La saga de un pintor renacentista
Calle Rioja
Vida y obra. El paso por Sevilla de la actriz Diana Peñalver revive la fecundidad artística de la estirpe de los seis hijos artistas del pintor Santiago del Campo
SEVILLA es una ciudad de sagas artísticas. Álvaro Gutiérrez Ferrand, nieto del único sevillano que obtuvo el Planeta, ha ganado por segundo año consecutivo un concurso de relato corto para escolares, mientras que su hermano Marco, nieto de escritor y nacido el día del Libro, se ha estrenado como actor en una película premiada en el festival de cine de Málaga.
Manolo Barrios no ganó el Planeta porque se enfrentó al emperador de El Pedroso, editor que no tuvo demasiadas contemplaciones con sus paisanos: a Alfonso Grosso le hizo pasar por el quinario de ser en dos ocasiones finalista, esa tropa de subcampeones de la que también formaron parte Juan Benet, Fernando Quiñones y Fernando Fernán-Gómez. La memoria es menos perecedera que los premios, la alimentan sus lectores, un legado bien repartido. Se verá hoy con el homenaje que el Ateneo rendirá a Manuel Barrios, con la presencia del hijo del escritor, el profesor de Filosofía Manuel Barrios Casares.
De todas las sagas artísticas de Sevilla, una de las más prolíficas es la del pintor Santiago del Campo. Acaba de pasar por Sevilla su actriz Diana Peñalver, que lleva el apellido de su madre, para representar la obra Carrera de obstáculos. Una intérprete con un importante bagaje teatral y televisivo.
Los seis hijos de Santiago del Campo participaron en la obra más visitada del pintor: cada quince días la contempla una media de cuarenta mil personas, los que acuden al estadio Ramón Sánchez Pizjuán presidido por el gigantesco mosaico que firmó este pintor con la participación de su prole, amigos y discípulos.
Salomé y Alejandra del Campo hicieron Bellas Artes. La primera, en alianza bíblica, es pareja de Moisés Moreno, hijo político de Santiago del Campo que durante muchos años dirigió la Escuela Taller Plaza de España ubicada en las naves de Singer a la vera de la torre de don Fadrique.
Claudio del Campo es un nombre consagrado de la fotografía nacional e internacional. Ha colaborado en la edición de algunos de los catálogos y exposiciones de Atín Aya y ha sido testigo privilegiado y miniaturista de muchos trabajos de restauración del patrimonio artístico de la ciudad.
Pintura. Fotografía. Interpretación. Una versión artística del olímpico altius, citius, fortius. Artes clásicas que se completan con el salto de pértiga de los hijos músicos del pintor, los saxofonistas Gautama y Aquiles del Campo. Los dos formaron parte de la orquesta callejera que amenizó todos los días de la Expo. Gautama ha trabajado como músico en programas televisivos de prime time -Sardá, Wyoming, Pablo Motos- y Aquiles formó parte del grupo Círculo Vicioso, aportación de Sevilla a la movida de los ochenta que incluso llegaron a participar -y lo ganaron- en un festival de Benidorm.
Es Santiago del Campo un artista de estela renacentista a cuya trayectoria dedicó su tesis doctoral Fernando Martín, creador de las Jornadas de Arte Contemporáneo de la Maestranza. El mosaico del campo de Nervión, donde comparte pinacoteca balompédica con Ahmed ben Yessef, lo fue haciendo por secciones en su antigua casa de la calle Betis, que era fronteriza con la casa-hermandad de la Esperanza de Triana.
Su casa siempre fue una academia, un Laraña a domicilio del que surgían vocaciones que siguen siendo tan fecundas como el pincel matriz del patriarca.
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