La restauración de la Puerta de Córdoba reafirma su origen almorávide
Los restauradores han marcado en uno de los muros las dos etapas de la construcción de este baluarte que conserva su originalidad
Así será la restauración de la Puerta de Córdoba, la más auténtica de la muralla de Sevilla
La Puerta de Córdoba acogerá actos culturales organizados por el Ayuntamiento de Sevilla
San Hermenegildo: una hermandad fundada en el siglo XV
Un monumento que recobra todo su esplendor. La restauración de la Puerta de Córdoba, que es la única de la muralla de Sevilla conserva prácticamente la configuración y la estructura original de época islámica, está deparando agradables sorpresas. En los próximos días, previsiblemente esta semana, se retirará parte del andamio que cubre la construcción y se podrá ver el resultado de la reparación de los muros, que a grandes rasgos, se han limpiado, consolidado y a los que se les retirado, cuando ha sido posible, los elementos disonantes. Gracias a la actuación se ha podido confirmar que la puerta es de construcción almorávide y que cuenta con un recrecido almohade, al igual que el resto de la muralla, cuyo lienzo exterior sigue en restauración por parte del Ayuntamiento, y al igual que esta estuvo revestida de blanco.
La intervención en esta joya propiedad de la Hermandad de San Hermenegildo comenzó el pasado mes de enero y ya se encuentra avanzada en su primera fase, cuyo coste asumió el Ayuntamiento. Los resultados del proyecto de restauración, redactado y dirigido por el arquitecto Miguel Ángel López y que acomete la empresa Campano, cuya jefa de obra es Macarena Ocaña, ya son más que visibles en el lienzo oeste de esta torre-puerta islámica, la única que queda prácticamente intacta, a pesar de las reformas acometidas en el año 1951. Este muro que se encuentra en el jardín presentaba pérdidas de material de gran profundidad. Ahora, se ha podido acotar los merlones de la primitiva cerca almorávide. Este hecho hace que se pueda observar el recrecido que se le practica en tiempos de los almohades un siglo después, quienes por las crecientes amenazas cristianas se ven obligados a aumentar las dimensiones de la muralla y a construir la barbacana. Así lo explica la restauradora Blanca García: “Se ha hecho una limpieza, se ha consolidado y se han restituido muchos de los volúmenes que faltaban con la misma técnica original. Hemos querido marcar la diferencia para que se pueda ver dónde empezaban los merlones antiguos y cómo se observa perfectamente el recrecido”.
La primera fase de las obras ha servido para frenar el deterioro que la torre-puerta viene sufriendo desde las obras de 1951, como señala el arquitecto: “Entre las cosas a las que hemos tenido que hacer frente en esta fase se encuentran los muchos vestigios de mechinales en el muro, de daños, de pérdidas, que se debían a las edificaciones anteriores que ha habido y que en los años 50 se eliminaron”. En esa intervención, por ejemplo, se sacó a la luz el acceso exterior por el este, que estaba precedido en origen de un pequeño recinto previo, que sí se conserva prácticamente íntegro en su interior. Como sucede por la puerta Sur, a la calle Puerta de Córdoba, que era la que daba el acceso a la ciudad tras pasar por el recodo y que mantiene el arco, el alfiz o las dovelas almorávides. La restauración se centra en estos días precisamente en este lienzo y ya se han comenzado las reintregraciones para rematar posteriormente con una veladura que de uniformidad a toda la actuación.
Tras actuar en esta piel de la torre-puerta, los trabajos se centrarán en el interior, concretamente en las carpinterías y los revestimientos. Para ser fieles a la historia material de la construcción se van a respetar los añadidos y los revestimientos exteriores de los años 50 que son un tanto burdos aunque estén fuera de contexto, porque su retirada podría ser peor para los tapiales.
Hasta la construcción en el siglo XVI de la actual iglesia de San Hermenegildo, el santuario dedicado a esta figura estuvo en la torre-puerta. Aquí cuenta la tradición que tuvo lugar su cautiverio y martirio. De hecho se conserva la que fuera prisión, que cuenta con fabuloso artesonado de finales del siglo XV que será restaurado. También son visibles los restos de pintura con los que estaba decorado ese primitivo templo, que también datan de finales del XV o principios del XVI. Precisamente, el uso como templo explica según los expertos que esta torre-puerta se haya conservado prácticamente en su configuración original, pese a que más recientemente ha tenido usos tan poco adecuados como el de vivienda.
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