La remodelación de la Fábrica de Tabacos debe estar terminada en 2013
Remodelación de la fábrica de tabacos
El edificio histórico, que acogerá todas las carreras de Humanidades, tendrá 490 despachos para profesores.
Universidad de Sevilla ya ha comenzado la que, en palabras del vicerrector de Infraestructuras, Antonio Ramírez de Arellano, será la intervención arquitectónica "más importante de nuestra historia": la remodelación integral de la Fábrica de Tabacos para acoger un campus de humanidades con las facultades de Historia, Filología y Filosofía, además de las dependencias del Rectorado. Un proyecto que, en el cálculo más optimista, no se finalizará hasta el segundo trimestre de 2013 y que tiene como objetivos principales adecuar el espacio a un uso universitario racional y moderno, así como recuperar sus valores arquitectónicos, artísticos y culturales. Filosofía no se trasladará al edificio hasta que acaben las obras.
Ha habido que esperar a que la Facultad de Derecho, después de un proceso no exento de conflictos y heridas, haya abandonado el edificio para elaborar un Plan Director de Remodelación (firmado por el arquitecto de la Hispalense, Miguel González Vílchez) que todavía tendrá que pasar el examen de la Comisión Provincial de Patrimonio de la Junta, con la que ya se han mantenido contactos informales. En total, las obras supondrán cuatro años de obras que se realizarán en tres fases y en la que se invertirán entre 40 y 50 millones de euros, según Ramírez de Arellano, de los cuales la Junta ya ha comprometido 12 millones.
El proyecto de la Fábrica de Tabacos no es una obra cualquiera. Supone intervenir en uno de los edificios fabriles históricos más importantes de España (siglo XVIII) y el sancta sanctorum de la Universidad de Sevilla, el inmueble que lo identifica y le confiere su personalidad histórica (aunque no acogió a la Hispalense hasta 1952). Sólo la Universidad de Granada tiene en Andalucía un patrimonio inmueble semejante en Andalucía.
Su ejecución supondrá un cambio radical en la distribución de los espacios para mejorar el funcionamiento y la circulación del edificio, desvirtuada en los últimos cincuenta años por la masificación, que obligó a ir fragmentando el espacio en un sin fin de despachos, aulas y otras dependencias, convirtiendo el interior del edificio en un laberinto que, además de desorientar a sus visitantes (había que ser un experto para llegar a ciertos despachos de profesores), no cumplía con la actual reglamentación sobre incendios. Precisamente éste será uno de los problemas que se corregirán con la intervención.
El Plan Director pretende recuperar las circulaciones norte-sur y este-oeste en las dos plantas a través de esos amplios pasillos abovedados que le dan su personalidad al edificio. Todas las aulas (que serán comunes para las tres facultades) se concentrarán en el tercio central del edificio, ordenadas en dos manzanas rodeadas de pasillos y con "inmejorables accesos". Estas aulas, un total de 65, serán de tres tipos: pequeña, mediana y grande, con capacidad para 30 ó 40, 100 y 150 personas, respectivamente. Además se mantendrá sólo un Aula Magna (la de Filología, en forma de hemiciclo) que servirá a los tres centros. Eso sí, cada Facultad mantendrá su salón de grados. En resumen, la infraestructura está pensada para acoger a 4.500 alumnos sin necesidad de que existan turnos de mañana y tarde, una cifra holgada para el alumnado de los centros. Las aulas docentes (que sumarán un total de 41.169 metros cuadrados) se complementarán con siete informáticas (275 metros cuadrados) y cinco laboratorios (328 metros cuadrados).
También estarán centralizadas en una sola dependencia las secretarías de las facultades (aunque no los decanatos), así como la copistería y un gran bar-comedor (resultado de unir la antigua cantina de Derecho a un aula de esta facultad) con capacidad para 200 comensales.
Otra de las novedades es la unificación de todas las bibliotecas de departamento y de facultad en una sola gran Biblioteca de Humanidades que se extenderá por lo que hoy es la biblioteca del Rectorado, la del Laboratorio de Arte y la Dante. Este espacio contará con capacidad para 700 usuarios simultáneos y 1.000 metros lineales para el almacenamiento de volúmenes.
