La necesaria restauración de la tapia almenada del Alcázar se eterniza
El Ayuntamiento ya había ejecutado unas intervenciones de urgencia y patrimonio aprobó el proyecto a finales de 2022
Una obra necesaria que no acaba de acometerse. La rehabilitación integral de la tapia almenada del Real Alcázar, que separa el conjunto palaciego con el paseo de Catalina de Ribera, sigue a la espera pese a que se tenía que haber ejecutado a lo largo de 2023, como se anunció. Los casi 300 metros de este muro están apuntalados en su cara de los jardines del monumento, una actuación que se hizo para evitar un posible desplome. La visión que se llevan los turistas no es la más adecuada. Pese a ello, en la memoria del presupuesto del Alcázar para 2024 no se hace mención a una posible intervención en la tapia para su arreglo definitivo.
La anterior dirección el Real Alcázar afrontó la restauración de este muro que se encuentra en un paseo que cuenta con un gran tránsito peatonal y que, además, es recorrido por la cofradía de la Candelaria durante la Semana Santa. La primera fase de los trabajos estaba previsto realizarla en los primeros meses de 2020, pero la irrupción e la pandemia, la retrasó al mes de mayo.
Los trabajos, realizados por personal propio del monumento, consistieron en quitar los desconchones de las almenas y la parte superior de la tapia que pudieran implicar un peligro de caída, sin que afectara a la fábrica de ladrillo original. En concreto, la zona de la actuación comprendió la extensión total de la tapia almenada desde la Puerta de la Alcoba hasta la Puerta del Campo. Se trata de un muro con unas dimensiones aproximadas de 285 metros de largo por unos 5 metros de alto hasta la base de sus almenas. En paralelo, se realizaron unos estudios previos y de reconocimiento estructural geotécnico de la tapia con un importe de licitación de 5.445 euros.
A partir de este estudio estructural geotécnico, se acometió la segunda fase de la intervención, que conllevó el cierre del paseo. Se apuntaló la mayor parte de la tapia desde el interior del Real Alcázar, es decir, no se aseguró en la parte que da al Paseo de Catalina de Ribera. Se analizaron los distintos tramos de la tapia y se escogieron las técnicas oportunas para evitar que el apuntalamiento se tuviera que hacer también desde fuera del recinto palaciego. Para los denominados tramos 4, 5, 6 y 7 se ejecutó un apuntalamiento mediante puntales contrapesados con zapatas de hormigón prefabricado y con anclajes a la estructura existente.
Para el tramo 16 (justo a la altura de la fuente-monumento a Catalina de Ribera), se hizo una estructura mediante torres de estabilización contrapesadas con zapatas de hormigón prefabricado. Cada una de las torres consiste en una estructura modular compuesta por pies verticales arriostrados entre sí mediante vigas horizontales y diagonales mediante uniones atornilladas. Las cargas desestabilizadoras que recibe la estructura existente se transmiten a las torres mediante un sistema de correas horizontales conectadas con las torres. Los trabajos de esta segunda fase conllevaron una inversión de 133.016,81 euros.
La rehabilitación integral estaba prevista para 2023
La tercera fase, que es la que sigue sin realizarse, consistirá en la restauración en sí de la tapia gracias a un proyecto de intervención integral que incluirá la fuente-monumento de Catalina de Ribera. Esta tercera actuación contaba con partidas reservadas en los presupuestos de 2022 del Real Alcázar. La Comisión e Patrimonio no autorizó la intervención hasta finales de octubre de 2022. Los trabajos se iban a realizar en 2023, pero el cambio de gobierno municipal dejó en suspenso el proyecto pese a estar todo preparado.
Como destacaba la Comisión de Patrimonio en su informe, el proyecto desarrolla de una manera minuciosa la intervención. Comienza con un estudio previo y una descripción completa del ámbito de actuación a partir de la investigación histórica, constructiva, estructural y científica de la tapia y su entorno. Además, del análisis de defectos, lesiones y deterioro en general, realiza un diagnóstico muy detallado de cada uno de los elementos constructivos de la tapia, complementados por un informe arqueológico y el informe de laboratorio donde se recogen los resultados de los distintos ensayos realizados.
La intervención también contemplaba la reparación de las puertas de la Alcoba y del Campo. Entre las actuaciones previstas, se encuentra el diseño de un muelle de descarga en la Puerta del Campo para facilitar la maniobra de los dúmper durante la descarga de residuos sobre cubas y contenedores. Para la intervención se deberá analizar el estado actual de estabilidad en que se encuentra la propia tapia, así como la fuente-monumento a Catalina de Ribera, en los Jardines de Murillo, ya que su estructura se encuentra adosada a la tapia en su parte exterior. Se deberá tener en cuenta la existencia de desplomes tanto hacia el interior como el exterior, la diferencia de cota entre el interior y el exterior de la tapia (Paseo Catalina de Ribera), influencia de la existencia de arriate, instalaciones de riego, estado de las instalaciones de abastecimiento y saneamiento de la fuente, etcétera.
El fin último de la rehabilitación es garantizar la estabilidad estructural de la tapia, así como la de la fuente-monumento. Para ello, se contempla que toda la obra se haga con materiales naturales, sostenibles y compatibles con la riqueza patrimonial del conjunto.
Fuentes municipales consultadas por este periódico han asegurado que la actual situación del muro de Catalina de Ribera viene derivada de un proyecto que se licitó en 2021 en el que “no se habrían tenido en cuenta determinados factores que son relevante para la continuación del proyecto”. En cualquier caso, aseguran que la voluntad del gobierno municipal es darle una solución que no será posible hasta que se apruebe el presupuesto.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Cervezas Alhambra
Contenido ofrecido por Osborne
Contenido Patrocinado
Contenido ofrecido por Universidad Loyola