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El renacimiento de Verónica y Mercedes

Salud

Dos testimonios relatan cómo superaron problemas de salud terminales tras someterse a un trasplante y recibir los órganos que les permiten seguir con vida.

El renacimiento de Verónica y Mercedes
Noelia Márquez

13 de enero 2014 - 05:03

Verónica y Mercedes, dos supervivientes a enfermedades terminales, relatan cómo renacieron cuando, hace unos años, entraron en un quirófano para someterse a un trasplante. A sus 32 años, Verónica explica que todos los días habla con el donante anónimo que, desde finales de 2010, forma parte de ella. Para Mercedes la segunda oportunidad vino de la mano de su marido, Juan Antonio Soto, quien le cedió un riñón hace ya casi cinco años.

"Cada día hablo con él, respiro gracias a él. Si su familia no hubiera donado, quizás hoy no estaría aquí". A los cinco años Verónica Díaz comenzó a afrontar una grave enfermedad, la fibrosis quística, que afecta y deteriora de manera severa a los pulmones. Pese a los tratamientos y a los cuidados, la enfermedad la colocó en una situación crítica cuando apenas había cumplido los 26. Su capacidad pulmonar se redujo al 23% y entró en la lista de espera para un trasplante de pulmón, la única alternativa para salir de la complicada situación provocada por la fibrosis quística.

"Permanecí 15 días en Córdoba -el Hospital Reina Sofía es el centro acreditado para realizar los trasplantes de pulmón-, donde me sometí a varias pruebas y donde firmé el consentimiento para la intervención", recuerda esta sevillana. Tras quince días comenzó para Verónica la más larga de las esperas: la llamada del hospital con la noticia de que podía someterse al trasplante. "Los primeros días fueron angustiosos, creía a todas horas que sonaría mi móvil para mi operación, pero poco a poco esa angustia desapareció porque pasaban los días y nada, así que parecía que ese momento nunca llegaría", recuerda.

Verónica esperó dos años. A las dos de la mañana del 5 de diciembre de 2010 recibió la llamada definitiva. Sin demorarse un minuto, la joven y su familia se trasladaron a Córdoba en una madrugada lluviosa con la esperanza de una nueva vida. "Entré en quirófano a las nueve de la mañana y salí a las seis de la tarde. Gracias a un donante me trasplantaron los dos pulmones", añade.

Despertó dos días después en la UCI donde permaneció nueve días en los que pasó "mucho miedo, soledad y desesperación", al mismo tiempo que "pensaba en lo afortunada que era por la nueva oportunidad". En esos días, su hoy marido, Joaquín, le entregó el anillo de compromiso. La boda se celebró el pasado junio. Dedicó el vídeo y el libro de fotos a su donante. "Ahora puedo andar y hablar a la vez, comer y hablar a la vez, antes pensaba que era imposible". Esta mujer concluye su relato con palabras de agradecimiento a la familia que donó los órganos de un ser querido tras fallecer.

Mercedes Fernández, que tiene 42 años, celebrará su segundo cumpleaños el próximo 23 de marzo. Hace casi cinco años esta mujer y su marido, Juan Antonio Soto, entraron en un quirófano en el Hospital Virgen del Rocío. Juan Antonio cedió a su esposa un riñón. Este acto de enorme generosidad ha permitido a Mercedes liberarse de las cadenas de la diálisis y de la insuficiencia renal que sufría desde hacía años. "Está perfecta", explica su marido, quien dice que no lo pensó dos veces.

Fue en el viaje de novios a Santo Domingo cuando apareció la enfermedad. "Ella tenía entonces 28 años y nunca había tenido sospechas de que sufría un problema renal. Al principio lo achacamos al viaje, pero al regresar a Sevilla acudimos al hospital donde le diagnosticaron el problema en los dos riñones", recuerda Juan Antonio.

Tras años de tratamiento y al comenzar la diálisis Mercedes entró en una lista de espera para un trasplante de riñón. "Los médicos llegaron a decirnos que las posibilidades eran escasas porque las donaciones de órganos válidos habían disminuido mucho por el descenso de las muertes en accidentes de tráfico", añade Juan Antonio. Ante esta realidad, este hombre pidió a los médicos de su mujer que quería cederle un riñón para lograr que mejorara. "Cualquiera lo haría por una persona a la que quiere y aprecia", comenta. Y así fue. Ambos son compatibles. Tras superar esta situación, Mercedes también ha sobrevivido a un cáncer de mama y hoy es una mujer nueva que ha regresado a su puesto de trabajo como maestra.

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