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La cuenca del Guadalquivir padece uno de los años más secos desde 1996

De octubre a enero ha llovido la mitad de lo previsto, uno de los periodos con menos agua de los últimos 25 años

El decreto-ley de sequía que la Confederación activó en noviembre aún no se ha aprobado en Consejo de Ministros

Los peores años de la serie histórica son 1998-1999 (100 litros/m2), 2004-2005 (145 litros/m2), 2007-2008 (153 litros/m2), 2011-2012 (174 litros/m2) y el actual año hidrológico (180 litros/m2)

La falta de agua es evidente en el pantano del Pintado, en Sevilla, este sábado. / Juan Carlos Muñoz

La falta de lluvias en la cuenca del Guadalquivir está vaciando embalses y empeorando la situación de los campos y de las explotaciones ganaderas. A día de hoy, los embalses del Guadalquivir se sitúan al 28,6% con 2.320 hm³ almacenados, 689 hm³ menos que hace un año.

El decreto-ley de sequía por la acuciante falta de agua en la cuenca del Guadalquivir que se activó en noviembre pasado se sigue tramitando y pronto se aprobará definitivamente. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir lo envió al Ministerio de Transformación Ecológica y Reto Democrático, con el que se sigue trabajando la versión final antes de elevarlo al Consejo de Ministros, según confirmó este viernes la Confederación.

El mes de enero de 2022 ha sido el peor de los últimos 25 años por falta de precipitaciones y el mes más seco del año hidrológico que comenzó hace cuatro meses, el pasado octubre. Solo se han recogido en enero 9 litros/m2 de agua, un 85% por debajo del valor de la media histórica del mismo mes (62 litros/m2) de los últimos 25 años. La máxima precipitación registrada en este período se ha localizado en el embalse de Dañador (28,3 litros/m2) en la provincia de Jaén, mientras que la mínima se ha registrado en el embalse del Gergal (0,2 litros/m2) en la provincia de Sevilla.

En lo que respecta a la precipitación media anual, los 180 litros/m2 acumulados desde el inicio del año hidrológico (1 de octubre) hasta el 31 de enero supone una disminución de precipitación del 42% con respecto al valor medio del mismo periodo de los 25 años anteriores (309 litros/m2).

Precipitaciones anuales entre octubre y enero en la cuenca del Guadalquivir. / Dpto. de Infografía

En la infografía adjunta se puede apreciar claramente que estamos en uno de los periodos más secos de los últimos 25 años, porque ha transcurrido demasiado tiempo seguido lloviendo por debajo de la media. En estos cuatro meses del 1 de octubre (inicio del año hidrológico) al 31 de enero no se había dado un periodo tan seco, con 180 litros/m2 de lluvias recogidas. Esta medida equivale a la altura que el agua alcanza sobre una superficie plana e impermeable con paredes verticales.

Estamos muy lejos de las abundantes precipitaciones que se registraron entre 1996 y 1997 (de octubre a enero), cuando se recogieron nada menos que 674 litros/m2. Ese fue el mejor año hidrológico en este periodo de los últimos 25 años.

Los peores años de la serie histórica de estos 25 años han sido cuatro: 1998-1999 (100 litros/m2), 2004-2005 (145 litros/m2), 2007-2008 (153 litros/m2) y 2011-2012 (174 litros/m2). El quinto es el periodo en el que estamos actualmente: 2021-2022.

Desde 2013-2014 está lloviendo por debajo de la media de 309 litros/m2 en la cuenca, a excepción del año hidrológico 2019-2020 cuando se recogió algo más de agua del promedio: 314 litros/m2.

Precipitaciones medias por provincia entre octubre de 2021 y enero de 2022. / Departamento de Infografía

Los años con lluvias más abundantes de octubre a enero, sin llegar a las buenas cifras de 1996-1997 (674 litros/m2), han sido 2009-2010 (539 litros/m2) y 2010-2011 (519 litros/m2), seguidos de 1997-1998 (513 litros/m2), 2000-2001 (462 litros/m2) y 2012-2013 (440 litros/m2).

