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Más de 104.000 sevillanos viven en los barrios al límite de la pobreza

El 15% de la población de la capital reside en los 25 barrios vulnerables de la ciudad, lastrados por el paro, el fracaso escolar y la miseria

La plaza del Platanero, una de las zonas más deprimidas de Torreblanca. / Juan Carlos Muñoz

Más de 100.000 personas viven en zonas desfavorecidas de Sevilla, unos barrios cuya situación empeoró con la crisis económica, en los que se recortaron las ayudas y programas sociales y que desde entonces no han logrado salir del bache. Son lugares en los que el paro alcanza tasas muy elevadas, hay un alto índice de abandono y fracaso escolar, y por tanto una población activa escasamente formada.

Son zonas estigmatizadas, cuyos vecinos se sienten mal mirados por el resto de la ciudad y en las que con frecuencia se suceden los casos de desigualdad y falta de oportunidades y que arrastran un gran problema relacionado con el género, con episodios de violencia machista demasiado frecuentes.

Hace un año, la Junta elaboró un estudio de zonas desfavorecidas de Andalucía. Era la primera fase de la Estrategia Regional Andaluza para la Cohesión e Inclusión Social (Eracis), un programa a largo plazo para tratar de erradicar, o al menos paliar, la pobreza en la comunidad. El diagnóstico de este plan se hacía basándose en cuatro criterios: el desempleo, el analfabetismo, el estado de las viviendas y la población inmigrante.

Contenedores de basura en Los Pajaritos. / Juan Carlos Muñoz

Atendiendo a esos criterios, la Junta detectó seis zonas desfavorecidas en la capital. Son el Polígono Sur, Torreblanca, el Polígono Norte, Los Pajaritos, El Cerezo y La Plata. A raíz de aquel estudio básico, el Ayuntamiento de Sevilla ha elaborado ahora su plan local de intervención en estas zonas desfavorecidas, un proyecto para mejorar los indicadores sociales en estos barrios de aquí a 2022. Ese plan profundiza en el diagnóstico de las zonas marcadas por el Eracis y hace un estudio mucho más detallado de los problemas que padecen cada uno de estos barrios.

Muchos de ellos son males comunes: el paro endémico, la escasez de ofertas de trabajo, la escasa cualificación profesional de la población activa, la inseguridad y los problemas de convivencia entre los vecinos, el alto nivel de adicciones, tanto al alcohol como a las drogas, la limitada participación de los vecinos en actividades culturales y sociales, la falta de recursos públicos para atender a los más necesitados, la cantidad de familias desestructuradas, los menores en situación de riesgo, el absentismo escolar, el elevado índice de abandono y fracaso educativo, la necesidad de una intervención social planificada y de continuidad, la segregación cultural, la violencia de género... Pero además de ellos, cada zona presenta una serie de particularidades y de problemas singulares, que sólo podrían solucionarse teniendo en cuenta la peculiaridad e idiosincracia de estos lugares.

Una calle de La Plata. / Juan Carlos Muñoz

Por ejemplo, de Los Pajaritos destaca el fuerte sentimiento de identidad y pertenencia al barrio que tiene su población, algo que no ocurre en el resto de zonas, de las que la mayoría de los residentes prefieren irse en cuanto tienen oportunidad de hacerlo. O en las Tres Mil Viviendas se hace evidente la necesidad de regular el comercio ambulante, la ocupación de viviendas o los enganches ilegales a los suministros como la luz y el agua.

En el caso del Cerezo hay un problema que no ocurre en el resto de barrios, como es la proliferación de pisos patera, en los que varias familias inmigrantes se ven obligadas a compartir vivienda por la precaria situación ecónomica que padecen.

Una calle de Palmete. / Juan Carlos Muñoz

Lo primero que hace el estudio es delimitar bien las zonas. Salen en total 25 barrios dentro de las seis grandes áreas marcadas en el Eracis, con una población superior a las 104.000 personas. En concreto. Es decir, aproximadamente un 15% del total de los habitantes de Sevilla residen en zonas de riesgo de pobreza, marginalidad y exclusión social.

En concreto, son en total 104.401 personas, de las que 52.757 son mujeres y 51.284 hombres. De este colectivo, el 7,6% está compuesto por extranjeros. El 68% de la población de riesgo se encuentra concentrada en el grupo de edad de 17 a 64 años, el 15% son personas mayores de 65, el 13% son menores de edad y el 6% niños de 0 a 5 años.

