Un sacerdote muere asfixiado por dos jóvenes en su piso del centro

Los dos presuntos homicidas ingresan en prisión por orden del juez, que ha decretado el secreto de sumario e investiga un posible móvil de robo con trasfondo sexual.

Jorge Muñoz

16 de octubre 2010 - 19:49

Sevilla/El juez de Guardia de Sevilla ordenó ayer el ingreso en prisión de dos jóvenes de 19 años como presuntos responsables de la muerte del sacerdote Ernesto Muñoz López, de 65 años. El cadáver del religioso fue hallado en la mañana del pasado miércoles en su apartamento del número 26 de la calle Jesús del Gran Poder, aunque la muerte se podría haber producido un día antes. En un primer momento, su fallecimiento se atribuyó a causas naturales -a la familia se le comunicó inicialmente que la muerte se produjo por un infarto fulminante-, pero la autopsia reveló que había sido asfixiado.

Los dos sospechosos, ambos jóvenes de unos 19 años, fueron detenidos por la Policía Nacional el jueves y ayer pasaron a disposición del juez de Guardia, que decretó su ingreso en prisión por un delito de homicidio y mantiene la investigación bajo secreto de sumario, confirmaron fuentes judiciales.

Las primeras investigaciones respecto al móvil del crimen apuntan a un posible robo con un trasfondo sexual, ya que el homicidio puede estar relacionado con las actividades de jóvenes que se dedican a la prostitución masculina. Al haberse decretado el secreto de sumario sobre el caso, no han trascendido más detalles sobre cómo llegaron los dos jóvenes al domicilio del sacerdote.

El grupo de Homicidios de Sevilla continúa la investigación para el esclarecimiento de todos los hechos relacionados con este homicidio, ahora ya bajo la dirección de la autoridad judicial. El juez también investiga los objetos que los presuntos homicidas pudieron haberse llevado del domicilio de la víctima.

El sacerdote Ernesto Muñoz López tuvo una vocación tardía, dado que se ordenó con 40 años. La víctima era funcionario del cuerpo superior de Administradores de la Junta de Andalucía y en los últimos años había estado viviendo en la residencia sacerdotal Santa Clara de la Calle Becas. Hace unos dos meses se marchó de la residencia para vivir en un apartamento ubicado en el número 26 de la calle Jesús del Gran Poder, donde precisamente fue hallado muerto la mañana del pasado miércoles, día 13 de octubre.

De forma ocasional, el sacerdote oficiaba misas en la iglesia de San Antonio Abad, ubicada en la calle Alfonso XII, muy próxima a su lugar actual de residencia, así como en otras parroquias de la ciudad.

El hermano mayor del Silencio, Antonio Rodríguez, mostró ayer a este periódico su "perplejidad" ante los nuevos acontecimientos que se han producido tras conocer esta semana el fallecimiento del sacerdote y ahora la detención de los dos jóvenes imputados por el crimen.

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