La ventana
Luis Carlos Peris
Reventa y colas para la traca final
infraestructuras viarias
Sevilla/La Ronda Norte y su prolongación que es la avenida Juventudes Musicales, ambas vías urbanas que competen al Ayuntamiento, superan los límites de ruido permitidos para vías de estas características por la mañana, por la tarde y, especialmente, por la noche, según un estudio acústico realizado a petición de los vecinos este mismo año por la Junta de Andalucía.
El problema radica en que estas vías soportan un tráfico enorme, superior a 80.000 vehículos al día. Y eso es porque pocos saben o quieren saber que son vías urbanas donde la velocidad máxima es de 50 kilómetros por hora y no se permiten camiones con más de 12 toneladas de carga, y que en ningún caso forman parte de la SE-30, donde sí se puede ir a 80 o 100 kilómetros por hora, según los tramos. Así pues, en la práctica los vehículos pisan el acelerador y se saltan la prohibición de paso de camiones. En la paralela SE-20 (más conocida como Supernorte) los vehículos están autorizados a alcanzar 80 kilómetros por hora.
El problema no existiría de haberse cumplido la planificación del plan general de la ciudad que proyectó una carretera de gran capacidad (Paso Territorial Norte) que continuaba el trazado de la SE-30 para cubrir el norte de la ciudad.
La situación afecta directamente desde hace años a los más de 15.000 vecinos de Macarena Norte que viven en el entorno y a los enfermos de cuidados paliativos del Hospital San Láraro, que padecen el paso de camiones de gran tonelaje a todas horas y de vehículos en grandes cantidades que alcanzan los 80.000 al día pese a tratarse de vías urbanas. El problema ha llevado a los vecinos de seis entidades de Macarena Norte a constituir la plataforma por la Ronda urbana Norte para batallar por una solución.
En el informe realizado a conciencia dentro de las viviendas particulares entre los días 15 de febrero al 8 de marzo, los técnicos de la unidad móvil de medida de la contaminación acústica de la Dirección General de Prevención y Calidad Ambiental de la Junta concluyen que de día (07:00 a 19:00) el nivel continuo de ruido alcanza más decibelios de los que fija la normativa andaluza para los suelos con predominio de uso residencial, concretamente la horquilla es de 67,5 a 72,3 decibelios, lejos del límite de 65 que marca la legislación.
Por la tarde (19:00 a 23:00) se vuelven a superar los niveles máximos permitidos, aunque en menor medida. En este caso el nivel de ruidos oscila entre los 66,9 y los 71,7 decibelios, frente a los 65 que como máximo autoriza la ley. La peor situación se da por noche (23:00 a 07:00) y con razón los vecinos dicen que no pueden descansar bien. La normativa fija el límite máximo en 55 decibelios y la realidad es que la Ronda Norte en horario nocturno arroja ruidos situados entre 62,3 y 67,1 decibelios.
Los límites legales de ruido (Decreto andaluz 6/2012) se superan incluso teniendo la Ronda Norte tramos con pavimento fonoabsorbente que colocó en su día el Ayuntamiento. La conclusión es que este tipo de pavimento no elimina el problema.
En el caso de Juventudes Musicales, el nivel de ruidos que arroja el estudio es algo superior a la Ronda Norte por la ausencia de un pavimento fonoabsorbente. De día se alcanzan de 70,1 a 74,9 decibelios, lejos de los 65 que admite la normativa andaluza como máximo. Por la tarde se repiten esos mismos valores aun cuando el límite legal está establecido en 65 decibelios. Por la noche vuelve a empeorar la situación: 66,7 a 71,5 decibelios, a pesar de que por ley no deberían sobrepasarse los 55 decibelios.
La solución más práctica acordada entre las autoridades es que se desvíe el tráfico pesado por la Supernorte (SE-20), pero los polígonos industriales de Store y Caolonge presionan en contra porque entienden que no les compensa el rodeo de tener que cruzar el norte de la ciudad hasta Alcosa y de ahí a la Gota de Leche para entrar a los polígonos por la rotonda a la altura de Miraflores.
La solución del problema es convertir en bulevar la Ronda Norte y su avenida anexa y desviar el tráfico intenso de camiones y el enorme volumen de circulación que soportan por la Supernorte (SE-20). El Ayuntamiento aprobó el pasado verano, en el Pleno del 30 de junio, con el apoyo unánime de los grupos, convertirlas en bulevar y reservar parte del presupuesto de 2018 para iniciar este proyecto de obra. El desvío por la Supernorte es la opción que ven bien todas las administraciones.
Su conversión en un bulevar supone dos carriles por cada sentido más otro de servicio. El acuerdo prevé que el proyecto debe consensuarse con los vecinos de la zona, así como que se aplicarán varias medidas para paliar la contaminación acústica y medioambiental de esas avenidas: colocar asfalto que absorbe el sonido en toda la zona y renovar el que se puso hace años, cierre del acceso a la calle Parque Grazalema, colocar señales de prohibición de mayor tamaño y bandas sonoras en lugares estratégicos, y pedir a la Junta que coloque estaciones para medir la calidad del aire en la Ronda Norte y Juventudes Musicales.
El Paso Territorial Norte previsto en el PGOU, vigente desde 2006, venía a ser la prolongación natural de la SE-30 por el norte de la ciudad que salvaba a los vecinos de padecer los ruidos que sufren desde que estos barrios empezaron a proliferar alrededor dela Ronda Norte y a llenarse de vida desde 1994. La función del paso era ser un enlace directo de la SE-30 a Majarabique y ser vía de entrada y salida para los camiones a los polígonos industriales de esa zona, a una velocidad de 80 a 100 kilómetros por hora, no a los 50 kilometros/hora que obliga la Ronda Norte. La mala noticia es que este paso ha quedado sin construir y, después de una década, ninguna administración habla de ejecutarlo teniendo en cuenta las restricciones presupuestarias y lo ajustados que están los presupuestos públicos. Lo vecinos lamentan que así sea.
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