La salud mental de niños y adolescentes, al límite

Todas las señales apuntan en la misma dirección: las demandas de atención salud mental en la infancia y en la adolescencia se han disparado. Abundan las consultas por patología obsesiva, ansiedad y adicciones a las nuevas tecnologías y redes sociales, pero también las autolesiones, las ideas de suicidio y los intentos de suicidio.

Quien relata está realidad es la doctora Cristina García Bernal, una voz experta que recientemente ha sido designada como la tercera psiquiatra mejor valorada en España por la plataforma Doctoralia. Ejerce en Sevilla, donde montó su propia consulta privada hace dos años. Sabe de lo que habla. Le avala más de una década de trabajo y formación incesante desde que inició su residencia en el Hospital Virgen del Rocío que ahora le ha llevado a este reconocimiento del que se siente "orgullosa" y al que se enfrenta con "responsabilidad".

Enamorada de su profesión, en los últimos tiempos ha advertido circunstancias que han marcado el devenir de las consultas. El paciente es cada vez más joven. "Creo que el origen puede estar en la sociedad laxa en la que vivimos, en la del todo vale, y la educación y límites que los menores están recibiendo por parte de sus progenitores", explica en declaraciones a este periódico.

Según su experiencia, la psiquiatra constata ese aumento generalizado de la demanda de atención psiquiátrica sin precedentes en los últimos años del que tanto se habla. "Yo empecé a trabajar haciendo el MIR en 2017 y desde entonces cada año ha ido a peor. Antes era anecdótico atender en urgencias a niños y adolescentes y ahora se ven con mucha frecuencia urgencias psiquiátricas de menores, cada vez además, de menor edad", explica.

La doctora García Bernal pone el acento en el "acceso sin límites" a las redes sociales como una responsabilidad importante detrás del momento actual en el que se encuentra la salud mental de niños y adolescentes. "Creo que el acceso sin límites está siendo muy perjudicial. Los adolescentes son un colectivo muy vulnerable y en ellos es muy frecuente el fenómeno de la imitación de conductas", indica. También, el haber tenido que enfrentarse en edades tempranas a un confinamiento extremo sin precedentes a consecuencia de una crisis sanitaria. "Eso ha afectado mucho a adolescentes y niños, pero también a adultos. En el caso de los más jóvenes, tuvieron que pasar mucho tiempo sin un contacto social real y por ejemplo, fue un desencadenante de pasar más horas en las redes sociales y otras tecnologías. También hizo que aumentara la ansiedad y el ánimo depresivo por no poder salir", apostilla.

Más mujeres que hombres y de entre 12 a 16 años

Por lo que ve en su consulta en Sevilla, la doctora advierte de un perfil mayoritario de pacientes que responden al de mujeres jóvenes, de 12 a 16 años, con muchos cambios de humor y una inestabilidad emocional e impulsividad. "Me llegan muchas pacientes con irritabilidad, mal rendimiento académico e incluso absentismo o mala relación con sus padres, que puede desencadenar en agresiones. "También adolescentes con rasgos inestables de personalidad que en futuro con mucha probabilidad acabarán siendo diagnosticados de trastorno límite de la personalidad", apunta.

Pero, sobre todo, "comportamientos de autolesiones e ideas de muerte con antecedentes de intentos de suicidio", explica. Esto es, actos deliberados para lesionar el cuerpo, pero que, a priori, no son un intento autolítico, sino una forma dañina de afrontar una situación emocional.

La psiquiatra pone especial énfasis en el alarmante aumento del número de adolescentes que se están iniciando en actividades parasuicidas o conductas que acaban siendo declaradamente autolíticas. "Son jóvenes que no han aprendido a gestionar el malestar emocional de forma más sana y recurren a la autolesión como medio ansiolítico, para calmarse. Si tuvieran los recursos y facilidades de acceso a una psicoterapia donde trabajar el manejo emocional, probablemente se redujeran mucho estas conductas. En chicos deprimidos o con mucho malestar muchas veces sólo ven la solución en el suicidio", atestigua.

En esta línea, la doctora García Bernal radiografía sin tapujos la complejidad del fenómeno y el peso que puede tener la falta de recursos actuales en la sanidad pública. "El suicidio es la primera causa de muerte no natural en esa franja de edad desde hace muchísimo tiempo y cada año se replican los datos. Yo parto de que España es uno de los pocos países europeos que a nivel estatal no cuenta con un plan de prevención de suicidio unificado. Eso llama la atención", afirma con contundencia. "Además está demostrado que en población Trans, por poner un ejemplo, las tasas son muchísimo más altas que en la población cis. Mi tesis doctoral precisamente trata sobre personas Trans y suicidio. La alarma actual es porque quizás ya es hora de que viendo el importante aumento de los casos demos un paso al frente y se pongan soluciones sobre la mesa", añade.

De ahí su preocupación por las carencias en la asistencia mental en el sistema público y el aumento de las demandas. "Ante el aumento de demanda asistencial no ha habido una respuesta acorde en la sanidad pública para que contemos con los medios suficientes", sentencia.