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Un revestimiento almagra para la antigua iglesia de San Hermenegildo

Un revestimiento almagra para la antigua iglesia de San Hermenegildo. / José Ángel García

La antigua iglesia de San Hermenegildo, en la Plaza de la Concordia, presentará un aspecto muy diferente al que todos tienen en la memoria cuando termine su rehabilitación. El Ayuntamiento ha remitido a la Comisión de Patrimonio el informe sobre los tratamientos que se aplicarán a las fachadas y una propuesta cromática que consiste en aplicar un color almagra para la superficie de ladrillo, “Rojo Alcázar”, lo define el documento, y beige para la piedra. De este modo, el antiguo templo y colegio de los jesuitas, que fue sede del Parlamento Andaluz antes de su traslado al Hospital de las Cinco Llagas, evocará en cierta medida aspecto que tuvo en su pasado, cuyos vestigios han salido a la luz en las catas arqueológicas dirigidas por Álvaro Jiménez, pero que es irrecuperable debido al picado que se hizo de toda la superficie a finales de los años 50 cuando se le dio al edificio la fisonomía y el aspecto con el que ha llegado a la actualidad.

Las catas realizadas buscaban determinar la evolución de los revestimientos de las fachadas para, en la medida de lo posible, plantear una propuesta de una nueva terminación paramental en base a los aspectos decorativos, en cuanto a diseño y cromatismo, que el edificio haya tenido a lo largo de su historia. Hay que tener en cuenta, como se explica en el informe preliminar, la gran transformación que el edificio sufrió desde 1956 cuando lo adquiere el Ayuntamiento y derriba el colegio para dejar exenta la iglesia. Hasta ese momento, el templo tan sólo contaba con dos fachadas exteriores: la de lado Este, a la calle Jesús del Gran Poder; y la Norte, a la calle Las Cortes.

Detalle de la esquina de Jesús del Gran Poder con Las Cortes en el que se aprecia el revoco de los años 60 sobre el paramento de ladrillo enjabelgado en almagra pero sin restos del llagueado original. / D. S.

Los trabajos, por tanto, se centraron en estas dos fachadas. “Mientras que la fachada norte se ha picado completamente, en la oriental se realizaron varias catas en los revestimientos por un restaurador a fin de comprobar la existencia de revestimientos más antiguos. Bajo la pintura blanca existente, se reconoce una pintura de color marrón/ocre sobre un enfoscado de mortero bastardo de cemento con escasa proporción de cal. Al retirar este revoco se advierten restos de almagra sobre la fábrica de ladrillo, en ciertas piezas se puede comprobar la superposición de pintura de color blanco y albero. Muy puntualmente, encontramos restos de mortero blanco en las llagas con esgrafiado enmarcando los ladrillos. Dado que solo se constata en las líneas verticales, entendemos que también se marcaban las horizontales. Así mismo, se comprueba que la almagra antes señalada cubre estas llagas recercadas”.

Este tipo de decoración, como advierte el informe preliminar, es idéntico al de la iglesia de la Anunciación, otro templo jesuita que se construye prácticamente al mismo tiempo que el colegio de San Hermenegildo. “La restauración de la fachada llevada a 2006 permitió la consolidación y restitución de la decoración parietal en la que las llagas verticales y horizontales presentan un esgrafiado enmarcando los ladrillos. El mortero de las llagas es blanco y los ladrillos aparecen pintadas en almagra. Esta solución que es idéntica a la que encontramos en la iglesia de San Hermenegildo ocupa prácticamente la totalidad de la fachada”. Esta decoración es también la que presentaba la Giralda en el siglo XVI.

Aspecto que tendrá la fachada este. / M. G.

Debido a los escasísimos restos originales que se existen no se puede recuperar y restaurar el diseño original (en la totalidad de la fachada de la calle Las Cortes, los restos de almagra son casi inexistentes). Cuando la iglesia queda exenta en los años 60, y por tanto presenta ya las fachadas Sur y Oeste, la solución de los arquitectos para darle una uniformidad fue la de picar los ladrillos, enfoscar con cemento y pinta de blanco. Es también entonces cuando se hacen las mansardas para darle más entidad.

La Gerencia de Urbanismo ha presentado una propuesta para los revestimientos que implica una restauración, “puesto que es imposible una mera conservación”. Plantea eliminar por completo los morteros modernos en las dos fachadas originales de manera que queden expuestas, tal y como estaban en origen. Sobre este tratamiento se aplicará jabelga de cal en un tono rojo teja, similar al encontrado. Respecto a los elementos de volumen: pináculos, recercados, impostas… estos estaban revestidos de mortero aterrajado, y se están recuperando tal y como recogía el proyecto, con la reposición de los mismos. “Se tratarán en un tono beige piedra claro, que es el que entendemos que tenía originalmente”.

Imagen de 1950, antes del derribo del colegio, en la que se aprecia la textura del muro, reconociéndose claramente las hiladas de ladrillo. / M. G.

En las cornisas de la fachada oriental se han localizado ladrillos aplantillados “que entendemos que eran vistos, y que propondremos tratar con veladura coloreada en el tono ladrillo, creando una combinación entre el tono beige piedra de los elementos aterrajados y el teja del ladrillo visto”.

El tratamiento propuesto para las fachadas de los años 60 (Sur y Oeste) , por sus características “no puede ser el mismo”, advierte la Gerencia. La mayor parte de los morteros que se aplicaron están en buen estado. La propuesta es conservarlos en la medida de los posible, eliminando las pinturas plásticas, repasando las zonas dañadas con mortero de cal, y aplicando finalmente una jabelga de cal en el mismo tono que la zona antigua, para darle unidad al conjunto.

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