El precio de la gasolina provoca robos de combustible en vehículos aparcados de Sevilla

Al menos 15 vehículos estacionados en Sevilla Este han sufrido sustracciones de gasolina y diésel en los últimos días

Cae una banda que robó más de cien catalizadores

Precios del combustible en una gasolinera de Sevilla, este viernes.
Precios del combustible en una gasolinera de Sevilla, este viernes. / Juan Carlos Muñoz

El elevado precio de la gasolina y el diésel está provocando la vuelta de una modalidad delictiva antigua y que parecía ya desterrada en Sevilla: el robo de combustible. Al menos una quincena de coches aparcados en la calle en la capital andaluza sufrieron en los últimos días sustracciones de carburante. La mayoría de estos robos se registraron en la zona de Sevilla Este.

Hay varias formas de robar gasolina de un coche aparcado en la calle, si bien en Sevilla parece que lo que están haciendo los delincuentes es cortar el manguito que lleva el combustible desde el depósito al motor. Utilizan una garrafa para sacar el carburante y luego vuelven a colocar el macarrón de plástico donde estaba. El coche aparentemente no ha sufrido ningún daño, pero su propietario se encuentra cuando vuelve a utilizarlo que apenas le queda combustible.

El robo de gasolina en vehículos no es algo propio de Sevilla, y se está dando también en otras ciudades. Hace unos días se denunció una oleada de sustracciones de combustible en un solar de Málaga, donde los ladrones utilizaban una bomba extractora para sacar el líquido del depósito. En otras ocasiones, los delincuentes llevan herramientas para perforar el lugar en el que se almacena la gasolina, lo que sí causa un daño mucho más grave al vehículo.

La escalada del precio del combustible, que se ha disparado hasta casi los dos euros el litro (de hecho, hay algunas estaciones de servicio en las que ya se alcanza este precio) ha generado una especie de oferta y demanda de los robos. Los delincuentes reintroducen después la gasolina en el mercado negro, ofreciéndola a precios mucho más baratos en unos canales clandestinos de distribución. En determinados barrios de la ciudad, se ofrece puerta a puerta.

Los ladrones suelen llevar garrafas de 25 litros de capacidad para poder llenarlas de gasolina. Por el momento, no hay constancia de ninguna detención reciente en la ciudad por este tipo de robos. Los delincuentes optan por robar en los coches que están aparcados en zonas menos vigiladas o aisladas, apartadas de áreas residenciales o de comercios que puedan tener cámaras de videovigilancia.

Hace unos meses, Sevilla sufrió una oleada de robos de catalizadores de vehículos, producto también del elevado precio de metales como el rodio, el paladio y el platino, que se encuentran en estos dispositivos que se encargan de reducir los gases tóxicos que emite un coche. Los ladrones que se encargaban de sustraer estas piezas iban equipados con sierras portátiles o radiales, con las que cortaban limpiamente el tubo de escape para poder extraer el catalizador.

Este tipo de robos producía un destrozo importante en el coche. De hecho, los delincuentes buscaban principalmente vehículos antiguos, pues sus catalizadores contenían una mayor cantidad de metal. De esta forma, muchos de los afectados se encontraron con que las aseguradoras declaraban después el vehículo como siniestro total y no se les cubría la reparación, al ser el importe del arreglo superior al valor del coche.

El pasado mes de diciembre, la Policía Nacional detuvo a nueve personas que formaban una banda especializada en el robo de catalizadores, y que operaban tanto en Sevilla, como en Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra y Córdoba. Aparte de esta organización, a la que se llegaron a imputar 130 robos, numeroso delincuentes se dedicaron a sustraer catalizadores de forma individual para luego venderlos.

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