Una sede y dos escudos

Calle Rioja

Alegoría. Nutrida representación académica y colegial en la presentación en la sede del Ateneo de una reproducción en mármol de Macael del escudo que sigue en Tetuán

Enrique Barrero, junto a Ángel Díaz del Río, descorre la cortina de la reproducción del escudo.

19 de noviembre 2009 - 05:03

UNA sede y dos escudos. Cuando el Ateneo se trasladó desde su sede de la calle Tetuán a la calle Orfila, junto a los Panaderos, dejó en su local de procedencia un elemento alegórico, un escudo que con las dos columnas y el abanico de rayos solares simboliza la solidez y luminosidad de sus principios. Una iconografía clasicista. La catalogación de la antigua sede como espacio protegido impidió la recuperación de ese elemento simbólico, que preside al modo heráldico la tienda de ropa (Benetton) que ocupa la sede.

La mudanza se produjo siendo presidente del Ateneo el médico Antonio Hermosilla, de cuya muerte en acto de servicio ateneísta acaba de conmemorarse el décimo aniversario. El 11 de enero de 1999, la infanta Cristina y el duque de Palma inauguraron la nueva sede del Ateneo.

En la entrada de la institución, frente a la efigie que recuerda el inconcluso mandato del doctor Hermosilla (1996-1999), se celebró ayer un acto de gran valor histórico y sentimental. Con una nutrida presencia de representantes de las academias, colegios profesionales y círculos recreativos, el presidente del Ateneo, Enrique Barrero, descorrió la cortina que muestra una reproducción exacta, milimétrica, en mármol de Macael, del escudo original que permanece con los secretos del pasado en la sede de Tetuán. Para el paseante por esta calle, en el solar que fue del Ateneo (ocupado en la actualidad por Benetton y tres tiendas más), la única constancia física del anterior inquilino es este escudo y una placa que recuerda que en esta sede, en mayo de 1909, se habló por primera vez en público en Sevilla del libro de Blas Infante El ideal andaluz.

A 48 días de una nueva edición de la Cabalgata de Reyes Magos, la reproducción del escudo tiene mucho que ver con esta iniciativa epifánica que puso en marcha José María Izquierdo y que convierte cada 5 de enero a todos los niños de la ciudad en socios eméritos del Ateneo. Quien fuera rey Melchor en 2007, el arquitecto Ángel Díaz del Río, guinda mágica de las bodas de diamante que celebró el Colegio de Arquitectos del que era y es decano, vio el escudo original formando parte del cortejo festivo del Heraldo.

"Le dije a don Enrique que por qué no hacíamos una reproducción del escudo", dijo ayer Ángel Díaz del Río, presidente de la sección de Arquitectura del Ateneo. "El Colegio se encargó del asesoramiento científico y dimos con una empresa de mármol de Macael que trabaja con tecnología punta. Hicieron un escaneo del modelo original, un barrido con rayos láser para lograr una reproducción exacta".

Además del decano del Colegio de Arquitectos, estuvieron los de los colegios de Abogados, José Joaquín Gallardo, y de Agentes Comerciales, Francisco Pérez Morón; presidentes de los colegios de Médicos, Carlos González Vilardell, y Farmacéuticos, Manuel Pérez Fernández; presidente de la Academia de Medicina, Jaime Rodríguez Sacristán, representantes de las de Buenas Letras, Enriqueta Vila, y de Ciencias, Francisco García Novo; presidentes del Círculo de Labradores, Antonio Rodríguez de la Borbolla, del Club Náutico, Eladio García de la Borbolla, del Círculo Mercantil, Salvador Casas; y el hotelero Manuel Otero Alvarado, hijo del ateneísta Otero Luna. Estuvieron los que fueran Reyes Magos Luis Miguel Martín Rubio y Francisco Baena Bocanegra, pregonero de una Cabalgata en cuyos detalles ya trabajan Juan Ortega y Anselmo Valdés, presentes en el acto, igual que Matilde Donaire, secretaria de la junta directiva.

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