Un caso que recuerda al crimen de Marta pero con un final distinto

El asesinato de la ciudadana estadounidense por un vecino de la barriada del Tiro de Línea recuerda inevitablemente el crimen de Marta del Castillo, aunque ambos sucesos tienen algunas similitudes y un desenlace bien distinto. El joven A. G. S., que ha sido detenido por el asesinato de la norteamericana, decidió arrojar el cuerpo de la víctima al río Guadalquivir.

Esta forma de deshacerse del cadáver coincide con la que en su día confesó el principal imputado por la muerte de Marta, Miguel Carcaño, y otros dos acusados, su amigo Samuel Benítez, y el menor de 15 años apodado el Cuco. La Policía buscó el cuerpo de Marta durante 30 días en el río, en una operación de rastreo sin precedentes, en la que participaron 300 personas y se peinaron exhaustivamente 100 kilómetros.

Tras ese primer reconocimiento de su participación en el crimen, los jóvenes se retractaron de sus declaraciones iniciales, negando su implicación en las labores para deshacerse del cuerpo y eliminar los vestigios del crimen. Miguel Carcaño complicó posteriormente aún más el caso al variar de nuevo su testimonio -lo ha hecho en cuatro ocasiones- y asegurar que no arrojaron el cuerpo al río, sino que se deshicieron del mismo en un contenedor de basuras próximo a su domicilio de la calle León XIII. Esta nueva versión motivó una nueva búsqueda en el vertedero de basuras de Montemarta-Cónica, en Alcalá de Guadaíra, que finalizó igualmente sin resultados.

La ocultación del cuerpo de Marta por parte de los imputados ha impedido un análisis forense que podría haber arrojado alguna luz sobre los hechos que ocurrieron la noche del 24 de enero de 2009 en la vivienda de Miguel Carcaño. Esta es la principal diferencia con el asesinato de la norteamericana, donde la Policía y los forenses podrán contribuir a esclarecer las circunstancias en las que se produjo este crimen.