La rehabilitación de una casa del Patio de Banderas en riesgo de colapso

La gestión del conjunto palaciego

Los técnicos de Urbanismo detallan que las principales patologías del inmueble adosado a la muralla son forjados en mal estado y estanqueidad de las cubiertas

Imagen de ayer de la casa que se encuentra en el número 1 del Patio de Banderas.
Imagen de ayer de la casa que se encuentra en el número 1 del Patio de Banderas. / Juan Carlos Muñoz

Forjados en riesgo de colapso y estanqueidad de las cubiertas. Estas son las dos principales patologías que presenta la casa del número 1 del Patio de Banderas, que será rehabilitada durante un año por la empresa que seleccione la Gerencia de Urbanismo para la ejecución subsidiaria de unas obras de conservación necesarias para que obtenga las condiciones de seguridad, salubridad y ornato público. El equipo de Juan Espadas mantiene su compromiso de adquirir todos los inmuebles y aumentar su protección a Bien de Interés Cultural (BIC), y abrir la cripta arqueológica. La idea es garantizar su debida conservación y acceso público a sus restos de valor patrimonial, histórico y cultural.

En el proyecto redactado por el servicio de conservación de la edificación y paisaje urbano se detalla que el estado de la cimentación de la finca que cuenta con dos plantas es aparentemente bueno, sin que se aprecien daños ni deformaciones importantes. Únicamente se observan algunas anomalías en los suelos de la planta baja. Lo más destacado en la estructura vertical son problemas de humedades en los muros de carga de la planta baja; algunas grietas en los muros de la escalera de acceso a la vivienda de la primera planta; y el deterioro por las humedades y envejecimiento de los revestimientos y cornisas de los patios, apareciendo abofados y desprendimientos.

La estructura del techo de la planta baja del edificio datable en el siglo XVIII presenta diversas patologías: el zaguán, la zona previa a la escalera de acceso a la primera planta y uno de los dormitorios anexos a la galería se encuentran apuntalados por problemas de pudrición en las cabezas de las vigas y excesos de flecha de las viguetas. En la crujía izquierda del patio, los técnicos encontraron en mal estado el forjado que cubre el dormitorio central de la crujía.

En la planta alta, el forjado presenta unas patologías mayores en extensión y gravedad al tratarse de la cubierta. En la memoria se expone que lo más destacable es la degradación sufrida por los entrevigados de ladrillo como consecuencia de las continuas filtraciones. Las estructuras de madera están muy degradadas, con problemas importantes de pudriciones en los entrevigados y falta de impermeabilización.

En el análisis del estado actual de un casa que cuenta con una protección parcial en grado 1 y una superficie de 533,99 metros cuadrados de uso residencial para dos viviendas, se describe que las azoteas transitables carecen de la impermeabilización adecuada como se desprende de los daños por filtración de agua de lluvia que presentan los forjados de las cubiertas. También se encuentran en muy mal estado todos los canalones de recogida de aguas pluviales, que en numerosos puntos han desaparecido y los restos que quedan fijados a los parámetros se encuentran oxidados y presentan alabeos y deformaciones.

La obra cuenta con un plazo de doce meses y un presupuesto de 215.188 euros

Los técnicos explican que es necesaria la reparación de varias puertas y ventanas: “Donde se encuentran las carpinterías más expuestas existen patologías más importantes con roturas y deterioros. Sin embargo, las mayores deficiencias se refieren al estado del cierre del patio principal de la planta baja, que se encuentran en muy mal estado de corrosión por oxidación en algunas zonas como los paños ciegos”.

La medidas de conservación que se adoptarán en la finca adosada a la muralla serán, entre otras, el cosido de las grietas del muro junto a la escalera de acceso a la vivienda dela planta primera, el refuerzo de los dinteles apuntalados, y la reparación de las columnas. En la estructura del techo de la planta baja se sustituirá los forjados del zaguán. En el techo de la planta primera se procederá a reforzar los paños de las galerías mediante el apeo de las cabezas de las viguetas, y la sustitución de las vigas que presenten mayor deterioro.

En el proyecto de obras de conservación se especifica que se sustituirá la impermeabilización de las azoteas transitables de la cubierta, se realizará un picado de enfoscados en las zonas más afectadas, la reposición de los azulejos retirados, la sustitución de las baldosas rotas, y la sustitución de las carpinterías que no cumplan su función. Los trabajos cuentan con un presupuesto de 215.188 euros (IVA incluido), siendo las partidas más importantes para las estructuras y los revestimientos.

No es la única obra que se realiza en el Patio de Banderas. Urbanismo apremió hace dos meses a la constructora encargada de la restauración de la casa abandonada en el número 12 para que inicie unos trabajos que deberían haber comenzado en la última semana de enero después de que una Inspección Técnica de Edificios (ITE) realizada hace ahora más de 15 años revelase que el inmueble propiedad de Patrimonio del Estado no reúne las condiciones adecuadas de seguridad, salubridad y ornato público.

El plazo para la ejecución de las obras es de diez meses, y cuentan con un presupuesto de 180.588 euros (IVA incluido). La parcela está ocupada por un edificio trapezoidal de cuatro plantas adosado a la muralla del Real Alcázar en su parte posterior, e incorporando una de las torres de esa muralla y colinda con dos edificios a ambos lados. Presenta en la fachada un azulejo con el escudo de la Casa Real. La edificación es de uso residencial, de tipología unifamiliar entremedianeras, encontrándose actualmente desocupada.

Una mujer pinta grabados en la puerta de la finca, junto al arco de entrada a la plaza.
Una mujer pinta grabados en la puerta de la finca, junto al arco de entrada a la plaza. / Juan Carlos Muñoz

Las casas de la plaza conformaron el palacio primigenio del Alcázar

La ciencia data los restos de un palacio primigenio junto al actual Real Alcázar en finales del siglo XI o inicios del XII, un margen de error corto pero lo justo para que pueda ser el primer palacio de Al-Mutamid o un edificio ya almorávide, que el análisis estético inclina hacia el rey poeta. Los arqueólogos ya sabían que el primer recinto estuvo fuera del perímetro actual de los Reales Alcázares, un edificio descompuesto en nueve partes que son las casas del Patio de Banderas, no incluidas en la cesión del Estado a la ciudad en 1931 para gestionar el Alcázar, por lo que son propiedad de Patrimonio del Estado. Las mismas, algunas deshabitadas, otras aún en alquiler de renta antigua y otras en su día subastadas por el Estado son objeto de frecuentes intervenciones de conservación como las iniciadas en 2012 en la casa número 8, construida en 1874 por el Marqués de Irún. Es esa intervención la que sacó a la luz más de lo previsible y, sobre todo, en palabras del arqueólogo Miguel Ángel Tabales, “lo justo” para poder determinar la “forma exacta” del palacio y una datación precisa, un siglo anterior a la parte más antigua del Alcázar actual. Las murallas, que se han consolidado en las obras al encontrarse ocultas por vegetación y en mal estado, son ligeramente anteriores aunque del siglo XI y no del X como se pensaba, como demuestra que las torres están huecas, por lo que Tabales cree que pudieron ser construidas por Al-Mutamid o por su padre. El proyecto arquitectónico dejó todo listo para en un futuro poder incorporar el primigenio palacio a los Reales Alcázares.

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