La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Los andamios volverán a la Giralda tras la próxima Semana Santa. El Cabildo de la Catedral de Sevilla ha anunciado este martes que retomará la restauración de la torre tras el parón ocasionado por la pandemia. La intervención en la cara norte de la Giralda, la que quedó pendiente, comenzará tras la Semana Santa y durará unos seis meses. El presupuesto asciende a casi un millón de euros, una cantidad más elevada que las del resto de las fachadas porque se encuentra en peor estado de conservación y porque la intervención aplicará todos los conocimientos adquiridos en las tres actuaciones anteriores.
En esta actuación en la cara se va a aprovechar para revisar, y reparar si fuera necesario, todo el sistema de sujeción de las campanas. Estas tareas están motivada tras detectarse en una de las revisiones periódicas que uno de los soportes de la campana Santa María la Mayor, la más grande del campanario, estaba sufriendo un proceso de oxidación que podía causar daños a la fábrica en la que se empotra. Se trata de unos apoyos muy particulares, resueltos con unas pletinas de hierro que forman una especie de vigas y que se cree que datan de la restauración de Fernández Casanova.
Para subsanar esta deficiencia se hizo un reparación de emergencia que consistió en la instalación de un pórtico de perfiles metálicos para salvar el ancho de 2’15 metros de la galería y sobre el que se apoyó el soporte de la campana, liberando de carga al actual.
La Gerencia de Urbanismo concedió a la Catedral de Sevilla la licencia de obras para acometer la restauración de la cara norte de la Giralda en el verano de 2020, la última que quedaba por intervenir para culminar la rehabilitación de la torre hasta la azotea de las azucenas.
La obra en la cara norte de la Giralda estaba programada para el segundo semestre de 2020, con visos a finalizar en diciembre, pero los planes quedaron trastocados tras la declaración del estado de alarma y el cierre del templo.
La restauración de la Giraldacomenzó en el verano de 2017, concretamente en su lado oeste, elegido en primer lugar por dar al interior del Patio de los Naranjos. Con un presupuesto de 339.168 euros, la misma cantidad que para el resto de las fachadas, los trabajos se centraron en la limpieza, consolidación, reintegración de todos sus elementos.
Por primera vez, y gracias al gran andamio instalado en toda la superficie, los técnicos tuvieron acceso a todos los recovecos y elementos de la torre. Como publicó este periódico en primicia, se hallaron restos de la decoración primitiva almohade, en colores rojo y blanco; y se constató que los muros eran macizos de ladrillo, algo que se desconocía.
Tras la Semana Santa de 2018, los andamios volvieron a la Giralda, en este caso a la cara sur para su limpieza y consolidación. En otoño de 2019 se hacía lo propio con la fachada de la cara este, dejándose como testigo en un tono más oscuro, la zona inferior a la que estaba adosada la muralla. En todas las intervenciones se ha devuelto al conjunto parte de su cromatismo.
La intención de los conservadores del Cabildo, una vez que hubiera terminado la intervención en la cara norte, era comenzar a revisar el cuerpo superior y el Giraldillo.
Los problemas de conservación en la epidermis de la Giralda fueron detectados gracias a las inspecciones periódicas que se realizan en todo el edificio. En las tres últimas revisiones, efectuadas en abril de 2014, marzo de 2015 y marzo de 2016, en la que se descolgaron especialistas por las fachadas, se constataron diversas anomalías en el campanario. Entre las afecciones que diagnosticaron, se encuentran las alteraciones cromáticas en los azulejos cerámicos, pérdida de materia, fisuras superficiales y grietas, humedades persistentes, alteraciones antropogénicas (como parcheos o chapados de mampostería), o la acción de agentes bióticos (como algas y musgos, líquenes, arbustos o plantas superficiales).
Las afecciones eran similares en las cuatro caras de la Giralda.
La rehabilitación integral de la parroquia del Sagrario de la Catedral ha pasado por distintos avatares desde su comienzo a finales de 2019. Se trata de una intervención importante encaminada a reparar los problemas de cimentación y las fisuras en todas las fachadas y bóvedas. La pandemia irrumpió de golpe los trabajos en junio de 2020 cuando la intervención estaba en una fase crítica, por lo que el Cabildo hizo un impresionante esfuerzo para continuar con la programación y llegar a un punto en el que las tareas se pudieran suspender con todas las garantías.
Tras este parón obligado se retomaron a inicios de este año. Al presupuesto inicial de 1,6 millones de euros habrá que sumarle casi otro millón puesto que los trabajos han presentado diversos problemas que se han tenido que ir solucionando, como ha explicado este martes Jaime Navarro, arquitecto responsable de la conservación de la Catedral. Estos trabajo estarán terminados en torno a la Semana Santa, aunque no está garantizado que el templo se pueda reabrir para esta emblemática fecha.
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