Una sevillana hace realidad lo imposible gracias a la Ambulancia del Deseo: ''Algo en ella despertó ese día''

Qué razón esa de que los sueños sí se cumplen. Que se lo digan a Ana María. Y a Manoli. Y a toda su familia.

Ana es vecina de Valencina de la Concepción (Sevilla). Un trágico día su vida cambió por completo. Se viven muchas cosas en la primera planta del Hospital Virgen del Rocío, no es un lugar fácil, tal y como nos contó Manoli, madre de Ana María, que pasó 8 meses, con sus noches y sus días, en el módulo de lesiones medulares.

Un tramo de la vida largo y complicado en el que su hija susurraba una palabra desde aquellas blancas paredes del hospital: Vejer. El pueblo de Cádiz fue protagonista de muchos paseos con amigas, de muchas tardes de verano. Volver a respirar el aire de sus calles era la ilusión de una chica que tuvo que frenar su vida cuando menos lo esperaba. 

Los ángeles con bata hicieron su función. Entre las salas del Hospital Virgen del Rocío fueron las enfermeras las encargadas de mandar el deseo de Ana María. Con todo dispuesto, emprendieron el viaje. Una ambulancia con ventanas transparentes se encargó de recoger a Ana y a sus familiares en el municipio del Aljarafe. Tras ella, los coches de sus 14 familiares que no quisieron perderse el momento. Una ambulancia totalmente equipada, con equipo médico, enfermeros, y todos los elementos necesarios para hacer de la experiencia de Ana lo más llevadera posible.

Al llegar al pueblo blanco gaditano, la mirada de Anamari solo transmitía una cosa: emoción. ‘‘Mi hija sabía que estábamos allí, miraba a todas partes‘’, nos contaba una emocionada Manoli recordando lo que, para ella, es uno de los momentos más especiales de su vida. ''Algo en ella despertó ese día, yo notaba como ella sabía que estábamos allí''

Se implicó todo el personal necesario en cumplir aquel deseo. Desde sanitarios hasta la propia Policía Local, que se encargó de cortar el paso y escoltar a la ambulancia por todo el pueblo. Pasó por todos aquellos lugares que quería pasar –con sus cuestas pertinentes, como ya es sabido en Vejer–. Pero todo mereció la pena. 

Tras acabar aquel paseo, que de seguro les duró lo mismo que un suspiro, la ambulancia arrancó de nuevo en dirección a El Palmar. Allí, una playa adaptada les estaba esperando. ‘‘Había una sombrilla gigante para que a ella no le diera el sol, y una camilla adaptada para poder bañarse ". No obstante, la mayor adaptación fue la de los socorristas. ‘‘No se separaban de nosotros, siempre nos preguntaban qué necesitábamos y nos querían ayudar", contaba Manoli. ‘‘No tengo palabras de agradecimiento para expresar lo que la ambulancia del deseo ha hecho por mi niña". 

Lo que parecía que iba a ser un rato de playa, acabó siendo un día entero. En torno a las siete de la tarde el vehículo arrancó de nuevo en dirección a Sevilla. Vuelta a casa para una familia que su vida cambió por completo, pero que recordarán este momento toda su vida. Y es que, tal y como contó Manoli, las buenas personas siguen existiendo. 

Qué es la ambulancia del deseo

La Ambulancia del Deseo es una fundación que nace en 2007 en Holanda. Es en 2018 cuando decide implantarse en España, centrando su sede en Murcia. Apenas lleva unos meses en Andalucía, pero ya cuenta con una lista de deseos a sus espaldas, y otros muchos por cumplir. 

El objetivo de la fundación es poder ayudar a quienes lo necesitan a cumplir sus deseos. En especial a personas con una enfermedad avanzada o con problemas de movilidad. 

El proyecto cuenta con un equipo de voluntarios que ayudan a cumplir los sueños de aquellos que lo solicitan. Este amplio equipo es o no personal sanitario, por lo que cualquiera con voluntad puede ayudar a conceder los deseos. Deseos que, cabe destacar, son previamente valorados por los expertos de la fundación para ver si se cumplen o no los requisitos para que sean concedidos. 

Sandra, el ángel de Ana María 

Cuando Manoli hablaba de su experiencia y la historia de su hija no dejaba de repetir el nombre de Sandra. La sanitaria fue la encargada de acompañar a Ana María durante todo el viaje, asistiendo a cada paso y haciendo que la joven llegase a cada uno de los rincones del pueblo donde quería llegar. 

Además, estuvo días antes preparando con Manoli todo el viaje. Desde medicinas hasta recorridos –ayudada en esto último por Rocío, prima de Ana María–. Fue también la encargada de regalarle a Mario, la mascota de la fundación, que les acompañó durante todo el viaje. 

A día de hoy, la familia mantiene una estrecha relación con la voluntaria. ‘‘Jamás tendré agradecimiento para Sandra ", narraba Manoli, recordando con cariño el amor que la joven sanitaria puso sobre su hija y su familia. 

Una experiencia minuciosamente estudiada para que su experiencia fuese, de verdad, cumplir un deseo.