Sevilla, la nueva reina del baile
La ciudad se ha convertido en reclamo para celebrar grandes eventos, pero se deben preservar su idiosincrasia y personalidad para no morir de éxito
Las 25 portadas que conmemoran el 25 aniversario de Diario de Sevilla
"A la diva del pop le gusta Sevilla". Este era el titular que daba Diario de Sevilla a la crónica del concierto que protagonizó Madonna en septiembre de 2008. 45.000 personas -20.000 de fuera de la provincia- se congregaron en el Estadio de la Cartuja marcando un hito: que la diva del pop y, por tanto, la industria musical internacional mirasen -por fin- a la capital de Andalucía. 16 años después de esta noche única, la ciudad se ha transformado. Ha dejado de ser la adolescente que nadie saca a bailar durante la fiesta de fin curso del típico instituto norteamericano, que todos hemos visto en la gran pantalla alguna vez, para convertirse en la nueva reina del baile.
Madonna no ha sido, ni mucho menos, la primera artista en descubrir los múltiples encantos de esta urbe. Eso es evidente. Miles Davis, B.B. King, Leonard Cohen, Kiko Veneno, Radio Futura, Gabinete Caligari, Mecano... La lista es extensa y no se puede decir que la ciudad haya vivido de espaldas a las grandes citas culturales y a la música en directo. Siempre ha habido ganas, ilusión y demanda. Tampoco se puede decir que los conciertos en la plaza Sony de la Expo 92 fueran el principio del fin. Pero sí es cierto que Madonna -y por ello se destaca su figura como arranque- consiguió crear una estela a la que siguieron muchos: los rockeros AC/DC y los británicos U2 en 2010, Bruce Springsteen en 2012 o Ricky Martin en 2017.
Pero la eclosión de los últimos años es incomparable a este goteo. Aunque haya quién eche la vista atrás y añore ciertas estampas del pasado, lo cierto es que las citas hasta la bandera se han convertido en la imagen habitual de cada fin de semana. No es novedoso que un gran artista decida pisar suelo hispalense. De hecho, las quinielas ahora se echan para vaticinar quién será el siguiente. Guns and Roses, Scorpions o Bob Dylan han estado aquí en los últimos cinco años. Sin contar los grandes nombres del panorama actual -las leyendas del futuro- que siguen moviendo legiones de seguidores: Rosalía, C. Tangana, Camilo, Daddy Yankee o Maluma.
Una casa para los grandes eventos
Sevilla es una ciudad hospitalaria que acoge con entusiasmo cada gran cita que se celebra. Acostumbrados al bullicio y su jaleo natural, a las masas que se echan a las calles para festejar cualquier motivo y a los tapones que en cualquier otro sitio echarían a más de uno para atrás. Todo forma parte de la idiosincrasia hispalense. La gran prueba -más allá de las exposiciones del 29 y del 92- era demostrar que la capital podía funcionar como gran anfitriona y ha demostrado que está preparada con creces. Más allá de recibir con los brazos abiertos al de fuera, es capaz de desplegar un dispositivo de seguridad sin fallos con un sector hostelero y hotelero a la altura de las circunstancias.
Quedó demostrado en 2019, cuando la filial europea de la cadena estadounidense MTV decidió que la capital fuera anfitriona de su gala anual de premios. En España, la ceremonia se había celebrado en Barcelona, Madrid y Bilbao. Pero también en Berlín, Londres, Roma, Estocolmo, Copenhague o París. La música invadió la ciudad durante una semana con conciertos en diferentes enclaves. Desde el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo hasta la Plaza de España. De norte a sur. Charlas sobre producción musical, talleres centrados en composición, encuentros con artistas y, como colofón, la banda estadounidense Green Day ofreciendo un espectáculo único en el monumento de Aníbal González. Todo ello a un precio asequible, gratuito en la mayoría de los casos. Pero sin duda, la estampa más difícil de olvidar fue la pirámide de sillas flamencas -con nada menos que 50 bailarines- coronada por una Rosalía que se autoproclamó, sin saberlo, embajadora ante nuevos tiempos musicales.
Ese mismo año, en ese mismo recinto, la artista catalana versionó el himno Me quedo contigo de Los Chunguitos en la gala anual de los Goya. Porque Sevilla puede con todo. "¡Queremos entrar, queremos entrar!", gritaba el gentío congregado frente al Palacio de Congresos y Exposiciones (Fibes). Porque Sevilla se apunta a todo. La ocasión lo merecía. La ceremonia más importante del cine patrio solo se había celebrado una vez fuera de la villa de Madrid y de eso hacía casi 20 años. Una gala en la que la diversidad fue la indiscutible protagonista gracias a la maravillosa Campeones.
Solo tres años después, el cine volvió a tomar este mismo recinto para desplegar su alfombra roja. Esta vez azul como excepción. Durante los días previos se organizaron proyecciones gratuitas en los cines de la ciudad de los largometrajes nominados. También charlas con actores, directores y guionistas. Incluso rutas por los enclaves que han servido como escenario de producciones tan emblemáticas como Star Wars, Noche y Día o El reino de los cielos. Incluso ocho cabezones gigantes tomaron la Plaza San Francisco, la Plaza de España, Santa Justa, la Plaza del Altozano o la terraza Marqués de Contadero. Todo preparado -y la ciudad formando parte de ello- para una ceremonia en la que As bestas, de Rodrigo Sorogoyen, fue imbatible.
De Shakira al mundo
Pero sin duda, la niña bonita llego en noviembre de 2023 con la celebración de la 24ª edición de los Grammy Latinos. Por primera vez, el evento internacional saldría de su zona de confort -los colosales estadios de Las Vegas, de Los Ángeles y de Miami- para cruzar el charco. Podrían haber elegido cualquiera de las capitales europeas como París, Londres, Berlín o Ámsterdam. Incluso Madrid, Barcelona o Bilbao. Tan acostumbradas a la puesta en marcha de este tipo de eventos de calibre internacional. Pero no, Sevilla fue la gran anfitriona. Más de 10.000 personas participaron en este evento que necesitó un despliegue de 3.000 técnicos solo para el montaje de su gala principal. Ceremonia que se celebró el 16 de noviembre con guiños a Picasso, a Machado, a Lola Flores o a la mismísima Rocío Jurado con la versión inmortal de Se nos rompió el amor que interpretó, una vez más, Rosalía. Con invitados de la talla de Shakira, Karol G, Laura Pausini, Camilo, Sebastián Yatra, Rauw Alejandro, Bizarrap o Juanes. Una prueba en riguroso directo y en prime time de que la marca de nuestra región ha conseguido traspasar todas las fronteras.
Pero todo lo que tiene luces, focos y grandes estrellas, también tiene sombras. En Sevilla todavía falta un auditorio de tamaño mediano que esté perfectamente equipado a nivel acústico y conectado con la ciudad. Por otro lado, se debe poner empeño en hacer partícipe a la ciudadanía de las grandes citas que se celebren. El sevillano es acogedor por naturaleza y merece que se le recompense con el mismo trato. Haciéndole partícipe de todo lo que ocurra e invitándole a formar parte de ello. Porque llegarán más ocasiones para brillar, de eso no hay duda, y la ciudad no puede limitarse a ser un mero escaparate. La capital no es un decorado de cartón piedra, efímero y volátil. Tiene personalidad propia y una amalgama de Sevillas capaces de convivir en perfecta armonía. Proteger todo lo que la hace diferente es fundamental para no morir de éxito.
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