El régimen de Gadafi se hunde
Los insurgentes controlan casi el 90% del territorio de la capital, Trípoli, donde continúan los violentos combates · Se desconoce el paradero del coronel, pese a que el Pentágono cree que sigue en el país
El misterio permanecía ayer sobre la suerte que ha podido correr el coronel Muamar el Gadafi, cuyo régimen se desmorona tras más de 40 años de dictadura cuando los rebeldes controlan gran parte de la capital, Trípoli.
Los insurgentes, que luchan para conseguir el final del régimen gadafista desde hace siete meses, iniciaron el asalto definitivo a la capital el sábado por la tarde y ayer controlaban casi el 90% del territorio de la ciudad. Sin embargo, los revolucionarios no han conseguido localizar el escondite de Gadafi e ignoran incluso si el coronel se encuentra aún en Libia, como cree el Pentágono.
En el día de ayer, feroces combates enfrentaron a los rebeldes con las fuerzas leales a Gadafi en el entorno de su residencia de Bab el Aziziya, desde donde los gadafistas utilizaron carros de combate para castigar las posiciones insurgentes.
Con una superficie de seis kilómetros cuadrados, Bab el Aziziya constituye una verdadera fortaleza dotada de grandes medios de defensa y que ha sido objeto en numerosas ocasiones de los ataques de los aviones de la OTAN.
"No creemos que se esconda en su palacio de Bab el Aziziya", indicó ayer uno de los jefes militares rebeldes que participaron en la ofensiva sobre Trípoli.
Los rebeldes pensaban, en un primer momento, que la captura de Gadafi no iba a ser demasiado difícil tras la detención de dos de sus hijos, Saif el Islam y Al Saadi, el arresto y posterior liberación de un tercero, Mohamed, y la rendición de su guardia personal.
En estos momentos, diversos escenarios se plantean a propósito del antiguo líder libio, entre ellos su probable huida a Argelia. Las cadenas de televisión árabes informaron asimismo de que dos aviones sudafricanos se encontraban sobre las pistas del aeropuerto de la capital dispuestos a despegar, pero el Gobierno de Pretoria ha desmentido cualquier intento de ayuda en la huida del coronel.
Otras fuentes señalaron que Gadafi se encuentra en un bunker no lejos del barrio popular de Tadjoura, bajo la protección de una brigada dirigida por su propio hijo, Khamis, mientras que la hipótesis de su huida a su ciudad natal, Sirte, o hacia el Chad de su amigo el presidente Idriss Deby, han sido mencionadas pero no confirmadas.
Los rebeldes anunciaron ayer la captura de uno de los guardias personales de Gadafi cuando intentaba huir de Trípoli y que no ha podido precisar el paradero del coronel.
"Ignoramos dónde se encuentra Gadafi, no sabemos si está en Libia o si se ha ido al extranjero", afirmó, por su parte, el presidente del Consejo Transitorio Libio (CNT, órgano político de los rebeldes), Mustapha Abdeljalil.
En una rueda de prensa en Bengasi, bastión de la rebelión, Abdeljalil deseó ver a Gadafi en prisión para ser conducido ante la Justicia "y así responder de sus crímenes en un proceso justo para que el mundo sea testigo de las atrocidades de uno de los más grandes dictadores de la humanidad". Así, sostuvo que los libios no celebrarán su verdadera victoria hasta que Gadafi sea detenido y juzgado.
Por su parte, Trípoli amaneció ayer con sentimientos contrarios, entre el júbilo y el miedo. Un día después de una importante incursión, los rebeldes esperaban la llegada de miles de guerrilleros de la revolución procedentes de regiones ya liberadas del país como refuerzo.
La rebelión, sin embargo, dudaba sobre qué estrategia adoptar para la toma de la ciudad: o rápidamente a través de las grandes avenidas, pero exponiéndose a los francotiradores situados en los tejados de los edificios, o lentamente, por el laberinto que forman las callejuelas.
En el barrio de Gorji, en el suroeste, los habitantes acogieron con alborozo a los guerrilleros. "Los rebeldes de las montañas y de Zauiya están ahora en la plaza de los Mártires -el nuevo nombre dado por la rebelión a la plaza Verde, donde solían reunirse los partidarios de Gadafi- y en las calles colindantes", declaró Saad Zaidi cuando regresaba de las celebraciones. "Pero hay francotiradores africanos escondidos llegados de Chad en la Ciudad Vieja y, de vez en cuando, se pueden oír disparos de morteros. Pero no sabemos de dónde son lanzados", agrega.
Abdelrahman ben Jama, como la mayoría de los habitantes de Gorji, sólo quiere una cosa: participar en los combates. "No tengo armas pero quiero proteger este barrio porque es el mío. No tenemos suficientes armas pero queremos todas las que sean posibles para deshacernos del dictador. Aquí, cada uno es un guerrillero", afirmó.
Los vecinos están nerviosos y tensos porque no saben lo que ocurrirá en los próximos días o semanas, pero están felices de ver lo que consideran el final inevitable de Gadafi. "Gorji fue el primer barrio en manifestarse contra Gadafi, 100 personas han sido detenidas desde el inicio de la revolución y aún no tenemos noticias de ellos", se lamentaba Abubakr Wanis. "Sabemos exactamente quién está con nosotros y quién con Gadafi, son pocos, sólo les hemos aconsejado que se queden en sus casas", dijo.
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