El riesgo de desprendimiento obliga a apuntalar las almenas de la muralla
Unas estructuras metálicas fijarán cada una de las piezas que coronan el muro hasta su rehabilitación
Varios operarios subidos en grúas comenzaron este lunes con los trabajos de apuntalamiento de las almenas dañadas de la muralla de la Macarena para evitar el riesgo de desprendimiento. Esta actuación urgente y específica sobre cada uno de los prismas afectados que coronan el muro entre las puertas de Córdoba y de la Macarena busca garantizar la seguridad de los peatones que transitan a diario por la acera. La Comisión Provincial de Patrimonio Histórico avala un proyecto que cuenta con un presupuesto de 8.639 euros (IVA incluido).
La intervención de la Gerencia de Urbanismo sobre los merlones consiste en la estabilización provisional de cada uno de los que presentan un estado delicado mediante una estructura metálica exterior que en ningún momento afecta a su integridad. Su principal función reside en evitar que se produzca algún desprendimiento hasta que se pueda realizar una restauración definitiva. Esta estructura está formada por perfiles de acero galvanizado de doble cerco perimetral horizontal y montantes verticales antivuelco. Se ajusta a las dimensiones de cada merlón con tornillos.
El proyecto que ya se encuentra en ejecución incluye la instalación de una nueva puerta metálica de acceso a la Torre Blanca desde la calle Macarena, ya que la actual presenta un estado deplorable debido a que los anclajes del marco al lienzo de muralla se encuentran muy debilitados. Actualmente, ese hueco del muro se cierra mediante una cancela de forja fijada al tapial de la muralla mediante garras y con un sistema de apertura y cierre de cadena y candado. La erosión de la fábrica ha propiciado que los anclajes de la puerta hayan quedado al descubierto, favorecido por su mal estado.
Este pasado verano los técnicos municipales analizaron el estado de la muralla de la Macarena después del desprendimiento de dos ramas de gran tamaño. Una de ellas provocó la caída de una almena de la muralla. La rama, de considerables dimensiones, procedía de un olmo plantado en una zona concedida administrativamente al dueño del bar La Pastora. Sobre este Bien de Interés Cultural (BIC) se actuará con la máxima prudencia y respeto. Por tal motivo, se está evaluando su estado y cuáles pueden ser las posibilidades de restitución, aunque la decisión final tendrá que estar avalada por la Junta de Andalucía.
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