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Estos son los principales síntomas de la enfermedad mano, pie y boca y su duración

Salud

Síntomas de la enfermedad mano, pie y boca y su duración / Raising Children

Las consultas de los pediatras se llenan estos días de niños con la enfermedad del mano, pie y boca y, también, de padres alarmados que desconocen esta patología y ven cómo aparecen pequeñas ampollas en la boca, la palma de la mano y la planta de los pies de sus hijos. Los pediatras advierten: "No estamos ante un brote epidémico. Esta alta incidencia es normal". Y piden tranquilidad a los padres.

Pero, ¿qué es exactamente esta enfermedad, cuáles son sus síntomas y cuál es su duración? La enfermedad mano, pie y boca está causada por virus que pertenecen a la familia de los enterovirus. El más habitual es el virus Coxsackie A16. Afecta, sobre todo, a niños entre 2 y 10 años, aunque es especialmente común en menores que van a la guardería, según explica la pediatra Macarena Muñoz, directora del centro de salud Virgen de África. También puede afectar a adultos, pero en menor medida. En este caso, la enfermedad puede llegar a ser más agresiva, tal como ocurre con otras enfermedades infantiles en adultos, como el sarampión.

Como la inmensa mayoría de las infecciones infantiles, el mano, pie y boca se contagia a través de las secreciones, como las gotas de saliva de otro niño enfermo (al hablar, toser, besar y achuchar), a través de las manos, juguetes o utensilios que hayan estado en contacto con el paciente y tras la manipulación de las heces, ya que el virus se excreta vía digestiva y a través de la saliva.

Una vez pasado el periodo de incubación, que puede durar entre 3 y 6 días desde que se produjo el contacto, aparecen los primeros síntomas. "Es muy frecuente que un niño contagie la enfermedad durante el periodo de incubación de la enfermedad porque, posiblemente, los padres ni sepan que el menor tiene la infección. Por eso es tan fácil que se propague el virus. A esto hay que sumar el cambio de estación, la vuelta al cole y que los colegios y las guarderías son espacios cerrados con una ventilación, a veces, insuficiente", apunta la pediatra sevillana Victoria Molina.

Principales síntomas del mano, pie y boca

Los principales síntomas son fiebre, dolor de garganta, mocos o goteo nasal, como en cualquier resfriado común y, a posteriori, pueden aparecer en la boca unas lesiones pequeñas o ampollas (en la parte posterior de la garganta, la parte superior de la boca, a ambos lados de la lengua y en la encía, y a veces alrededor de los labios). También pueden aparecer en los dedos, en las palmas de las manos y en las plantas de los pies unas lesiones puntiformes. En algunos niños con pieles atópicas o con pañales, también pueden aparecer estas lesiones en las nalgas. Estas ampollas, especialmente la de las bocas, pueden doler si se ulceran.

"Los niños más pequeños suelen babear mucho, porque las ampollas en la boca les causa dolor. Y pueden dejar de comer. Las lesiones de las manos y los pies no suelen doler", explica la doctora Victoria Molina.

"Por lo general, es un cuadro de síntomas banal, aunque las lesiones en la boca pueden ser dolorosas. Las pequeñas ampollas se pueden ulcerar, especialmente las de la laringe y la boca, o las de la zona de pañal", continúa la doctora Macarena Muñoz. "¿Cuándo hay que preocuparse e ir al pediatra? Cuando veamos que el niño no quiere comer porque le duele mucho y orina poco. En estos casos, el niño puede estar deshidratado. Si el niño está decaído, le duele el cuello o tiene fiebre alta".

En el caso de los adultos, la incidencia es mucho menor pero, sí se contagia, la enfermedad suele aparecer de manera más agresiva. "Puede haber ciertas complicaciones, como la pérdida de las uñas", continúa la doctora Muñoz.

Tratamientos para la enfermedad del mano, pie y boca

Al tratarse de un virus, esta enfermedad no se puede tratar con antibióticos y tampoco hay vacuna. El tratamiento es sintomático, es decir, solo afecta sus síntomas y no la causa subyacente.

La doctora Macarena Muñoz recomienda tratar la fiebre con Apiretal (paracetamol). También se puede administrar suero oral para evitar una posible deshidratación en el caso de que el menor no coma. "Para el dolor de la boca y la garganta a causa de las ampollas, si el menor es más mayorcito, se le puede administrar un spray con ácido hialurónico, que ayudará a la cicatrización de las lesiones", comenta la pediatra.

También se recomienda evitar comidas calientes, así como alimentos ácidos. Se les puede ofrecer comidas fresquitas, evitando el exceso de dulce y de sal. Es importante que el menor tome líquidos a lo largo de todo el día.

La duración aproximada de los síntomas es entre 5 y 10 días aunque la fiebre no suele durar más de 3 días.

Cómo prevenir el contagio

La medida preventiva más eficaz para prevenir este tipo de infecciones, como otras muchas, es el lavado frecuente de manos, especialmente tras el cambio del pañal, y de los objetos que han estado en contacto con un niño enfermo (juguetes, cambiadores, toallas…). "Hay que evitar besarse, abrazarse o compartir las bebidas. Los niños pequeños se llevan siempre las manos a la boca, por lo que habría que evitar tocarle las manos a los niños, para que no se contagien de éstas o otras enfermedades", explica la pediatra Macarena Muñoz. "En la guardería, además, los niños lo comparten todo y se llevan todo a la boca, por eso es tan importante la desinfección de los juguetes y objetos".

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