La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La Sevilla fina en la caja de Sánchez-Dalp
Coronavirus
Bautizada como la ola joven porque ha afectado sobre todo a los menores de 30 años, la quinta embestida del virus también ha hecho revivir la pesadilla del coronavirus en las residencias de mayores. Pese a que la vacunación las había convertido en auténticos oasis libres del Covid-19, el virus ha vuelto a entrar en los centros geriátricos sevillanos dejando hasta la fecha 250 positivos en menos de un mes. Un inquietante aumento de casos que, aunque resulta imposible pensar que el drama se parezca al de olas anteriores, se han duplicado en sólo una semana y llega, además, acompañado de las más devastadoras consecuencias con 15 fallecidos en dos de los 14 brotes activos en centros sociosanitarios de la provincia.
Según los datos oficiales, las residencias han pasado en un mes de registrar un único positivo, con fecha del 27 de julio (última actualización recogida en el BOJA publicado tres días después) a contabilizar 250 a día de hoy. Un dato que se ha duplicado en sólo una semana ya que, según ha podido saber este periódico, los contagios en estos centros eran 123 el pasado 17 de agosto.
Los centros de mayores no vivían una situación similar desde la semana del 29 de enero al 5 de febrero, cuando se contabilizaban 275 positivos confirmados entre residentes. Desde entonces, el volumen de contagios empezó a caer en picado semana tras semana hasta el punto de que el coronavirus se llegó a esfumar prácticamente de estos centros con algún que otro caso de carácter anecdótico. Es decir, en las últimas cuatro semanas semanas se han sumado más positivos que en los seis meses previos.
En la misma línea, el número de contagios entre los empleados de estos centros también ha ido aumentando progresivamente desde que estalló la quinta ola. A día de hoy se contabilizan 45 bajas por infección Covid.
Con estos datos, la provincia es la que peor situación presenta de toda Andalucía dado que acapara la mitad de los mayores afectados que viven en geriátricos de la región y un tercio del personal. De un total de 540 casos confirmados entre los residentes en toda la comunidad autónoma, según los datos facilitados por la Junta a este periódico, el 46,2% corresponden a Sevilla. Y de los 153 positivos entre los empleados, 45 son de esta provincia.
No obstante, todo indica que la inmunización palía los efectos del virus en la mayoría de los casos. A diferencia de lo que ocurrió en la primera ola, cuando los ancianos todavía no estaban vacunados y muchos acababan hospitalizados, ahora la infección, tras su vacunación, cursa de forma menos grave. De esos 250 contagiados entre los mayores de geriátricos de la provincia, sólo 23 se encuentran hospitalizados. Hay otros 289 en aislamiento preventivo y ninguno de ellos con síntomas compatibles con el virus.
En la actualidad son 14 los centros de mayores y sociosanitarios de la provincia con brotes activos. Los peor parados son los registrados en el geriátrico Vitalia Écija y Guadaíra, en Alcalá de Guadaíra. Éste último es el más numeroso de los que se registran en estos momentos en la provincia, que suma 66 positivos entre los residentes. Por su parte, las peores noticias llegan desde Écija donde 12 mayores han perdido la vida a consecuencia del virus. Los positivos, por su parte, según información facilitada por el grupo Vitalia, bajan a 21 y no se tiene registro de ningún caso entre los empleados. Es decir, el número de afectados se ha disminuido en once casos desde la última actualización. Del total, cuatro de ellos están hospitalizados y los 17 restantes permanecen en la residencia.
Hay otros dos brotes destacados localizados en una residencia de Cantillana, con 32 contagios, y en Sevilla capital, con 42. Mientras el resto de casos se trata de un goteo de infectados.
Es posible que el hecho de que las vacunas pierdan efectividad contra este sublinaje explique que el número de contagiados y, consecuentemente, de fallecidos, haya crecido tanto en los centros de mayores. Por eso, la Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM) insiste en la necesidad de inocular una tercera dosis a los mayores de 60 años. "Países como Israel ya lo han puesto en práctica e incluso ha comenzado a vacunar a personas a partir de 40 años que tengan la vacunación completa desde al menos 5 meses antes, porque esta pérdida de inmunidad es general para toda la población, aunque su pérdida de eficacia se alarga en edades más tempranas. ¿Y España y Andalucía? Por el momento han decidido no hacerlo", afirma el presidente de FOAM, Martín Durán.
La federación plantea, además, una batería de medidas a la Administración "ante la magnitud que han alcanzado los brotes de Covid-19" en las residencias de mayores. Así solicita la "vacunación obligatoria" de todos los trabajadores de residencias, apuntando a un porcentaje de negatividad del 1,77%. Además subraya que se debería "exigir" a los visitantes para acceder a las residencias tener administrada la pauta de vacunación completa o restringir las visitas y salidas de las residencias y realizar test PCR de manera semanal, tanto a residentes como a trabajadores, en las poblaciones donde la tasa de incidencia sea alta. Igualmente insiste en la necesidad de "evacuar inmediatamente" a los residentes positivos cuando se declare un brote y "seguir manteniendo en estos centros un meticuloso cumplimiento de intervenciones no farmacéuticas como el uso de mascarillas, una adecuada higiene de manos y el distanciamiento físico".
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