus familiares. En el año 2008, cuando todavía era menor de edad, fue detenido en una operación en la que se le intervinieron 6.500 euros, un kilo y medio de cocaína, 75 gramos de hachís y un BMW 360.

Una semana antes, el 29 de mayo, apareció muerto en su celda de la cárcel de Morón de la Frontera Antonio N. F. Este recluso había sufrido ya otras sobredosis en ocsaiones anteriores y sufría una importante adicción a las drogas. Veinte días atrás, el 9 de mayo, murió en Sevilla-I Julián M. C., alias el Juli, de 51 años. Este recluso iba a ser trasladado a la prisión de Puerto III el mismo día en que se encontró su cuerpo sin vida. Era un delincuente común con un amplio historial delictivo, que llevaba años en prisión. Era de Torreblanca, pero había estado viviendo y cometiendo delitos también en la provincia de Cádiz.

En julio de 2009 fue detenido por un atraco en un domicilio dela plaza Linares Rivas, en el polígono Norte. También se le imputó un atraco en Los Barrios (Cádiz). Un año y medio más tarde, en diciembre de 2009, fue detenido después de que fuera identificado por el ADN obtenido de un billete con sangre que dejó en un atraco cometido en una tienda de jamones de la calle Torremegía, en Torreblanca.El golpe fue en febrero de ese mismo año. En 2010, asaltó un chalé de Sanlúcar de Barrameda y quiso clavarle un cuchillo al propietario, que lo sorprendió robando. Se llevó una cartera con mil euros. Fue reconocido por la víctima del robo y detenido poco después en esa misma localidad.

En este mismo año ha habido otras muertes en las cárceles sevillanas. El 15 de abril se ahorcó un preso en Sevilla-I, el 2 de marzo murió un interno del Psiquiátrico penitenciario por una trombosis después de una caída, el 20 de febrero se ahorcó otro recluso también en el Psiquiátrico, el 4 del mismo mes hubo otra sobredosis en Morón y el 6 de enero murió un interno de Sevilla-I en una salida al hospital. Son ya ocho los presos fallecidos en Sevilla y 84 en las cárceles españolas en lo que va de año.

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