Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
Nadie en el mundo más afortunado que Víctor Orta
Son y están
MAÑANA lunes estará en Madrid para tomar parte en una concentración de protesta que ha convocado Fedeca (Federación de Asociaciones de los Cuerpos Superiores de la Administración General del Estado). La han fijado a las 17:00 para que perjudique lo menos posible a sus horarios de trabajo. Y en la víspera del paro pactado por los sindicatos.
En Sevilla hay unos 4.000 funcionarios del Estado, sin contar policías, guardias civiles y militares. Excepción hecha de éstos, 500 personas forman los altos niveles de responsabilidad en la Administración, todos con carrera superior, los A1 del escalafón laboral. Abogados del Estado, inspectores de Hacienda, interventores y auditores del Estado, gestores del catastro, etcétera. Los A2 son los funcionarios cuyos puestos requerían de una diplomatura de tres años. El B1 encuadra a los administrativos, el B2 a los auxiliares, y el grupo E a los ordenanzas y resto de personal laboral.
Juan Carlos Lozano obtuvo hace veinte años su plaza de letrado de la Tesorería de la Seguridad Social. Sacó las oposiciones a la primera. Su primer destino fue Lérida. A los dos años, Huelva. En 1993 consiguió plaza en Sevilla, Nació hace 47 años en Salar, pequeño pueblo granadino. De padre empleado de banca y madre ama de casa, es el tercero de cinco hermanos. Llegó a Sevilla con 9 años de edad al ser trasladado laboralmente su padre. Estudió en los Salesianos de la Trinidad y se licenció en Derecho en la Hispalense. Tiene un hijo de 16 años que acaba de estar en una recepción con los Príncipes en La Zarzuela, como uno de los diez estudiantes españoles elegidos para conformar en Estambul un Parlamento Europeo de los Jóvenes.
-¿Qué preparación requiere una oposición como la suya?
-El promedio es de cuatro a cinco años, estudiando 12 horas al día y trabajando muy fuerte con un preparador. En aquella etapa, para mí no había sábados, domingos ni festivos. Ni Semana Santa ni Feria. Era mínimo el descanso.
-¿Ha calculado su pérdida de poder adquisitivo?
-En la Administración se ha perdido un 43 % de poder adquisitivo en los últimos 30 años. Muchas veces hubo congelación de salarios, o subidas por debajo del IPC.
-¿Cómo es la gradación del recorte hasta fin de año?
-Es más suave en los primeros meses (desde junio), y en Navidad será el mayor. De la paga extra de fin de año, el grupo A1 perderá el 46,29% de la nómina. El grupo A2 pierde el 32,79%. El grupo C1 el 17,19% , el C2 el 1,29% y el grupo E no sufre descuentos.
-No les habrá cogido por sorpresa pagar los platos rotos de la crisis.
-No, y tampoco que hayan vuelto a jugar desde el Gobierno con los globos sonda. Filtraron a un periódico un cuadro de recortes que ha sido mucho mayor que el aprobado finalmente. Táctica para que, al final, crean que debemos estar incluso agradecidos por haber atenuado el impacto del ajuste. Pocos ciudadanos saben que, en nuestro caso, están alterando la base de cotización de nuestras nóminas. Nos fijan una base superior a la real, lo que les permite aplicarnos mayores recortes.
-¿Temen más 'tijeretazos'?
-Claro, porque los problemas de España no se solucionan con estos recortes. Esta crisis de ingresos y gastos va para largo. Hacen falta muchas más medidas, más ajustes. La que se ha adoptado va a ser contraproducente, porque al tener menos dinero los funcionarios para gastar, menos dinero va a circular por España, y eso deparará menos ingresos para las arcas públicas vía empresas.
-¿Qué otro capítulo podrían asumir los funcionarios?
-Estamos dispuestos a asumir sacrificios, como una mayor movilidad. Hace falta una reforma laboral cuanto antes. Y el funcionario no es una persona inamovible, puede perder su puesto de trabajo, ya hay normativa legal que lo regula. Y si tiene que perderlo porque no cumple los requisitos y su rendimiento es negligente, hay mecanismos para despedirlo.
-Proponga ahorros.
-Potenciar la profesionalización de la Administración. Sobran asesores y personal de confianza. Para acceder a esos puestos no tienen ni que ser funcionarios ni acreditar titulación específica. Hay que recortar subvenciones, son muchísimas. Ahórrese en licencias informáticas. Si Microsoft no cede en una negociación, pasemos al Linux o al Open Office, y con esa tecnología de software libre dar servicio a un coste muy inferior.
