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Adoquines, un reto estético

El adoquín tradicional de Gerena, más vistoso y con el valor añadido del tiempo, está perdiendo protagonismo.

Un reto estético / Reportaje Gráfico: Juan Carlos Vázquez
Juan Parejo

05 de febrero 2017 - 02:48

Como parte indisoluble del paisaje de la ciudad histórica y de su patrimonio urbano, el material que se emplea para pavimentar las calles es objeto de un encendido debate ciudadano. Se trata de una aportación estética que contribuye al diseño de la imagen de Sevilla y a su percepción por propios y extraños. El patrimonio urbano abarca mucho más que la arquitectura o el mobiliario. El pavimento es también una parte sustancial. Es la quinta fachada de los edificios y su correcta elección y cuidado es fundamental. En los últimos días se ha reabierto el debate sobre la utilización del adoquín clásico de Sevilla, el procedente de las canteras de Gerena, para el alfombrado de la ciudad. La asociación de profesores para la Difusión y Protección del Patrimonio Histórico Ben Baso ha remitido un escrito al delegado de Urbanismo, Antonio Muñoz, y al concejal de Movilidad y del Casco Antiguo, Juan Carlos Cabrera, en el que censura y cuestiona algunas obras en marcha y la sustitución del histórico granito por otro con menos personalidad.

En los últimos años, el Ayuntamiento ha realizado obras en importantes calles del casco histórico y ha empleado para su repavimentación, en su mayor parte, un pavimento de granito plano monocromo, llegado de las canteras extremeñas de Quintana de la Serena. Calles como Bustos Tavera, Alfonso XII, Goles, San Luis, San Vicente, Carlos Cañal, San Pablo, el Salvador o la Campana cuentan con este nuevo firme que, si bien mantiene los bloques pequeños de granito en detrimento del aglomerado de asfalto, son estéticamente mucho menos vistosos que los clásicos de Gerena, además de ensuciarse con mucha más facilidad.

Es un hecho objetivo que el adoquín de Gerena, que ya en los años 60 empezó a quedar oculto bajo las capas de asfalto que se aplicaron a muchas calles, está desapareciendo a pasos agigantados. Desde Ben Baso han preguntado al Ayuntamiento por la pérdida de este material, como explica a este periódico José Manuel Baena, su presidente: "En la Ley Andaluza de Patrimonio Histórico la definición de patrimonio es muy amplia. El pavimento crea también una imagen de ciudad. Este pavimentado tradicional forma parte de nuestra historia. En Sevilla se ha mantenido desde hace muchos años".

Desde esta asociación ponen el foco en las obras que se están haciendo actualmente en la calle Trastamara y sus transversales, que hasta ahora contaban con adoquín de Gerena. Según denuncian, se están retirando con máquinas, lo que hace que se rompan y sean inutilizables aquí o en otras calles, como ha sucedido siempre. Además, temen que se sustituya por asfalto.

Ben Baso asegura en su escrito que muchos de estos nuevos proyectos ya no son diseñados por técnicos de la Gerencia de Urbanismo, sino por los propios distritos o Emasesa, "lo que hace que se pierda el control sobre la ejecución de la obra". "Nosotros seguimos apostando por el adoquín antiguo de Gerena. El problema es que estas canteras están cerradas, pero si se retiran con cuidado se pueden reaprovechar. El adoquín de Quintana de la Serena es gris, el de Gerena tiene unas vetas de color muy apreciables", señala Baena.

Rafael Llácer, geógrafo, arquitecto técnico y profesor de la Universidad de Sevilla, considera que como parte del paisaje urbano, el pavimento tiene un especial protagonismo y pone el foco, además de en el propio material, en el modo de ejecución: "Entiendo que tanto los materiales como las formas tradicionales de ejecución de los mismos, en la mayoría de los casos, constituyen un importante elemento urbano a valorar, formando parte indisoluble del paisaje de la ciudad histórica y de su patrimonio urbano. Por ello es necesario tenerlo en cuenta ante cualquier tipo de proyecto de obras de intervención o reurbanización con repercusión en el viario". Llácer destaca la importancia del oficio de adoquinador y su minuciosidad a la hora de trabajar para que el pavimento luzca bien: "Se debería fomentar y transmitir el oficio. Ahora se ejecuta muy mal".

"Los adoquines de Gerena tienen la huella de la ciudad", asevera el pintor y escultor Ricardo Suárez, fino observador de cuanto acontece en la ciudad. El artista habla de "legado pétreo" y censura que se quiera "reinventar" una y otra vez la ciudad. Suárez afirma que el pavimento configura la personalidad de una ciudad y pone ejemplos: "En Roma, el cubo de basalto de los montes Albanos; en Ferrara, el pórfido rojo del Trentino; en Lisboa, el pequeño dado blanco de caliza del Alentejo; y en Sevilla se prefiere el adoquín de granito de Gerena desde los tiempos de Olavide".

Una persona que conoce muy bien este material es José Antonio López, profesor de Construcción de la Escuela de Arquitectura de Sevilla: "El granito es el material más noble. Todos los edificios antiguos que han llegado a la actualidad lo tienen. Es muy bueno para su uso en pavimento porque es muy resistente". El profesor asegura que el de Gerena es de más calidad que el que se usa actualmente, además de ser el habitual en la historia de la ciudad. El motivo de su sustitución lo identifica por los costes. "Al final es una cuestión de precio y en la cantera extremeña están haciendo una campaña comercial muy agresiva". Respecto al aspecto, se queda con el antiguo que se está sustituyendo: "Me gustaba mucho más, con sus vetas de color y además moldeado por el paso del tiempo".

El adoquín de Gerena, un patrimonio que se debería preservar.

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