La restauración de la iglesia del convento de Madre de Dios cuesta un millón de euros
Un convento en peligro
Urbanismo recibe el proyecto de 179 folios que diagnostica todas las patologías del templo de la calle San José, cuya fachada principal presenta un desplome de 44 centímetros
Sevilla/La Gerencia de Urbanismo maneja por fin el proyecto de restauración integral de la iglesia del convento de Madre de Dios, en la calle San José. En el documento se recalca la necesidad de afrontar el objetivo en fases en función de la urgencia de intervención por necesidades estructurales y a la protección de los elementos de alto valor histórico-artístico que justifican que el edificio cuente con la máxima protección en el PGOU. La restauración integral está valorado en un millón de euros.
En el proyecto se agradece la labor del Real Patronato de la Vivienda y se hace mención especial de la Fundación Word Monuments, que puede ser clave para costear la obra. Uno de los principales problemas que presenta el edificio es el desplome del muro de la fachada hacia la calle San José. Este mismo año se ha efectuado un estudio tipográfico del que se concluye que el desplome máximo se produce en el centro de la nave y alcanza 44 centímetros.
El estudio revela un problema generalizado de grietas en la zona oculta de la nave y en la zona de unión de muros laterales con el arco toral sobre la armadura del presbiterio. Es en esta última localización donde se aprecia una importante grieta, nunca reparada, que separa físicamente el arco toral del muro exterior. En el arco toral se registra un movimiento de desplome, que si bien puede no estar paralizado, su progresión es muy lenta.
El estudio vaticina que la restauración habrá de realizarse pro fases, por lo que en su momento se tendrá que establecer las prioridades, una tarea que se define como muy compleja: “Sería deseable llevar a cabo una actuación integral y continua de los trabajos, con lo que se conseguiría una mayor eficacia en los costosos medios auxiliares que deben emplearse y cuyo montaje y desmontaje inciden muy negativamente en el coste total de la actuación”. No obstante, el proyecto establece que lo más importante es, en primer lugar, garantizar la estabilidad estructural del edificio. En segundo lugar, garantizar la estanqueidad de cubiertas y muros. Y, en tercer lugar, la recuperación de los revestimientos y las pinturas murales.
El proyecto calcula que son necesarios doce meses para realizar la restauración integral, aunque, como ya se ha apuntado, el estudio da por hecho que será muy difícil que se pueda ejecutar de una vez. El presupuesto establece que la mayor partida se debe invertir en la armadura del presbiterio, con 127.500 euros.
Las dominicas de Madre de Dios llevan con el templo cerrado al culto desde 2014. La situación de ruina del convento de Madre de Dios se remonta a varias décadas, como se demuestra en los testigos para controlar los movimientos que están fechados en 1991. Con el paso de los años, las religiosas han ido realizado las actuaciones que podido, rehabilitando principalmente sus estancias de uso. Tras varios desprendimientos en la zona del presbiterio, la iglesia tuvo que clausurarse hace cuatro años. A simple vista son visibles las enormes grietas en el arco toral –que ahora se han estudiado al detalle– los movimientos en las vigas de madera y el fantástico artesonado o el desplome evidente de uno de los muros, que pone en riesgo la estabilidad del conjunto. Peor suerte han sufrido la conocida como Casa del Capellán y las estancias que cobijaban a Isabel la Católica. La ruina en estas zonas es ya imparable.
Madre de Dios, San Leandro y Santa Inés son los tres conventos que necesitan más ayuda, tanto para salvar sus edificios como para la subsistencia de las religiosas que los habitan. En los tres casos, la fuente de ingresos propios con la que cuentan es la venta de dulces. Todos estos conventos son Bienes de Interés Cultural, auténticos tesoros que en sí mismos son joyas, pero que, además, guardan obras de arte de gran valor. Son inmuebles con muchos siglos a sus espaldas, construcciones enormes para acoger a las pocas monjas que quedan.
Sólo con la venta de dulces no se puede tirar para adelante. Para San Leandro ha habido propuestas de interés, como su conectar el monasterio a la Casa de Pilatos en un nuevo modelo de visita turística, pero se hace imposible arbitrar un recorrido que no afecte a la clausura de las religiosas. Por fortuna no ha habido grandes períodos de lluvia recientemente, un factor que agrava todavía más la situación. Las monjas del convento de la calle San José prácticamente se han olvidado ya de la zona conocida como El Palazuelo y la Casa del Capellán, en un estado totalmente ruinoso desde hace años. En estas estancias se alojaba la reina Isabel la Católica cuando visitaba la ciudad. De aquello, hoy sólo quedan un puñado de tejados vencidos, vigas rotas y un manto de excrementos de paloma. Las monjas confían en sacar adelante un proyecto para transformar El Palazuelo en una hospedería, lo que les permita contar con unos ingresos propios, tal como procuran las de Santa Rosalía, que ahora quieren formalizar con licencia su hospedería y el salón de celebraciones.
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