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Un sevillano que escapó del ciclón Chido en Mayotte: "Cuatro días después, sigo sin poder contactar con amigos"

Ignacio Madruga Rus es profesor en la isla francesa y logró adelantar su vuelo a España para las vacaciones de Navidad horas antes de la "catástrofe": "Como en Valencia, las alertas llegaron tarde"

Francia teme una de las peores catástrofes de su historia tras un ciclón en las Islas Mayotte

Estado en el que han quedado las viviendas en algunas zonas de la isla. / EFE

El sevillano Ignacio Madruga Rus y su pareja, ambos profesores desde hace tres años en Mayotte, el archipiélago francés ubicado en el océano Índico arrasado por el ciclón Chido, preparaban su viaje para visitar por Navidad a la familia en España y París previsto para el pasado domingo cuando algo les hizo considerar adelantar el vuelo. "Pudimos anticiparnos a lo que se venía encima", afirma en unas declaraciones a este medio desde la isla española de Mallorca, parada previa antes de viajar a Sevilla.

El ciclón amenazaba con llegar a la isla, pero la "falta de información" y de "alerta oficial" por parte de las instituciones, según se queja el profesor, unido a la experiencia, salvando las distancias, vivida recientemente en la comunidad valenciana tras el paso de la DANA a finales de octubre, les hizo reaccionar. "Fui una situación similar, las previsiones allí tampoco indicaban que pasara lo que finalmente ha pasado, pero había mucho riesgo. Las alertas empezaron a llegar, pero tarde", apostilla.

Apesadumbrado desde la distancia, Ignacio cuenta que las noticias que le llegan de amigos y vecinos con los que ha logrado contactar hablan de "una verdadera catástrofe". "Tengo muchos amigos con los que no he podido hablar todavía cuatro días después", lamenta y apunta a que la comunidad española "es muy grande en la isla".

Avisa de que, aunque el balance provisional es, por el momento, de unos 20 muertos y más de 200 heridos, "la realidad es que podemos estar ante cientos y miles de muertos", consecuencia de los "elevados porcentajes de población que vive de forma irregular en la isla" y "en condiciones habitacionales muy precarias, viviendo en chabolas".

"Han pasado cuatro días y, según me cuentan, va todo muy despacio. Hay muchas zonas que no tienen electricidad, sólo disponen de agua potable aquellos que hicieran con anterioridad reservas, el aeropuerto está fuera de juego, sin torre de control, y, sobre todo, no tienen información", remarca y destaca la "gran solidaridad" entre los vecinos.

Ante esta situación, la destrucción material es la única que, de momento, se puede constatar. Ignacio no sabe en qué situación ha quedado el colegio en el que trabajaba. Sobre su vivienda, cuenta que el edificio de tres pisos en el que se ubica ha perdido el techo y que su vecino se ha refugiado en su casa que, al ser en la segunda planta, ha conservado la estructura. "Se tuvo que refugiar porque en su casa ha perdido el techo. Nos ha contado que entraba agua por todos lados, pese a tener puertas y ventanas cerradas", detalla.

Sobre su vuelta, prevista para el próximo 10 de enero con fecha de llegada el día 12, Ignacio mantiene la duda. "No sabemos nada. Nuestra intención es volver, pero ni siquiera sabemos si podremos aterrizar", concluye.

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