Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
El menor asesinado en San Jerónimo es el segundo bebé fallecido en similares circunstancias en lo que va de año en la provincia de Sevilla, después del caso ocurrido el pasado 7 de mayo en Santiponce. Un recién nacido murió asfixiado presuntamente por sus padres, ambos menores de edad, que lo envolvieron en una manta tras dar a luz en una casa de este municipio. La pareja había ocultado el embarazo y trató de tapar también el parto, pero fue imposible.
La joven tuvo una fuerte hemorragia y se vio obligado a contar los hechos y acudió en compañía de una familiar al Hospital Virgen del Rocío, donde permaneció varios días ingresadas en el Hospital de la Mujer. Allí contó que acababa de dar a luz, por lo que desde el complejo sanitario se dio aviso a las fuerzas de seguridad. La Guardia Civil acudió a la vivienda y encontró el cadáver del bebé, que estaba envuelto en una manta y guardado en el interior de un armario. También acudió el servicio de emergencias sanitarias del 061, que únicamente pudo certificar la defunción del neonato. La comisión judicial acudió al domicilio y ordenó el levantamiento del cadáver a las 2:30 de la madrugada del 8 de mayo. El caso recayó en el juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla.
La Guardia Civil detuvo un mes después a los padres del recién nacido, una vez que el informe de la autopsia revelara que el niño nació vivo. Ya en el avance de la prueba forense se destacaba que el neonato murió por una insuficiencia cardiorrespiratoria aguda, sin precisar más detalles acerca de la causa de la muerte. Los dos progenitores, ambos menores de edad, fueron enviados a un centro de internamiento en régimen cerrado.
En los últimos años han ocurrido varios asesinatos de bebés o niños de corta edad en Sevilla. En 2023, una mujer dio a luz en su casa del polígono de San Pablo, metió al niño en una mochila y luego se marchó al hospital para que la curaran de los sangrados vaginales. Allí comunicó lo ocurrido y el hospital dio parte a la Policía, que encontró al recién nacido muerto en la vivienda. La madre tenía un alto grado de discapacidad y es probable que ni siquiera supiera que estaba embarazada. De hecho, la noche anterior al parto había estado en la Feria de Abril.
El año pasado también hubo un caso casi milagroso, pues una bebé recién nacida fue recuperada viva de un contenedor de basura de Los Palacios y Villafranca, donde su madre la arrojó tras dar a luz. Semanas después, la Guardia Civil detuvo a la progenitora. La menor fue dada en adopción.
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