La residencia del Rocío de Triana completa sus plazas en 9 meses
Esta fundación acoge y fomenta las habilidades de personas discapacitadas
La residencia destinada a personas con discapacidad intelectual Fundación Nuestra Señora del Rocío de Triana ya tiene completas las 30 plazas (16 masculinas y 14 femeninas) apenas nueve meses después de la apertura de esta instalación, impulsada por la Hermandad del Rocío de Triana. Esta residencia, en la que viven personas con síndrome de Down y otros pacientes que tienen asociados trastornos psiquiátricos añadidos, abrió el 15 de marzo de 2010 y sólo tiene pendientes de ingresar a dos mujeres cuyos expedientes ya están casi completos, según informaron fuentes de la Hermandad de Triana.
"El objetivo principal de la residencia no es sólo dar un hogar a estas personas, que por alguna circunstancia de la vida no pueden estar en un ambiente familiar, sino fomentar todas las habilidades de desarrollo personal y social para que lleguen a sentirse orgullosos de sus capacidades", añaden. La demanda de plaza en esta residencia ha provocado la formación de listas de espera cuando aún no se ha cumplido un año de su puesta en marcha.
La plantilla que trabaja en la Fundación Nuestra Señora del Rocío de Triana la integran seis cuidadores, según prevé el concierto entre la Fundación y la Consejería de Igualdad y Bienestar Social. Pero "se consideró aumentar este número hasta diez entre auxiliares de clínica, técnicos socio-sanitarios y una enfermera, para una buena asistencia a los usuarios y ante las necesidades planteadas por los mismos", apuntan desde la Fundación, destacando que se haya resuelto la situación planteada por algunos residentes con graves trastornos de conducta, enviados por la Consejería de Igualdad y Bienestar Social.
Entre los objetivos de los gestores está lograr "la implicación de diferentes entidades tanto públicas como privadas para que subvencionen diferentes actividades y proyectos", concluyen.
La dirección de la residencia corre a cargo de la enfermera Vicenta María Pons, la cual ha participado activamente en la fundación desde antes de la apertura del centro. La residencia mantiene una estrecha colaboración con el centro ocupacional, que dirige Ana Morón.
La residencia cuenta con una capilla, cuyas puertas están abiertas todos los días para todos los que quieran orar o acudir a misa los fines de semana, en un intento por conseguir que la residencia no sea un espacio cerrado, sino que esté abierto a las necesidades del entorno vecinal.
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