El de los profesores será otro de los colectivos que se verán beneficiados. El plan pretende acabar con ese chabolismo de despachos que identifica actualmente a la Fábrica de Tabacos, espacios minúsculos (muchas veces prefabricados) mal iluminados y ventilados y sin planes de evacuación. Todos los despachos "adquieren óptimas dimensiones, proporciones y condiciones de iluminación, al tiempo que se salvaguarda la percepción de las bóvedas", se afirma en el plan. Todas los despachos y dependencias de los departamentos se dispondrán tanto en la banda paralela a la fachada del edificio como en torno a los patios, garantizando así la luz natural. En total serán 490 (215 Filología, 230 Geografía e Historia y 54 Filosofía).
Finalmente, los servicios centrales de la Universidad (el Rectorado) en el que trabajan unos 300 funcionarios, se expandirán ordenadamente hacia el sector antes ocupado por la Facultad de Derecho, "quedando recogidos en un área propia, con buenas conexiones entre sí y el resto del edificio".
Para permitir que la vida universitaria siga su curso sin más molestias que las imprescindibles, la intervención en la Fábrica de Tabacos se desarrollará en cinco fases que culminarán en el segundo trimestre del año 2013, según un cronograma preparado por la Vicerrectoría de Infraestructuras que podría sufrir retrasos, según advierte Antonio Ramírez de Arellano.
Durante la Fase 0, que comenzó en el mismo momento que Derecho abandonó el inmueble en diciembre del año pasado, se desarrollan las denominadas "obras urgentes": demoliciones preliminares, instalaciones troncales para adecuar tecnológicamente el espacio, el comedor, los aseos y los ascensores.
En la Fase 1 se remodelarán las antiguas aulas de Derecho, se montarán las aulas de informática y la nueva secretaría del campus de humanidades y se acometerá la reforma de los espacios administrativos centrales. En la Fase 2 se realizarán las obras de aulas y despachos y en la 3 se continuará esta labor y se construirá la Biblioteca de Humanidades. La Fase 4 está dedicada a las terminaciones.
Paralelamente a la reforma del interior, la Universidad de Sevilla va a proceder a la completa restauración de las cuatro fachadas del edificio, una obra que comenzará en breve y que se ha acelerado debido al reciente desmoronamiento de uno de los balcones. El proyecto se financiará con el 1% cultural de la Junta de Andalucía.
La Hispalense, además de musealizar la Fábrica de Tabacos, pretende construir un pequeño centro de interpretación del edificio y una sala en la que se exhibirían las obras de arte más importantes de su patrimonio.
La antigua Real Fábrica de Tabacos de Sevilla es el edificio industrial civil del XVIII más grande de España. Ocupa un rectángulo de 185x147 metros, sólo superado (en lo que a inmuebles del Antiguo Régimen se refiere) por el Escorial. No en vano, el viajero romántico británico Richard Ford llegó a definirla como el Escorial tabaquero.
Como solía pasar antiguamente (y no tan antiguamente) la construcción de este edificio en un lugar llamado de las Calaveras (debido a un enterramiento romano que se encuentra en su subsuelo) sufrió un sin fin de contratiempos que hizo que se demorase desde el 28 de septiembre de 1728 (día en el que comenzaron los trabajos) hasta 1757. Numerosos arquitectos e ingenieros intervinieron en un proyecto que, si no llega a ser por el impulso dado por el Marqués de la Ensenada, probablemente sería hoy una más de las frustraciones de la ciudad. Al final, de los 1,2 millones de reales de vellón en los que se presupuestó la obra se pasó a los 38 millones (una similitud más con el presente).
La Fábrica de Tabacos supuso no sólo una revolución económica en la ciudad, sino también social, dejando para la historia el papel de las famosas cigarreras, pioneras en la emancipación femenina en Sevilla.
El edificio estuvo dedicado exclusivamente a fábrica hasta 1883, año en el que en su costado oriental (el que ocupaba hasta el pasado diciembre la Facultad de Derecho) se instaló el Regimiento Montado de Artillería Brunete 1 y, posteriormente, después de la Guerra Civil, el Regimiento de Carros de Combate Alcázar de Toledo y otras unidades.
En 1950, el Consejo de Ministros, aprobó la reconversión de la Fábrica en sede de la Universidad de Sevilla, hasta entonces en la ya insuficiente Casa Profesa de los Jesuitas anexa a la Iglesia de la Anunciación. Después de una intervención en la que intervinieron los arquitectos Antonio Yllanes, Delgado Roig y Balbontín, la Facultad de Derecho se traslada al inmueble, pero la actividad tabaquera se mantendrá en una parte del mismo hasta el año 1962. En 1972, después de casi 22 años, concluyeron las obras de remodelación con la construcción de la Biblioteca del Rectorado.
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