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La Sevilla que mira de reojo al 29 y al 92

25 aniversario de Diario de Sevilla

La nueva transformación urbana de la ciudad pasa por modernizar sus infraestructuras, mejorar su movilidad y expandirse con nuevos barrios

Imagen aérea de Sevilla con parte de la corona metropolitana al fondo. / José Ángel García

Sevilla tiene en el horizonte el año 2029 con el reto de sufrir una nueva transformación urbanística similar a la que se produjo cien años antes con la Exposición Iberoamericana o hace más de 30 con la Expo del 92. El entendimiento entre las distintas administraciones ha propiciado algunos pasos adelante en cuestiones enquistadas como el Metro, la SE-40 o los nuevos barrios por los que Sevilla se expande. Quedan muchos retos pendientes.

Una de las grandes asignaturas que se agrava especialmente por la pujanza que el sector turístico tiene en Sevilla es la falta de una conexión por tren entre el aeropuerto y la estación de Santa Justa. Unir esos dos nodos centrales de transporte es urgente. Al igual que finalizar la ampliación del Puente del Centenario, que ayudará a aliviar los atascos en los accesos a Sevilla. La reforma de este punto negro de la SE-30 va a mejorar, además, los enlaces de las principales vías con el Puerto. Una infraestructura pendiente y clave para el desarrollo urbanístico de la capital es la remodelación del enlace de la SE-20 (Supernorte) con la A-4.

Hay equipamientos claves para cambiar la cara de la capital y desarrollos en parcelas donde están previstas miles de viviendas. Tras muchos años bloqueados, ya se encuentran en marcha proyectos de calado para recuperar los edificios de la fábrica de tabacos del barrio de Los Remedios y la comisaría de la plaza de la Gavidia. La Ciudad de la Justicia ya toma forma en Palmas Altas. Queda pendiente el entorno de Santa Justa. La idea es construir un espacio más ordenado, con viviendas públicas y privadas y un proyecto terciario emblemático. En definitiva, una puerta más decente por la que entran a la ciudad cada año diez millones de viajeros. Entre los suelos más destacados dentro de ciudad se encuentran los de Cruz del Campo, donde ya se levanta una barriada entre Nervión y el Polígono San Pablo.

Sevilla se percibe fuera como una ciudad atractiva también para invertir. Prueba de ello es la evolución del mercado de la construcción y el inmobiliario. En los últimos años se han aprobado planes urbanísticos que han permitido actuaciones en Palmas Altas, Sevilla Este, Cisneo Alto, Hacienda el Rosario, Kansas City, Su Eminencia... Dentro de esta estrategia, una decisión ha sido reactivar a Emvisesa, la empresa municipal de la vivienda, como motor de vivienda social que, por primera vez, cuenta con un plan municipal. Otro de los retos pendientes es la ordenación de los usos de la dársena del Guadalquivir. La tramitación no está siendo fácil. El Puerto busca abrirse a la ciudad con un nuevo barrio. Las naves históricas de la avenida de Las Razas se recuperarán.

El crecimiento poblacional del área metropolitana se ha producido en detrimento de la capital, que perdió más de 22.000 habitantes en 20 años

No se puede dejar atrás la corona de la ciudad. Sevilla y su área metropolitana conforman hoy esa ciudad universal que se renueva para seguir siendo eterna. Uno de los sectores indicadores de la actual transformación de Sevilla y su metrópolis es el sector de la promoción inmobiliaria, cuya actividad, junto a la construcción, representa el 15% del PIB provincial, y está inmersa actualmente en sus principales desarrollos urbanísticos. El sur de Sevilla concentra prácticamente el 50% de los nuevos desarrollos en marcha con proyectos como Palmas Altas, Villanueva del Pítamo o Entrenúcleos. Una transformación de Sevilla y su metrópolis actual que está protagonizada por un crecimiento urbano innovador y alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), Agenda 2030, adoptados por las Naciones Unidas (ONU). La metrópolis del sur de Europa ha sido elegida recientemente por la Unión Europea entre las cien ciudades europeas con el reto de ser climáticamente neutras en el horizonte del fin de la década.

El crecimiento poblacional del área metropolitana se ha producido en detrimento de la población de Sevilla capital. El padrón del INE (Instituto Nacional de Estadística) evidenciaba en enero de 2023 que la población de la ciudad hispalense era de 681.998 personas, lo que supone niveles similares a los años previos a la Exposición Universal de 1992 (el récord se vivió en 1995, con más de 719.500 empadronados). Aunque la pérdida de población de Sevilla capital obedece a diversos factores, sin duda uno de los más determinantes es la falta de suelo, que explica que, mientras que los municipios situados en un radio de 20 kilómetros de la capital han incrementado su población en más de 115.000 habitantes en los últimos 20 años, Sevilla haya perdido más de 22.000 en ese mismo periodo.

El crecimiento de sectores estratégicos de Sevilla debe ir acompañado del desarrollo de nuevos suelos capaces de albergar una oferta altamente cualificada y alineada con la planificación urbana sostenible. El sector de la promoción inmobiliaria debe ser el principal motor inversor capaz de desarrollar los suelos disponibles, donde ya muchos sectores cuentan con expedientes administrativos avanzados y que tienen capacidad para albergar una oferta de 34.000 nuevas viviendas, de las que 14.000 contarían con algún régimen de protección, y más de 1,5 millones de metros cuadrados de actividades económicas que equivaldrían a una inversión de 5.500 millones de euros, de los que 700 millones estarían vinculados a procesos de transformación urbana. Sevilla necesita otro salto al frente.

Dos operarios visualizan varias obras en Palmas Altas. / Rocío Ruz / E. P.

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