El parqué
Nicolás López
Tono mixto
El año 2013 marcó el punto más bajo en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en lo referido a los recortes en recursos humanos, y muy especialmente en el personal de oficio (ver gráfico), a causa de la aplicación de la jornada a 37 horas y media, entre otros recortes. Las consecuencias de los años marcados por estas pérdidas se sienten hoy en las instalaciones hospitalarias de Sevilla, que han cumplido en funcionamiento casi medio siglo, y que requieren de la renovación y de un esfuerzo por parte de la administración para su adecuado mantenimiento.
"Entre 2013 y 2016 se inicia una leve senda de recuperación en la plantilla de mantenimiento; y entre 2016 y 2017 se produce un salto cualitativo mediante la aplicación de la jornada de las 35 horas", explica Fernando Gilabert, subdirector de Personal en el Servicio Andaluz de Salud. En concreto, según datos del SAS, la plantilla de mantenimiento en Sevilla, en 2013 la integraban 557 efectivos, mientras que en 2016 ascendió a los 578 profesionales, tras años de pérdidas. "Esta senda de recuperación continuará, y antes de que termine este año 2017 esperamos que la plantilla de mantenimiento aumente hasta los 600 efectivos", añade Gilabert.
Ante las críticas de los sindicatos y de los propios trabajadores a la orden de 2008, que eliminó las ocho categorías clásicas de mantenimiento (jardinero, electricistas, fontaneros, calefactores, carpinteros, albañiles, mecánicos y pintores) para incorporarlas a dos figuras (técnico de mantenimiento y técnico superior), el subdirector de Personal en el SAS explica "que estos cambios responden a las nuevas necesidades de mantenimiento en los hospitales y a los cambios en la formación". Gilabert recuerda que en 2016 el SAS modificó la orden de 2008 y abrió estas figuras profesionales a nuevas titulaciones. Desde 2016 se ha iniciado el proceso para crear una bolsa de mantenimiento dentro de la Bolsa Única del SAS, que aún no funciona. El responsable de Personal avanzó que previsiblemente esta bolsa de empleo comenzará a funcionar antes que termine el año. Mientras tanto, las contrataciones se realizan a través de los servicios públicos de empleo (Inem y SAE), según fuentes sindicales, y mediante una bolsa provisional. Centrales como USO y CCOO denuncian que esta situación genera irregularidades en los contratos de las plantillas, de modo que se dan situaciones en las que, por ejemplo, un electricista mantiene un contrato de una categoría inferior pese a los riesgos de su trabajo, además de registrarse posibles incidentes por la falta de una cualificación supervisada, entre otros problemas.
Ante las deficiencias, "la seguridad es la premisa del personal de mantenimiento", explica José Ramón Ledesma, subdirector de Servicios Generales en el Hospital Macarena. "Ante estas situaciones se utilizan todos los medios al alcance e incluso se procede a la clausura si es necesario", añade. Pese a los controles a los que se someten los trabajos y servicios realizados por empresas privadas externas, en reformas recientes como las ejecutadas en las Urgencias del Macarena, se detectaron problemas al final de la obra (aparatos de aire inaccesibles para su revisión, problemas en tuberías, etcétera). Sólo en 2016 el personal de mantenimiento del Hospital Macarena recibió más de 60.000 avisos. Entre otros proyectos, Ledesma trabaja en un proyecto para avanzar hacia el modelo de edificio inteligente y, para ello, busca financiación europea.
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