Los datos utilizados proceden de la red de pluviómetros del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), más concretamente de los pluviómetros instalados en los 49 embalses de la demarcación. Forman parte del Informe Pluviométrico que mensualmente elabora la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Si atendemos a la distribución de la pluviometría acumulada por provincias, se observa que en todas ellas la lluvia acumulada se sitúa por debajo de la media de los 25 años anteriores. Los valores máximo y mínimo se han localizado respectivamente en los embalses de las provincias de Sevilla con 221 l/m² y Granada con 105 l/m².

Otra vista de las escasas reservas de agua del pantano del Pintado. / Juan Carlos Muñoz

Las precipitaciones acumuladas más abundantes desde el inicio del año hidrológico (por encima de 280 l/m²) se han registrado en la cabecera del río Guadalquivir (embalse de Aguascebas con 315 l/m²) y sur de la Sierra de Jaén (embalse de Quiebrajano con 283,3 l/m²) y en la Sierra Norte en la provincia de Sevilla (embalses de La Minilla, Huesna y José Torán con 280,3 l/m², 292,2 l/m² y 295,9 l/m² respectivamente).

Por el contrario, los valores más bajos de pluviometría acumulada (inferiores a 100 l/m²) se han registrado en la cuenca del Guadiana Menor (embalses de El Portillo con 89,1 l/m², Negratín 83,3 l/m² y Francisco Abellán con 50,2 l/m²) y en la cabecera del río Genil (embalses de Cubillas con 86,3 l/m² y Bermejales con 71,6 l/m²) todos ellos en la provincia de Granada.

Declaración de Sequía

El 2 de noviembre de 2021 la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) que preside Joaquín Páez declaró la situación excepcional por sequía extraordinaria en toda la cuenca que abarca las provincias de Sevilla, Córdoba, Granada y Jaén. La decisión parecía inevitable cuando al cierre de octubre de ese mismo año las reservas en los embalses estaban al 26%: las peores cifras en 25 años, desde 1995.

El organismo estatal dejó bien claro que el decreto de sequía cuyo trámite se iniciaba para estar listo en los primeros meses de 2022 servía para dar amplias facultades al presidente de la CHG con las que priorizar el consumo doméstico (se han reservado ya 400 hectómetros cúbicos) y los caudales ecológicos de los cauces (ríos y arroyos) de la cuenca.

Seguirá habiendo agua para el abastecimiento de la población al menos durante dos años. El agua para los habitantes que se nutren de los grandes sistemas de abastecimiento (como Emasesa) no faltará, pero la CHG avisa de posibles problemas para los territorios que dependen de pozos.

El problema es el regadío que consume el 87% del agua, por lo que si no llovía de forma abundante no era posible que dispusieran de más recursos. Únicamente se reservaron 100 hectómetros cúbicos para mantener los cultivos leñosos y evitar su pérdida. Antes de la aprobación del decreto de sequía se recortaron un 50% las asignaciones para riego en 2021.

El consumo humano se lleva una mínima parte del agua de la cuenca pese a estar constituido por más de 4 millones de personas, que son las que viven en las zonas afectadas por el decreto de sequía. Salvo que llueva de forma abundante en los próximos meses, el regadía no está autorizado para disponer de más recursos por ahora.

Se constituyó la comisión permanente de sequía de la que forman parte la CHG, la Junta, entidades locales, regantes, empresarios, sindicatos, organizaciones ecologistas y operadores. Su misión era redactar el documento justificado con medidas para el decreto-ley de sequía que debe aprobar el Consejo de Ministros. Depende del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.

La falta de agua es un problema general en España y preocupa que en estos meses de invierno no llueva en los niveles que se esperan.Las cuencas que menos agua almacenan son la del Guadalquivir, (28,5% de su capacidad) y la de Guadalete-Barbate (29,8%). Por el contrario, las que contienen mayor cantidad de agua embalsada son las del País Vasco (95,2%), la del Cantábrico Oriental (86,3%) y la de Tinto, Odiel y Piedras (74,2%).

La situación hidrológica en España está a la baja en los últimos meses a causa de lo que los expertos califican como un año escaso en lluvias. Las primeras semanas del año actual 2022 han sido secas y, según las predicciones de los meteorólogos, este mes de febrero también va a ser más seco de lo normal. El temor es que esta tendencia se prolongue en los meses de marzo y abril.

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