"Rollitos por libros": el negocio de verano de la pequeña Ángela

Ángela es sevillana, tiene seis años y un cerebro maravilloso.

Como buena amante de la literatura devora libros a una velocidad que ya querrían muchos adultos. Mínimo dos por semana.

Tiene una biblioteca de tamaño considerable que ha crecido especialmente durante este verano tras poner en marcha una iniciativa llamativa, divertida y sobretodo, dulce.

Como buena lectora empedernida disfruta acudiendo a una librería para elegir nuevas historias por descubrir.

Ángela lee dos libros a la semana

Y es que hay que reconocer que existen pocos placeres parecidos al de estrenar un libro nuevo, abrir cualquier página, disfrutar del olor que desprende la tinta y leer en silencio una frase al azar.

La lectura es uno de esos placeres a los que hay que entregarse, pero a Ángela le surge un pequeño problema a la hora de recurrir a la biblioteca como método más sostenible y económico que sostenga ese alto ritmo de lectura.

Duerme con los libros bajo la almohada

Cuando Ángela lee un libro y lo disfruta tanto como le gustaría a su autor, prefiere quedárselo, ponerlo bajo su almohada y dormir con él.

Pero surge en esta dinámica otro pequeño inconveniente.

Es sabido que los libros prestados de la biblioteca han de devolverse a su estantería correspondiente donde son custodiados; pero Ángela tiene pánico a que se puedan estropear durante el tiempo en el que ella los tiene en casa, y que el siguiente lector no pueda disfrutarlo.

He aquí donde nace la solución mágica que la pequeña ha ideado junto a su madre, Teresa Familiar, farmacéutica, facilitadora de disciplina positiva, asesora de lactancia y en definitiva, una mujer "sencillamente perfecta". Casi como Mary Poppins.

Teresa tiene un dicho que reza que "la vida está llena de cosas feas, pero repleta de cosas bonitas que hay que disfrutar".

Y leer no va a ser menos.

Dulces por libros

En la familia de estas chicas el amor por la lectura se comparte también por los bocados dulces, y juntas buscaron una solución a través de otro de sus grandes pasatiempos.

Durante el verano han llevado a cabo el divertido proyecto "rollitos x libros".

Con el delantal colocado, madre e hija elaboraron la lista de ingredientes para hacer los rollitos, y propusieron a amigos y familiares que realizarían su famosa receta de canela para quien se los encargue, a modo de trueque por los libros que Ángela tenía interés en leer.

La iniciativa gustó tanto que su éxito llevó a la pequeña lectora a diseñar sus propias etiquetas y embalajes de los dulces, cautivando a todo el que se ha acercado a realizar este intercambio.

Con este proyecto, tanto Ángela como su madre, han mostrado que es posible encontrar soluciones a muchos inconvenientes que surgen cuando se cuenta con un cerebro diferente.

Tanto Ángela como su madre, son personas con autismo.

El autismo es una condición del neurodesarrollo

El autismo, es una condición del neurodesarrollo que afecta la manera en que una persona percibe y se relaciona con el mundo.

Una de las características del autismo es apegarse a los objetos cotidianos que hacen sentir bien, porque sirven de "autorregulación", o abien actúan como rituales repetitivos para quienes tiene esta condición; como es el caso de esta familia.

Tras detectar un problema se busca una solución, y en esta casa se ha hecho de la forma más dulce posible.

De este modo, Teresa ha demostrado a su hija que "está bien ser capaces de mostrarnos vulnerables, y buscar apoyo en nuestro entorno más cercano, para convertir mis debilidades en oportunidades para aprender cosas nuevas".

Asimismo, y a raíz de la condición de ambas, Teresa Familiar publicó en 2023 el cuento Los cajones de Lala, donde cuenta la historia de una niña con un cerebro especial, un cerebro con autismo. Una publicación pensada para ayudar precisamente a quienes aún no han descubierto la excepcionalidad de una condición especial con la que se puede vivir plenamente feliz.