Cinco sentencias, dos culpables
El asesinato de Marta
La incógnita de la ocultación del cuerpo de Marta del Castillo se mantiene después de cinco resoluciones dispares en las que han intervenido ya 18 jueces.
Un auténtico laberinto jurídico cuyo final no parece cercano. El proceso por la desaparición y asesinato de la joven Marta del Castillo acumula ya hasta cinco sentencias emitidas por distintas instancias judiciales, con resultados dispares y en cuyos veredictos han intervenido hasta 18 jueces, incluido el magistrado que durante 14 meses investigó la causa hasta que dictó el auto de procesamiento contra los cuatro adultos procesados. Después de cinco sentencias, la Justicia sólo ha llegado a considerar culpables a dos de los cinco implicados: a Miguel Carcaño, como autor del asesinato, y a Francisco Javier García Marín, el Cuco, como encubridor del anterior. El Supremo ha abierto esta semana, aunque levemente, la posibilidad para que la Audiencia de Sevilla vuelva a estudiar la posible participación de Samuel Benítez como encubridor, lo que no implica que los magistrados que en su día ya le hallaron inocente vayan a variar ahora su criterio, que sigue siendo libre a pesar de que el Alto Tribunal haya tumbado su secuencia horaria al determinar que el cadáver de Marta tuvo que ser sacado del piso de León XIII de madrugada y no sobre las 22:15 del 24 de enero de 2009 como los jueces de la Audiencia estimaron en su sentencia.
El Supremo, que incluso ha endurecido la pena a Carcaño -al condenarle a otro año y tres meses prisión por un delito contra la integridad moral, por haber aumentado el sufrimiento de la familia con sus cambios de versión-, ha confirmado, de otro lado, la absolución de Javier Delgado y de su novia María García, imputados también en su día como encubridores.
El caso Marta, al tratarse de una investigación en la que estaba implicado un menor, determinó que se instruyeran desde el principio dos procedimientos diferentes, lo que ha puesto de manifiesto los efectos perjudiciales de ese "doble enjuiciamiento".
El primero en ser juzgado fue precisamente el Cuco, a quien el juez de Menores Alejandro Vián condenó a dos años y once meses de internamiento en centro cerrado como encubridor del crimen, una condena que precisamente el Cuco terminará de cumplir el próximo mes de marzo.
La sentencia fue confirmada por la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla, con lo que otros tres magistrados tuvieron contacto con el caso y determinaron que la pena impuesta era correcta, si bien la endurecieron con la condena, al Cuco y a sus padres, al pago de las labores de búsqueda de Marta desarrolladas en el río Guadalquivir.
El posterior recurso ante el Tribunal Supremo, que constituía la tercera resolución dictada en torno a la desaparición de Marta, fue rechazado por el Alto Tribunal.
La siguiente etapa del laberinto judicial vino determinada por el juicio a los adultos, que suscitó una gran expectación mediática porque, a diferencia del juicio al menor, se desarrolló en audiencia pública. Después de más de un mes de sesiones, la Sección Séptima de la Audiencia dictó, en enero de 2012, su sentencia, en la que sólo fue condenado Miguel Carcaño por el asesinato de Marta a la pena de 20 años de cárcel. Los otros tres acusados, Javier Delgado, María García y Samuel Benítez, fueron absueltos por la debilidad de las pruebas de cargo presentadas en su contra por las acusaciones.
Con esta resolución, deliberada por otros tres magistrados, llegaron las primeras contradicciones con respecto a la sentencia del Cuco, y ponía de manifiesto los peligros del doble enjuiciamiento por separado de unos mismos hechos. Las dos sentencias discrepan en aspectos tan fundamentales sobre quiénes participaron en las labores para hacer desaparecer el cuerpo y los horarios en los que sacaron el cadáver del piso de León XIII. El juez de Menores apuntó a una participación en el encubrimiento del crimen de Samuel Benítez y de Javier Delgado, algo que la Audiencia descartó de plano.
Ambas sentencias coincidían en que Miguel y Marta estaban solos en el piso cuando se produjo la muerte de la adolescente, pero a partir de ahí difieren sobre las personas que intervienen en los hechos. El juez de Menores incluye a Samuel en las labores para ocultar el cuerpo y argumenta que se deshicieron del cuerpo "en una hora no determinada de la madrugada del 25 de enero de 2009", pero la Audiencia rechazó esta tesis horaria, al afirmar que Marta fue asesinada entre las 21:00 y las 22:15 del 24 de enero, y que el cuerpo fue sacado en esta franja de tiempo por Miguel, el Cuco y un "tercero desconocido".
El Tribunal Supremo ha venido ahora a introducir nuevas dudas, al apostar nuevamente por el horario de la madrugada y anular parcialmente la sentencia de la Audiencia en lo que se refiere a Samuel Benítez. La decisión implica que la Audiencia vuelva a examinar, con libertad de criterio, la posible participación de este joven en el delito de encubrimiento del crimen, una vez descartado por el Alto Tribunal que el cuerpo fuese sacado a unas horas en las que Samuel disponía de coartada, por cuanto se hallaba en la barriada de Montequinto según varios testigos.
A las cinco sentencias que ya acumula el caso Marta habrá que sumar la nueva de Samuel, que también podrá y será recurrida ante el Tribunal Supremo, y a las que seguirán probablemente otras dos más, dado que la familia de Marta ya ha anunciado que recurrirán ante el Tribunal Constitucional y al Tribunal Europeo de Estrasbugo. El caso Marta puede, por tanto, alcanzar un nuevo hito jurídico: ser uno de los primeros sobre los que se dicten hasta nueve sentencias en las que intervengan más de una treintena de jueces y magistrados. Una lucha en la que los padres no descansarán hasta recuperar el cuerpo de su hija.
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