La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Una noche también amenazada por el confort
Urbanismo
El equipo de Juan Espadas sigue trabajando en la reurbanización de la avenida de la Cruz Roja bajo dos premisas: mantener el carril bici y el tráfico de vehículos. Estas fueron las principales peticiones que realizaron los vecinos del distrito Macarena y comerciantes en una consulta ciudadana que se celebró a finales del pasado febrero.
Los técnicos de Emasesa, Gerencia de Urbanismo y Parques y Jardines ultiman estos días un proyecto que será presentado después del verano a los comerciantes y vecinos de la avenida para que aporten sus propuestas antes de elaborar el diseño definitivo. La nueva configuración de la Cruz Roja incluirá el traslado del carril bici a la acera de los números pares. El espacio reservado para la circulación de los vehículos quedará reducido para que las aceras sean más anchas que las actuales.
La intención del gobierno socialista es que la financiación para la reurbanización salga de los fondos europeos Life, que aportará el 55% de un presupuesto que se estima en tres millones. El modelo a seguir es el que se ha ejecutado en la avenida del Greco, que sitúa al ciudadano como eje principal, potenciando aspectos como la movilidad, los espacios de encuentro, la vegetación, el mobiliario urbano y el agua.
Emasesa propuso tres proyectos. También existía la opción de mantener la misma configuración actual de la avenida. La primera de las alternativas era la peatonalización de la Cruz Roja. El tráfico quedaba por completo restringido. Se implantaba una plataforma única con amplios espacios para los peatones y zonas vedes. En la avenida el carril bici se trasladaba al acerado contrario, al igual que en el tramo de la calle Doctor Jiménez Díaz, que transcurriría paralelo a la tapia del CEIP Arias Montano.
La segunda opción (la más similar al diseño elegido) mantenía el carril bici, pero dividido entre las dos aceras con un ancho de 1,25 metros cada uno, la circulación de vehículos y ampliaba las aceras. Los coches seguirían circulando por la avenida como en la actualidad, sin restricciones ni cambios de sentido. La tercera opción suponía una reordenación de la movilidad y un mayor acceso para peatones. En este caso era el traslado del carril bici de la Cruz Roja para realizar una conexión con la Avenida de Miraflores. En la avenida, el área antes ocupada por el carril bici haría posible un incremento del acerado, de espacios de estancia y zonas verdes. El tráfico se iba a mantener como hasta ahora. En todos los casos, los aparcamientos se adecuaban en la Avenida Manuel Villalobos y se habilitaba espacios de carga y descarga en la plaza del CEIP Arias Montano, junto a la oficina de Correos y en las calles adyacentes a la Cruz Roja.
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