Parques y Jardines corta el riego para frenar daños en la Muralla de la Macarena

Patrimonio

Los aspersores para regar el césped apuntaban a la pared de la defensa medieval

La medida busca proteger al máximo el acceso de agua por el subsuelo al monumento

Una joven camina por el acerado junto a la Muralla de la Macarena.
Una joven camina por el acerado junto a la Muralla de la Macarena. / Juan Carlos Vázquez

El sistema por aspersión ha estado afectando a la Muralla de la Macarena un tiempo. Esta es una de las conclusiones del equipo encargado de la restauración de una defensa que fue levantada por los almorávides a principios del siglo XII. Por ese motivo, solicitaron hace unas semanas al servicio de Parques y Jardines que cortasen el riego usado para el césped que linda con el recinto amurallado.

El gobierno socialista tiene previsto ejecutar una actuación de mejora de todo el entorno de la defensa medieval complementaria a su restauración para garantizar su adecuada conservación y puesta en valor de la zona. Con carácter previo y en paralelo al desarrollo de las cuatro fases de rehabilitación de la muralla que se están ejecutando, se están llevando a cabo estudios y diagnósticos sobre el monumento para una adecuada conservación posterior a las obras.

Una de las conclusiones que hay encima de la mesa es que se debe proteger al máximo el acceso de agua por el subsuelo a la muralla. Esta conclusión de los estudios ha sido analizada por Parques y Jardines y la Gerencia de Urbanismo. Por este motivo, se ha limitado el riego con aspersores del entorno desde hace unas semanas, de forma que no se actúa en la parte más próxima al recinto amurallado y se centra en la parte más cercana al acerado. Los técnicos están evaluando si de esta forma se aumenta la protección sobre el monumento y se puede garantizar una adecuada conservación futura.

Este análisis se realiza en paralelo a las obras de rehabilitación que ahora están en la cara intramuros y el próximo año en la cara extramuros. El planteamiento en el que se trabaja es elaborar una propuesta de mejora del entorno urbano para salvaguardar y proteger un bien tan vulnerable, abordando el análisis de manera integral y desde diferentes prismas (jardinería, accesibilidad, afección del tráfico, etc.) de las medidas a adoptar para la mejor puesta en valor, uso, disfrute y mantenimiento de este Bien de Interés Cultural (BIC).

El planteamiento es realizar mejoras en el entorno para proteger el BIC

Este estudio-diagnóstico se está elaborando en el marco de colaboración con la Hispalense en virtud del convenio específico de colaboración firmado con la Universidad de Sevilla para “el desarrollo de estrategias encaminadas a la restauración y su posterior conservación preventiva, de la muralla medieval de Sevilla”, como marco metodológico común, que permita, tras una primera fase de documentación, caracterización y monitorización, desarrollar modelos digitales, gestionados con sistemas de información geográfica, que generen una transferencia de conocimiento y analizar el grado de eficacia de los métodos empleados en anteriores intervenciones.

Los trabajos en la cara intramuro de la muralla coincidirán con el nuevo paso del gobierno socialista para reducir el tráfico en la Ronda Histórica ganando más espacio para la bicicleta y el peatón. El proyecto tiene como objeto el traslado a la calzada del carril bici que se encuentra actualmente en el acerado en el tramo comprendido entre el Arco de la Macarena y el colegio de los Salesianos. Las obras comenzarán antes de final de año con un presupuesto de 617.032,98 euros (una baja del 29,2% sobre la partida de licitación) y un periodo de ejecución de cinco meses.

El tramo que se encuentra ahora ocupado por el carril bici será destinado al uso peatonal para aumentar la zona reservada al tránsito de peatones, permitiendo de este modo una mayor capacidad de los acerados y mayor distancia entre sus usuarios. Para ello se procederá a repavimentar la superficie de la actual vía ciclista, sustituyendo el pavimento por uno similar al existente en el acerado adyacente que se encuentra bastante sucio en algunas zonas.

Detalle del césped, que empieza a secarse ante la falta de riego y lluvia.
Detalle del césped, que empieza a secarse ante la falta de riego y lluvia. / Juan Carlos Vázquez
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