La delimitación de las áreas es la siguiente. En el Polígono Sur, además de este barrio, se incluyen la avenida de la Paz, la Oliva y Las Letanías, lo que supone una población de 29.000 personas. En Torreblanca mete también dos bloques sociales de Sevilla Este, el Parchís y Los Blancos, con lo que los habitantes suben a 23.000.

Los bloques del Cerezo. / Juan Carlos Muñoz

En el Polígono Norte se añaden El Vacie, una parte de Los Príncipes y La Bachillera. Son en total 9.000 personas. En Tres Barrios-Amate están Los Pajaritos, Madre de Dios, la Candelaria y Amate, con 18.000 vecinos. En El Cerezo se añaden La Palmilla y Doctor Marañón, donde residen 5.000 personas. La última zona es La Plata, Padre Pío y Palmete, con 20.000 habitantes.

Una vez delimitadas las áreas, pasa a hacer un análisis de cada uno de estos barrios vulnerables, su historia, sus problemas y también sus oportunidades, así como los recursos que tienen actualmente. Este diagnóstico está pensado como primera fase de un plan que precisa de una inversión de casi 18 millones de euros, aportados por la Junta, la UE y el Ayuntamiento, y en el que tendrán que trabajar (si hubiera presupuesto) 88 profesionales.

Polígono Sur

Construido entre 1968 y 1977, ya desde su origen se consideró zona insegura. Acogió a chabolistas de la Corchuela y El Vacie y a vecinos de Torreblanca y Los Pajaritos. Tiene una importante población gitana, que representa casi la mitad de los habitantes. No hay actividad económica regularizada y las tiendas de desavío están en pisos y furgonetas, hay venta ambulante y recogida de chatarra. Hay un problema importante de ocupación ilegal de viviendas y también existe un alto grado de inseguridad ciudadana, con numerosos conflictos.

Torreblanca

Su origen data de la época romana, aunque su forma urbana actual es fruto de procesos de autoconstrucción de una población represaliada del franquismo, obligada a trabajar en la construcción del canal de los presos entre 1940 y 1972. El barrio padece economía sumergida, negocios ilícitos como la venta de droga, hay una importante demanda de servicios sanitarios y de urgencias, con consumo de droga, interrupción de embarazos a edades tempranos, violencia de género y maltrato y abuso infantil. La población anciana también padece falta de recursos.

Los Pajaritos

Tres Barrios acogió a la población humilde de otras zonas de la ciudad a partir de los años cincuenta. Ahora hay una creciente población inmigrante y familias monoparentales, de mujeres solas con hijos. Una de las peculiaridades de la zona es la baja especialización profesional y el bajo nivel académico de la población. Se ha constatado un empeoramiento paulatino del barrio a lo largo de los últimos años, principalmente por el crecimiento del paro, la delincuencia y las carencias educativas y de servicios sociales y culturales.

El Cerezo

Construido en los años 60 y 70 del siglo XX, el barrio cuenta con una importante población inmigrante. Destaca la presencia de vecinos de origen latino, especialmente de Bolivia y Ecuador, seguidos de población de origen marroquí y nigeriano. Los extranjeros son muy jóvenes, mientras que la población española está muy envejecida y está compuesta en su mayoría por jubilados. Los problemas del barrio son los pisos patera, la baja cualificación profesional, la alta tasa de desempleo y las escasas ofertas de trabajo. Hay familias desestructuradas y menores en situación de riesgo.

Palmete - Padre Pío - La Plata

Los tres barrios surgen 1940 y 1950 como asentamientos de autoconstrucción. El grueso de la población carece de estudios básicos, hay un alto índice de familias numerosas y desestructuradas y los problemas de convivencia son frecuentes. El desempleo es bastante alto y afecta especialmente a los jóvenes y a las mujeres. Existe la economía sumergida y la venta ambulante no está regulada. Un gran volumen de población tiene necesidades básicas de alimentación. Hay muchos mayores que viven solos.

Polígono Norte - El Vacie

Surgió en los 60 por la ocupación de unas huertas que había en la zona, coincidiendo con el desarrollo industrial de Sevilla, y promociones públicas de viviendas para realojar a poblaciones residentes en chabolas. La principal zona de riesgo es El Vacie, donde la situación de exclusión social es severa, y viene acompañada de problemas de seguridad, vandalismo y delincuencia organizada. En el Polígono Norte se repiten los problemas de paro, escasa cualificación y adicciones.

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