La rehabilitación integral del monasterio de la Cartuja de Sevilla se completa tras 50 años
La adecuación del claustro de legos, con la construcción de un pabellón expositivo para el IAPH, pone fin a unas obra que inició Rafael Manzano en 1971
Un pabellón expositivo en el claustro de Legos de la Cartuja
Patrimonio analiza este miércoles la rehabilitación del claustro de Legos de la Cartuja de Sevilla
Las obras de adecuación del claustro de legos pondrán fin a más de 50 años de obras para la recuperación integral del valioso monasterio de Santa María de las Cuevas, en la isla de la Cartuja. El Instituto Andaluz del Patrimonio (IAPH) ejecutará este año unas actuaciones que tendrán como elemento principal la construcción de un pabellón expositivo que recupere el límite oriental del antiguo claustro actualmente desaparecido y que servirá para dar a conocer las piezas que restaure la institución. El proyecto, redactado por el arquitecto Francisco Reina y que ya se encuentra en licitación, contempla igualmente la rehabilitación de la galería y las estructuras de las antiguas celdas y de la sala abovedada ubicada en el edificio norte como espacio expositivo complementario, así como la ordenación del resto de ámbitos exteriores.
Las actuaciones para la recuperación integral del monasterio de Santa María de las Cuevas comenzaron en el año 1971. Entonces, y hasta 1978, Rafael Manzano llevó a cabo unos trabajos de restauración y consolidación del núcleo esencial del recinto. Como detalla el proyecto de obras, estas operaciones afectaron a la iglesia, la sacristía, el claustrillo, el refectorio, la capilla de los Ribera, de gracias y caminantes, el apeadero y la portada principal. Se consolidaron la cubierta de la iglesia y espadañas, así como los volúmenes exteriores de los ábsides. Desde ese momento, se fueron acometiendo distintas intervenciones que tomaron impulso desde 1986 cuando comienzan los trabajos de restauración y rehabilitación del monumento para la Exposición Universal de 1992.
Ese mismo año, se ejecutan las obras del edificio destinado a la sede del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico y comienzo de su actividad, pero no se llegan a realizar al completo las edificaciones contempladas en el proyecto original, redactado por Guillermo Vázquez Consuegra, en la zona del claustro de legos. Las obras más recientes ejecutadas en este ámbito se llevaron a cabo en el año 2010 y contemplaron la adecuación de la planta alta de la crujía del frente norte destinadas a uso de oficinas del IAPH.
“El claustro de legos sigue siendo tras las obras inauguradas en 1992 un espacio residual no accesible que no ha sido dotado de red de saneamiento, pavimento, iluminación o mobiliario. En la actualidad, al carecer de límites en la banda oriental, su superficie se funde con otros espacios exteriores, dibujando una extensión desarticulada y continua que se recorta contra el borde edificado en la que aparecen preexistencias de naturaleza diversa”, señala el proyecto.
Más de medio siglo después de las primeras obras de Rafael Manzano, la actuación promovida por el IAPH prevé la construcción de un pabellón expositivo que recuperará el límite oriental del antiguo claustro, en la actualidad prácticamente desaparecido. Además, se rehabilitará como espacio expositivo complementario, para su inclusión en el circuito de visitas al IAPH, la interesante sala abovedada ubicada en el lado norte, actualmente destinada a sala de mantenimiento y que permanece en bruto desde que en 1992 se paralizaron las obras en este sector del conjunto.
Como estrategia general, la intervención parte de la construcción de un plano unitario de suelo. “Una superficie que adquiere formas diversas para adaptarse y facilitar la lectura de los distintos elementos y situaciones que se reconocen en este singular ámbito del complejo. El plano enlaza con los niveles de suelo de las edificaciones históricas y se extiende para construir el nuevo pavimento del claustro de legos, futura Plaza de las Experiencias, un lugar destinado a actividades. Se dispone a una cota elevada para garantizar la protección y confinamiento del registro arqueológico, aún pendiente de investigación. A modo de plataforma, se recorta a una distancia adecuada del perímetro edificado dibujando una franja donde se recuperan los niveles de uso originales y donde quedan visibles los restos de pavimentos y otras estructuras arqueológicas, una operación que aspira a contextualizar de manera adecuada las celdas de legos y la arquería oriental”.
El nuevo pabellón se concibe como un elemento de articulación entre los distintos ámbitos que el plano de suelo dibuja. Ocupa una situación central –estratégica para la organización y enlace de las circulaciones– convirtiéndose en el elemento que relaciona y ordena los espacios de estancia. “Se trata de un volumen prismático de sencilla geometría y aspecto material similar al resto de construcciones del complejo. Su escala también se ajusta a las edificaciones existentes y adquiere en planta una posición análoga a la del muro que separaba en origen el claustro de legos de los espacios exteriores situados en su banda oriental. En el frente hacia el claustro –Plaza de las Experiencias–, su sección se escalona para esbozar un paso a cubierto, reflejo de la arquería o deambulatorio que aún se conserva en el frente occidental. Este gesto dirige la atención hacia sus extremos menores, norte y sur, donde se ubican los accesos y los huecos que registran el espacio interior”.
Con el objetivo de que la sala abovedada pueda completar la oferta expositiva del complejo, se proyecta una intervención que consiste básicamente en su restauración y la construcción de un nuevo suelo, “un pavimento de aspecto neutro y abstracto que evite competir con la riqueza material y constructiva de paramentos y bóvedas una vez recuperados, para quedarse en un discreto segundo plano”.
El presupuesto del proyecto asciende a 915.615 euros, que serán financiados en su totalidad con fondos europeos Feder, y el plazo de ejecución es de 8 meses.
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