-¿Le subiría el sueldo al presidente del Gobierno y al de la Junta?
-Sí, porque no tiene sentido que sean tan bajos. Hay muchos funcionarios que ganan más que ellos, y no se puede comparar el grado de responsabilidad. No se trata de bajar los ingresos a los funcionarios, sino de elevar la remuneración de quien lleva las riendas del Estado. Al menos al mismo nivel que el presidente del Congreso de los Diputados, que las autoridades del Poder Judicial, o el gobernador del Banco de España, que gana 190.000 euros.
-¿Hay base legal para que en una empresa pública se nieguen a recortar los salarios?
-Tengo serias dudas de que se pueda obligar a todas. Porque jurídicamente la negociación colectiva y el convenio colectivo son la norma que prevalece en las relaciones laborales, más que un decreto ley que se apruebe a posteriori de los acuerdos laborales ya firmados. Lo que resulta indignante es que el Gobierno central haya dejado fuera de la reducción salarial sólo a dos: Renfe y Aena. Para que no hagan huelgas sectoriales ni paralicen los viajes en España. Y para que la probable huelga general no incida con tanta fuerza.
-¿Es un precedente de discrepancia jurídica y agravios laborales?
-Evidente. ¿Y si el Ayuntamiento de Sevilla deja fuera a Tussam y Lipasam? No haría más que emular el mal ejemplo que ha dado el Gobierno. En clave autonómica, cada Delegación del Gobierno tendrá que velar por el cumplimiento del real decreto en los organismos regionales. Pero si se producen impugnaciones, la resolución judicial puede tardar mucho.
-¿Cuántos letrados hay como usted en Sevilla?
-En Sevilla somos catorce para el servicio jurídico de la Seguridad Social. Hay siete para la Tesorería, y otros siete para el Instituto Nacional de la Seguridad Social.
-¿Qué política laboral hay en estos escalafones superiores?
-En algunos de estos cuerpos de altos funcionarios, no se están cubriendo las vacantes, ni las jubilaciones. Y estamos hablando del corazón de la Administración, los que llevan el peso de la gestión hasta el límite de donde empieza la política, con cometidos de gran responsabilidad en aras del interés general. Menos mal que los tribunales, con su fuerte exigencias en las oposiciones, favorecen que para las escasas plazas que se convocan se mantenga un nivel alto de cualificación.
-¿Qué grado de motivación percibe en la función pública?
-Hay que diferenciar la Administración respecto al Gobierno y la política. Aquí hay espíritu de cuerpo, de llevarte trabajo a casa, incluso los fines de semana. La plantilla es joven y con mucha vocación de servicio público. Nos tomamos muy en serio el trabajo, somos conscientes de que velamos por recaudar los impagos, dinero que sirve para pagar las pensiones y para sostener la Seguridad Social, además de compensar a los acreedores. No obstante, a futuro el peligro es que se produzca una desbandada hacia las empresas privadas. En mi especialidad hay compañeros muy buenos en la lucha contra el fraude. Tenemos un 80% de victorias en los casos de penales, y un 70% en contenciosos. En ocasiones, litigando contra abogados de grandes bufetes que ganan muchísimo más dinero que nosotros.
-¿En la burocracia han vencido al 'Vuelva usted mañana'?
-La Tesorería de la Seguridad Social es pionera en el control horario real del tiempo de trabajo de los funcionarios. También se analiza el tiempo que se tarda en responder a un ciudadano y atender sus necesidades. Tramitar una viudedad se hace en sólo cinco días.
-Valore su experiencia sindical.
-Fedeca por vez primera se ha presentado a unas elecciones sindicales. Queríamos estar presente en las principales mesas de diálogo con los representantes políticos de la Administración, que no han tenido interés durante años en asumir nuestras propuestas. De la Junta de Personal constituida en Sevilla, hemos logrado 2 de los 22 puestos. Yo iba el número uno en la lista de Fedeca.
-¿Los sindicatos les miran mal?
-Quienes forman parte de esa junta en Sevilla son personas muy cordiales. CSIF es el mayoritario. A Fedeca le fue mucho peor en Madrid. Intentaron boicotear nuestra participación electoral porque decían que sólo representamos a una parte de los funcionarios, cuando ya existen el sindicato de prisiones, el de maquinistas, etcétera. En el Ministerio de Trabajo hubo indicaciones de retirar las papeletas de Fedeca por presiones sindicales. Después, el Tribunal Constitucional admitió nuestra demanda y reconoció el derecho a presentarnos a las elecciones, anulando el laudo de un juzgado madrileño que lo impedía.
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